Turquía vota en elecciones municipales

Imagen de Arzu Geybullayeva

El 31 de marzo, millones de turcos acudieron a las urnas para elegir alcaldes distritales, alcaldes de municipios metropolitanos, asambleas provinciales y representantes vecinales y de aldeas en las elecciones municipales. Los resultados de la elección, especialmente en las ciudades más grandes del país en las que el gobernante Partido Justicia y Desarrollo (AKP) intentaba recuperar los escaños que perdió en 2019, marcarán el futuro de Turquía, que incluye economía, gobernabilidad y posición internacional del país. Aunque no participa de las elecciones, el presidente Erdoğan ha estado al frente de la campaña electoral de su partido. Tal como han señalado expertos en Turquía, la elección era una disputa entre la consolidación del gobierno autoritario frente a las posibilidades de la oposición como una alternativa viable a un gobierno conservador que lleva décadas en el poder.

Todas las miradas puestas en Estambul

Estambul, ciudad en la que el opositor Partido Republicano del Pueblo (CHP) consiguió la victoria en 2019 tras 25 años del AKP en el poder, es una de las ciudades clave en la elección de este año. Conservar Estambul, así como las otras grandes ciudades de Turquía (Ankara, Esmirna y Antalya), en las que el partido opositor consiguió la victoria en elecciones municipales anteriores, puede levantar la moral entre la oposición turca, que sufrió una derrota durante las elecciones generales de 2023 y se ha mantenido fracturada desde entonces.

«¿Están preparados para ganar en Estambul en las elecciones municipales?», señaló el presidente Erdoğan tras la victoria en las elecciones generales en mayo de 2023. Para muchos expertos, esto era una señal de que el siguiente objetivo del presidente era ganar la alcaldía de la ciudad en las siguientes elecciones municipales.

Perder el control del municipio de Estambul en 2019 se describió como un duro golpe para Erdoğan, ya que ahí comenzó su carrera política cuando fue elegido como alcalde en 1994.

En total, 22 partidos políticos presentaron candidatos en las votaciones a la alcaldía de Estambul, además de 27 candidatos independientes. La papeleta de Estambul, con 49 candidatos, tiene el mayor número de candidatos entre todas las ciudades del país.

Todas las miradas estaban puestas en dos candidatos claves: Ekrem İmamoğlu, del CHP, con cinco años en el cargo de alcalde, y Murat Kurum, del AKP, exministro de Ambiente, Urbanismo y Cambio Climático.

Ambos prometieron adoptar infraestructuras antisísmicas y mitigar el prolongado problema de tráfico de la ciudad.

En 2019, tras la victoria de Ekrem İmamoğlu, del CHP, frente a Binali Yıldırımdel AKP, este último se opuso a los resultados. En la nueva votación, İmamoğlu ganó con un margen aún mayor: alrededor de 860 000 votos frente a 13 700 votos.

No obstante, el escenario de 2024 es más complicado. En 2019, la oposición participó en coalición con el DEM, también Partido Popular por la Igualdad y la Democracia (antes HDP, principal partido prokurdo de Turquía) y el IYI, partido nacionalista, lo que les dio mayor base de apoyo en la capital, Ankara, y Estambul. Esta vez, el DEM y el IYI tienen candidato propio en las elecciones, lo que puede arruinar las posibilidades políticas del CHP.

Se esperaba que el DEM la victoria en las regiones de población predominantemente kurda del sureste de Turquía. Que puedan conservar sus escaños es otro asunto. En elecciones municipales anteriores, muchos de los alcaldes elegidos democráticamente por el partido (58 con exactitud) fueron destituidos y sustituidos por administradores nombrados por el Estado por presuntos vínculos de los primeros con militantes kurdos, en referencia al proscrito Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), designado como grupo terrorista en Turquía y en Occidente.

El predecesor del DEM, el HDP, enfrenta un posible cierre por supuestos vínculos militantes, lo que el partido ha negado con vehemencia. Además, el cofundador del HDP está encarcelado.

En la elección también participa un partido religioso conservador: el Nuevo Partido del Bienestar (Yeni Rifah Parti). Según los expertos, podría dividir los votos del AKP entre los votantes conservadores y religiosos desilusionados por la (mala) gestión de la economía del presidente Erdoğan.

Por otro lado, es probable que el CHP conserve su alcaldía en las ciudades de Ankara e Izmir.

¿Qué es lo que está en juego?

