Agosto fue otro mes de tragedia para la asediada comunidad LGBTQ+ de Turquía

Hande Kader as depicted in a video uploaded by YouTube user lellebel020.

Hande Kader representada en un vídeo subido por el usuario de YouTube lellebel020.

En los últimos dos años, el colectivo LGBTQ+ ha captado mayor atención internacional debido, sobre todo, a la violenta respuesta por parte de la policía municipal ante la marcha del Orgullo Gay de Estambul.

Actualmente, poco después de un mes tras la prohibición de las marchas del Orgullo Trans y del Orgullo Gay, el colectivo LGBTQ+ de Estambul se ve sorprendido por dos brutales asesinatos.

Las víctimas fueron un sirio gay, Muhammed Wisam Sankari, decapitado y mutilado el 25 de julio, y Hande Kader, trabajadora transexual y activista desaparecida desde el 6 de agosto y encontrada muerta pocas semanas más tarde, el 17 de agosto.

Las muertes de Sankari y Kader han provocado una poderosa respuesta por parte del colectivo LGBTQ+ turco, y algunos de sus  miembros se reunieron para protestar en la central Plaza Taksim de Estambul el 21 de agosto.

Oguz, de 25 años, que participó en la protesta y que no quiso usar su segundo nombre, dijo a Global Voices que «todos estaban muy tristes, enfadados y que no tenían miedo de seguir ahí y protestar».

Apuntó que «la mayor parte de la gente eran personas trans».

Los participantes de la protesta gritaban: «Hande Kader está aquí, ¿dónde están los asesinos?»

La muerte de Kader fue tendencia en las redes sociales, apareciendo bajo la etiqueta #HandeKadereSesVer («Exprésate por Hande Kader»).

Otra mujer transexual ha sido asesinada y quemada. Por Hande Kader no te quedes en silencio, nosotros no lo haremos. Los asesinatos de trans son políticos.

Ley Hande Kader. Muhammad Wisam Sankari fue asesinado por decapitación. ¡Un crimen motivado por la orientación sexual es un crimen de odio!

Sin protección

Ambas muertes resalta una verdad central en el colectivo LGBTQ+ de Turquía.

A pesar de que la homosexualidad nunca ha sido ilegal de acuerdo con las leyes turcas, los activistas han señalado repetidamente que el estado turco ofrece poca protección a los individuos LGBTQ+.

Este aislamiento es especialmente pronunciado en el caso de la gente trans. Marginados y discriminados en el mercado laboral municipal, las mujeres transexuales en particular se ven arrastradas hacia el trabajo sexual.

Y mientras que el trabajo sexual es legal en Turquía cuando se realiza en burdeles, las personas transexuales son incapaces de obtener licencias.

Unos días después del asesinado de Kader, otra mujer transexual se suicidó en Esmirna.

Azize Omrum también era trabajadora sexual y no por elección. Omrum quería ser chef, pero «el sistema no le dejaba realizar otro trabajo«.

En 2013 se aprobó la primera ley de asilo de Turquía, sin embargo, el país aún tiene que establecer una ley que reconozca el estado de refugiado y los derechos de protección que esto normalmente proporciona.

La amiga de Sankari, Diya, afirmó que ni la ONU ni la ASAM (Asociación de Solidaridad con los Emigrantes y solicitantes de Asilo) hicieron nada para ayudarle.

Cinco meses antes de su asesinato, Sankari había sido secuestrado y violado por un grupo de hombres. En los meses anteriores, su compañeros de piso, todos identificados como LGBTQ+, se habían visto obligados a cambiar de casa debido a las amenazas.

Tras el secuestro de Sankari, el grupo lo había denunciado a la policía, que no hizo nada al respecto.

En la noche del 23 de julio, Sankari le dijo a sus amigos que se iba por solo «15 o 20 minutos».

Dos días más tarde, sus amigos que le habían suplicado que permaneciera en casa se vieron obligados a identificarlo por sus pantalones.

Refugiados LGBTQ+: doble sufrimiento

Muchos iraníes LGBTQ+ vienen a Turquía como refugiados, muchos de ellos albergados en Kayseri, esperando la oportunidad de cruzar a Europa.

