Esta historia de April Peavey apareció originalmente en PRI.org el 21 de septiembre del 2017. Se reproduce aquí como parte de un acuerdo entre PRI y Global Voices.
Aliou Touré me dijo recientemente: «Cuando escribes una canción sobre racismo, es algo importante». Touré es el cantante principal de Songhoy Blues, banda musical de Mali.
Lo dijo en el contexto de la nueva canción del grupo, One Color [Un color] de su nuevo álbum titulado Résistance.
La canción fue grabada con un coro de niños de escuela en Londres. Touré dice que grabar con niños le hizo ver con optimismo el futuro, especialmente si los adultos se toman el tiempo de aprender de ellos.
«Los niños no son racistas. Cuando fuimos a una escuela a grabar las voces de estos niños, eran muy hermosos, todos diferentes, de diferentes países. De Asia, India, Estados Unidos, Francia, África. Están todos juntos, juegan juntos, felices —dice—. Es muy hermoso cuando ves niños así. Dijimos que quizá los niños puedan educar a los padres».
One Color es una de las muchas lecciones que el oyente puede tomar de Résistance.
Touré dice que otra lección fue cambiar la nociones preconcebidas de lo que son África, Mali, y Bamako, su ciudad natal; estereotipos como la invención de que hay anarquía y delincuencia en todo rincón de Bamako. Una forma de romper el estereotipo, dice Touré, es combatirlo con música.
«Cuando reúnes a 100 personas en un lugar, pones música, y todo el mundo se pone contento —dice—. Cuando apagas la música, todo el mundo se va. No es interesante sin música. Entonces, lo nuestro es tomar todo lo que está pasando alrededor del mundo e intentar encontrar un modo positivo para acercar a las personas».
Quizá puedas tomar parte de la energía positiva de las canciones de Songhoy Blues, y las lecciones que imparten. Desde octubre, el grupo se embarcó en una gira a lo largo y ancho de Norteamérica y Europa.