Los primeros asuntos a tratar son los cambios constitucionales que podrían permitir al actual presidente Recep Tayyip Erdoğan mantenerse en el poder, pese a sus promesas previas de que estas elecciones serán las últimas para él.

Si bien el presidente no puede presentarse por ley a las próximas elecciones presidenciales de 2028, según la Constitución de Turquía, existen dos escenarios en los que esta situación podría cambiar. En el primer caso, el presidente Erdoğan y el AKP necesitarían asegurar 400 votos en el Parlamento para cambiar la Constitución. El Parlamento turco (la Gran Asamblea Nacional), consta de 600 escaños. En la actualidad, el AKP y su principal aliado, el Partido de Acción Nacionalista (MHP), tienen 313 escaños. Por tanto, impulsar una enmienda constitucional con una votación parlamentaria dependería en gran medida de si el partido gobernante y Erdoğan pueden conseguir el apoyo de los representantes de otros partidos políticos.

En el segundo caso, el Parlamento puede convocar a elecciones anticipadas. Pero incluso en este caso, se necesitan 360 votos parlamentarios.

De acuerdo con la Constitución, el presidente Erdoğan tampoco podría haberse presentado a las elecciones de mayo de 2023. Sin embargo, la Alianza del Pueblo (coalición formada por el partido gobernante AKP y el partido nacionalista MHP) lo impugnó antes de la votación de mayo, con el argumento de que no suponía un tercer mandato puesto que el primer gobierno de Erdoğan fue anterior a los cambios constitucionales de 2017 que sustituyeron la estructura de gobierno del país. Los abogados constitucionalistas argumentaron lo contrario, pero fue en vano.

«El próximo periodo electoral ofrece a Erdoğan la oportunidad de consolidar su poder, a nivel nacional y local, y de fortalecer su dominio sobre todo el sistema político turco en los próximos años», escribió el académico Sinan Ciddi en una columna para Foreign Policy.

(Des)igualdad electoral

El presidente Erdoğan se ha valido en gran medida de sus poderes presidenciales, así como también de las instituciones gubernamentales y los medios antes de la votación. En un país que tiene un 90 % de medios tradicionales controlados por el Gobierno, no sorprende que gran parte del tiempo de emisión se haya dedicado al partido gobernante y a sus candidatos.

Por otra parte, la desinformación es desenfrenada, tal como ocurrió en las elecciones generales de 2024. A principios de marzo de 2024, con inteligencia artificial se generó un video del actual alcalde de Estambul en el que aparecía elogiando a Erdoğan.

En 2023, en el marco de las elecciones generales, Erdoğan también se valió de este tipo de videos. Durante un mitin en Estambul, mientras Erdoğan subía al escenario, se reproducía en una gran pantalla a su lado un video en el que vinculaba a su principal rival en las elecciones, Kemal Kılıçdaroğlu, con el Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), de tendencia nacionalista kurda. Mientras comenzaba el video, Erdoğan se dirigió a la multitud de simpatizantes: “[ellos] caminan hombro [a] hombro con el PKK. Tú, mi ciudadano nacional y local, ¿votarás por ellos?”. Después, verificadores de hechos desmintieron el video y demostraron que su contenido había sido manipulado.

Turquía tiene una larga historia y tradición de bloquear contenido o regular el acceso a internet. En diciembre de 2023, la Autoridad de Tecnologías de Información y Comunicaciones (BTK), principal organismo de vigilancia de telecomunicaciones en Turquía. prohibió el acceso a 16 proveedores de VPN. Según organismos de vigilancia de internet independientes que han documentado la censura en línea por años, Turquía ha bloqueado cientos de miles de sitios web. En 2023, de acuerdo a un informe sobre censura en internet de Media and Law Studies Association (MLSA), organización que da asesoría legal a periodistas y personas que enfrentan juicios por casos relacionados con la libertad de expresión, “en 2022 se bloqueó el acceso a al menos 35 066 nombres de dominio, 3196 artículos de noticias, 2090 publicaciones en redes sociales y 184 cuentas en redes sociales”.

Tantas medidas de control han contribuido a proteger «la desastrosa administración del país de Erdoğan y el AKP», afirma Sinan Ciddi.

«Lo que realmente estaba en juego el 31 de marzo era el destino del sistema autoritario de gobierno de Turquía, en proceso construcción desde 2017″, escribieron Marc Pierini, investigador principal de Carnegie Europe, y Francesco Siccardi, analista de investigación  principal de Carnegie Europe.

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