Una versión de este artículo fue originalmente publicado en la página web Nabz Iran.
Los iraníes fueron a las urnas el 19 de mayo para votar en las elecciones presidenciales y locales. De los 287.425 candidatos inscritos para participar en las elecciones locales, 17.885 eran mujeres, que representaban el 6,3% del total. La reelección a la presidencia del moderado Hassan Rouhani, junto con un aumento de candidatas registradas, y la cantidad de funcionarias elegidas, dan señales de Irán donde la voz de las mujeres contará a nivel local y nacional.
Los resultados de mujeres elegidas en todo el país fueron variables; sin embargo, se produjo una disminución del 34% en el número de mujeres elegidas para concejos locales en comparación con 2013. Aunque este número ha disminuido en 16 capitales de provincia, en tres capitales permanecieron invariables y 11, incluida la ciudad de Teherán, vieron aumentar el número de mujeres en estos puestos.
Entre las zonas que experimentaron un aumento, 415 mujeres fueron elegidas en la provincia iraní de Sistán y Baluchistán, al sudeste del país, un lugar marcado por el subdesarrollo, la pobreza y la tasa de analfabetismo, que es la más alta entre las niñas en Irán.
En la localidad de Afzalabad, en el distrito de Khash, las diez candidatas en las papeletas de voto eran mujeres. Si el rumor decía que la participación de las mujeres en Sistán y Baluchistán era el resultado de las elevadas tasas de toxicomanía y del encarcelamiento de los hombres en la provincia (que llevó a una ausencia de hombres calificados), la participación de las mujeres en la provincia se produjo en mayor medida como resultado de las acciones de la sociedad civil y del Gobierno local para fomentar mayor representación política de las mujeres.
El 6 de mayo, portavoces del movimiento femenino iraní organizaron una mesa redonda sobre el rol de las mujeres en las elecciones. En una declaración final escrita dirigida al futuro presidente iraní, el grupo destacó la importancia de la participación de la mujer en la política y el rol que los dirigentes políticos pueden tener en llamar la atención sobre cuestiones como seguridad pública de la mujer, acoso sexual, salud femenina, protección social y el problema de los indigentes. Señalaron igualmente la necesidad de establecer una cuota de reserva de al menos el 30 por ciento de los puestos ministeriales para las mujeres.
Una destacada activista de derechos de la mujer señaló en la declaración que las elecciones presidenciales y locales son cruciales; el resultado de la elección presidencial provocaría un impacto a nivel nacional en el cambio que se está desarrollando a favor de los derechos de la mujer, mientras que las elecciones locales proporcionarían una oportunidad de favorecer más la participación pública femenina en todos las municipalidades urbanas y rurales.
Los asuntos abordados en campañas lideradas por mujeres demostraron que la participación femenina puede beneficiar a todos los ciudadanos con políticas que abordan la «calidad de vida». Que las mujeres puedan aprovechar su éxito a la fecha dependerá en mayor medida de las acciones que están llevando a cabo las defensoras de los derechos de la mujer para promover mayor participación, la capacidad de las elegidas para afirmar su puesto en los concejos, y la creación de nuevas oportunidades para que las mujeres jueguen un rol activo y constructivo en la vida pública.