Mientras que el acuerdo entre la Unión Europea y Turquía legitimiza a Turquía como país seguro para los refugiados, muchos del colectivo LGBTQ+ de Turquía no están de acuerdo con esta afirmación.

Sankari quería asilo en un país europeo, pero el acuerdo UE-Turquía significaba que muchos sirios como él se verían atrapados en Turquía por el momento.

Incapaz de marcharse, supuestamente sufría depresión entre continuas amenazas hacia su vida.

La falta de seguridad de los refugiados LGBTQ+ se vio resaltada por el reciente suicidio de una mujer iraní gay en el suroeste de Turquía.

Una ONG iraní con base en Canadá, The Iranian Railroad for Queer Refugees (IRQR – Vías ferroviarias iraníes para los refugiados homosexuales), presta ayuda a los refugiados que solicitan asilo en países occidentales, pero el proceso de reasentamiento a través de la ONU suele tardar hasta tres años, con el éxodo de la guerra de Siria provocando retrasos.

La IRQR señala que, aunque cientos han tenido éxito con sus ayudas, algunos refugiados LGBTQ+ «sucumben a la dura realidad de enfermedades mentales y acaban con sus propias vidas» antes de que se complete el proceso.

Ponerse en pie por Hande, quien siempre estuvo en pie por otros

Los activistas turcos LGBTQ+ han dejado claro que esta última oleada de violencia contra el colectivo no es nada nuevo.

En un informe publicado por el grupo de defensa Transgender Europe, Turquía fue catalogado como el país con mayor número de asesinatos de personas trans en Europa.

Entre 2008 y abril de 2016, 43 personas trans fueron asesinadas en Turquía.

LA TRANSFOBIA MATA. Los asesinatos de trans son políticos.

Tras el asesinato de Kader, muchos activistas LGBTQ+ en Turquía se preguntan sobre el silencio que rodea las muertes de transexuales.

Cientos de personas se han reunido para protestar sobre su asesinato. Estas protestas han sido comparadas con las de miles que salieron a las calles tras el asesinato de Ozgecan Aslan, una joven mujer asesinada el año pasado en Mersin.

De hecho, mientras la muerte de Aslan recibió una cobertura de punta a punta en la prensa turca, muchas muertes de trans pasan completamente desapercibidas.

Activistas en Malatya enumeraron los nombres de otros siete que fueron asesinados recientemente por ser transexuales, mientras que otra activista, Nurcan Baysal, atrajo la atención sobre el suicido de Eylul Cansin, una mujer transexual que saltó desde el puente del Bósforo de Estambul el año pasado.

Aunque existen grupos de defensa de transexuales en Turquía, Oguz cree que no están integrados en el colectivo LGBTQ+.

«Una parte del colectivo incluso tiene transfobia», dijo a Global Voices.

Kader había sido previamente apuñalada y fue vista por última vez entrando en el coche de un cliente.

Sus amigos notaron que no quería ser una trabajadora sexual pero que no tenía otra opción para ganarse la vida.

Uno de ellos señaló su formidable valentía como activista:

She would go crazy when trans individuals were killed. She’d be so sad. She’d be so courageous the moment she left the house. She’d also be very restless sometimes. She had been stabbed and beaten before. This doesn’t happen only to Hande, it happens to all of them.

Se volvía loca cuando algún trans era asesinado. Se ponía tan triste. Era muy valiente cuando dejaba la casa. A veces también se preocupaba mucho. Le habían apuñalado y pegado antes. Esto no solo le pasa a Hande sino a todos ellos.

Vi a Hande Kader confontrar a la policía de Estambul durante la mano dura del Orgullo Gay de 2015 en línea. Qué gran pérdida para el movimiento.

Más abajo se encuentra el vídeo al que se refiere la usuaria de Twitter Kyle Khandikian.

Kader es capturada sentándose a la derecha de su amiga en frente de la furgoneta de la policía.

Tras sobrevivir al cañón de agua, la policía se las arregla para dispersar al par con gas lacrimógeno.

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