Este artículo fue escrito por Srishti Malhotra y Madhura Chakraborty. Apareció originalmente en Video Volunteers, premiada organización internacional de periodismo ciudadano con sede en India. La versión editada que se publica a continuación es parte de un acuerdo de intercambio de contenido.
En 2005, se aprobó en India la Ley de Protección de las Mujeres contra la Violencia Doméstica que asegura la protección de la mujer contra la violencia doméstica. Sin embargo, una década más tarde, casos como el de Rajvati, natural de Singoli, poblado situado del estado de Maddhya Pradesh, en el centro de India, continúan clamando justicia. En agosto de 2016, Rajvati, de 22 años y madre de un bebé de dos meses, fue atacada por su marido con un hacha. Una de las lesiones resultantes del ataque fue la amputación de sus cuerdas vocales. Debido a esto y a la falta de instalaciones médicas adecuadas para poder ser operada en un hospital público cercano, Rajvati aún no ha recuperado la voz.
«Mi hija, Rajvati, me contó que su marido y su familia política habían estado acosándola debido a la dote», señala su madre, Chidilal Satnami. «Cuando intentó razonar con ellos y explicarles que yo [Chidilal] no iba a poder conseguir el dinero debido a mi minusvalía, le reprendieron y le pidieron que cumpliese con sus exigencias fuera como fuese».
Rajvati se casó con Ramesh Choudhary en junio de 2015. Para el padre de Rajvati, inválido y desempleado, no fue fácil concertar un matrimonio y proporcionar una dote, pero de algún modo logró su propósito. Poco después de la boda, el marido de Rajvati y su familia exigieron una dote más elevada para comprarle a Ramesh una moto. Rajvati sabía que era imposible. La relación conyugal empeoró y su marido comenzó a acusarla de mantener una relación extramatrimonial con su hermano, el cuñado de Rajvati. Entretanto, Rajvati dio a luz a su hijo en junio de 2016.
Pero la situación no mejoró, y la violencia cambió la vida de Rajvati para siempre. La corresponsal de Video Volunteers Rekha Bhangre, de Seoni, distrito de Madhya Pradesh, conoció a Rajvati y a su familia en persona en septiembre de 2016 y le relataron su experiencia:
Ramesh atacó a Rajvati con un hacha después de sufrir un ataque de celos al verla hablando con su hermano. A consecuencia del ataque, Rajvati no solo sufrió fracturas y daño a los nervios, sino que su laringe quedó completamente seccionada. Se denució el caso ante la policía y Ramesh fue arrestado inmediatamente. La gravedad de las lesiones infringidas a Rajvati fue de tal magnitud que tuvo que ser trasladada de urgencia al hospital público de Jabalpur, que se encuentra a 154 kilómetros. Ya que ni Ramesh ni su familia han aceptado correr con los gastos del tratamiendo, la familia de Rajvati no ha tenido más opción que permanecer en dicho hospital a pesar de la falta de infraestructura adecuada. Desde el ataque, la familia política de Rajvati ha impedido que esta vea a su hijo.
Desafortunadamente, la historia de Rajvati no es un hecho aislado (echa un vistazo a los últimos reportajes de Video Volunteers). En 2015, Madhya Pradesh registró la tercera tasa más alta de número de casos de violencia doméstica ocurridos en India, según informa la Agencia Nacional de Registro de Delitos de la India (NCRB, por su nombre en inglés). Además, las estadísticas revelan que los delitos contra las mujeres presentan un preocupante índice de condena: por debajo del 22 %. La Ley de Protección de las Mujeres contra la Violencia Doméstica ha recibido grandes elogios por su enfoque integral del problema, con disposiciones de centros de acogida y garantías del derecho de residencia e indemnización para el superviviente. No obstante, como evidencia el caso de Rajvati, existe una demora en su cumplimiento.
Rajvati estuvo hospitalizada en el Hospital y Centro de Investigación Jabalpur durante meses. El procedimiento legal es tan largo y lento que aún no ha recibido ninguna indemnización. Su padre se vio obligado a financiar su tratamiento con un préstamo. Aunque su marido fue encarcelado un día después del incidente y continúa en prisión, su audiencia ante el tribunal aún no ha comenzado. Si bien Rajvati ha perdido el habla, ha realizado una declaración por escrito en la que afirma que su marido le exigió pedirle 50 000 rupias (cerca de 770 dólares) a sus padres para comprar una moto, y amenazó con matarla si no conseguía el dinero.
Poco o nada ha cambiado la situación desde que este material gráfico se grabó en septiembre de 2016. Aunque Rajvati fue dada de alta recientemente y volvió a su casa en Singoli, no puede hablar y presenta dificultad para deglutir. Tiene que asistir a chequeos médicos dos veces a la semana en Jabalpur. Las autoridades médicas del Hospital Jabalpur le han comentado que están a la espera de recibir el equipamiento médico necesario para llevar a cabo su operación de laringe. Su hijo, que cumplirá pronto un año, continúa viviendo lejos de ella, en casa de su familia política. En la actualidad no cuenta con los medios físicos ni económicos necesarios para hacerse cargo de él.