A principios de enero de 2018, Asifa, niña musulmana de 8 años perteneciente a la comunidad nómada bakarwal de Kathua, Jammu y Cachemira en el norte de India, fue asesinada tras sufrir una violación grupal, como informó Global Voices.
Muchos de los medios locales de India relegaron la espantosa historia a sus últimas páginas por su trasfondo religioso. Asifa procedía de una comunidad musulmana, mientras que sus torturadores pertenecen a una comunidad predominantemente hindú respaldada por el Partido Popular Indio (BJP) con consignas y manifestaciones en la región de Jammu.
Tres meses más tarde, y después de que la familia tuvo que enfrentar incontables obstáculos ─como la prohibición de enterrar a Asifa en las tierras de su famiia, presiones políticas y abogados que bloquean la denuncia y amenazan a la abogada de Asifa, Deepika S. Rajawat─, el periodista local Nazir Masoodi analizó la denuncia interpuesta en este caso:
The charge sheet, filed by the Crime Branch of J & K [Jammu and Kashmir] police, says that the 8-year-old was not fed for the four days that she was kept captive. She was put on sedatives while she was raped by three men. The drugs ensured she would not cry out loud, not even when she was strangled.
The documents say all this happened under the watch of the temple custodian Sanji Ram. His own son, Vishal, his nephew (a juvenile) and a special police officer, Deepak Khajuria, are also accused of raping her and are among the eight men who were arrested by Crime Branch.
La denuncia, presentada por el Departamento Penal de la policía de Jammu y Cachemira, dice que la niña no recibió alimentos durante los cuatro días que estuvo cautiva. Le suministraban sedantes mientras era violada por tres hombres. Las drogas aseguraban que no gritase, ni siquiera cuando fue estrangulada.
Los documentos dicen que todo esto sucedió bajo la vigilancia del custodio del templo, Sanji Ram. Su propio hijo, Vishal, su sobrino (menor de edad) y Deepak Khajuria, oficial de la policía especial, también están acusados de violarla y se encuentran entre los ocho hombres que fueron detenidos por la policía.
El detallado informe de Masoodi para New Delhi Television (NDTV) describe claramente el trato inhumano que sufrió Asifa. Cuenta cómo la policía local conspiró con los perpetradores para intentar ocultar el delito, recurriendo a tácticas nacionalistas, como unirse a manifestaciones a favor de India en la región que linda con Cachemira, mayoritariamente musulmana.
Aunque el informe de Masoodi concienció a indios y cachemires, las noticias polarizaron a las comunidades de todo el país. Por ejemplo, Vishnu Nandakumar, empleado del banco Kotak Mahindra, en el estado de Kerala, hizo comentarios despectivos sobre Asifa en Facebook que le valieron ser despidido en medio de la indignación de los medios sociales.
El primer ministro de Jammu y Cachemira, Mehbooba Mufti, prometió justicia para Asifa, y condenó a un grupo de abogados del colegio oficial de Jammu, que supuestamente ha intentado obstaculizar la investigación y el proceso de denuncia.
El caso de Asifa aviva el debate nacionalista en India
Los discursos que rodean el inquietante asesinato de Asifa ha polarizado a los internautas de India, Cachemira y todo el mundo, ya que el caso se ha utilizado para echar leña al fuego del debate nacionalista y religioso.
Un vehemente tuitero imploró a los lectores que interpretaran la violación de Asifa como un crimen de odio contra los musulmanes bakarwal:
Ashifa is not ‘just the face of a child'; she symbolises the violence her community faces. Fuck your appeal to ‘humanity’. People are more than just human faces. This was a hate crime. If you can't talk about her as a Bakarwal Muslim, don't talk about her at all.
— deleting low impression tweets to enhance brand (@inshallahvolcel) April 12, 2018
Ashifa no es solo «el rostro de una niña»: simboliza la violencia que sufre su comunidad. A la mierda con su llamado a la «humanidad». La gente es más que rostros humanos. Esto ha sido un crimen de odio. Si no pueden hablar de ella como musulmana bakarwal, no hablen de ella en absoluto.
El poeta y letrista Javed Akhtar escribió un inflamado tuit contra los musulmanes bakarwal, donde acusa a la comunidad de informar al Ejército indio de una intrusión paquistaní durante el Conflicto de Kargil en la frontera entre Jammu, Cachemira e India en 1999:
Who was Asifa ? She was an eight years old daughter of Bakerwals. Who are Bakerwals ? A nomad tribe who when spotted the Kargil intruders promptly informed the army .Who are the people who are trying to protect the rapists of this little girl . ? Now it is your turn to answer.
— Javed Akhtar (@Javedakhtarjadu) 13 de abril de 2018
¿Quién era Asifa? Era una niña de ocho años, hija de lo sakerwals. ¿Quién son los bakerwals? Una tribu nómada que, cuando detectaron intrusos en Karguil, fueron corriendo a avisar al Ejército. ¿Quién son los que intentan proteger a los violadores de esta niña? Ahora les toca responder a ustedes.
A lo que M. Junaid, historiador residente en Cachemira, resplicó:
I can understand the constant desire for elite Indian Muslims to appear nationalistic, but may I ask why it is necessary for Asifa’s community [by the way, how racist & antiquated are you to call them ‘nomad tribe'!] to be represented as snitches to receive empathy from you? https://t.co/L8PQiAYrzn
— M Junaid (@mjunaidr) April 13, 2018
Puedo entender el constante deseo de la élite de musulmanes indios por parecer nacionalistas, pero, ¿puedo preguntar por qué es necesario presentar a la comunidad de Asifa (por cierto, ¡qué racista y anticuado suena cuando les llama «tribu nómada»!) como soplones para que gocen de su empatía?
Oommen C. Curian también respondió explicando por qué el argumento de Akhtar no era válido, partiendo de la base de que un delito es un delito, sea cuales sean sus connotaciones religiosas o su trasfondo político, en referencia al linchamiento por motivos políticos de un musulmán en 2015:
Deeply uncomfortable with the liberal parade of Bakarwals as ‘the watchmen’ who've served the nation. It reminds one of the sudden urge during [the] Dadri [lynching] to say that Akhlaq [a Muslim man] had mutton, not beef, in his refrigerator.
What if it was indeed beef?
What if she were, say, a stone-pelter?— Oommen C. Kurian (@oommen) April 13, 2018
Me siento profundamente incómodo con el nutrido desfile de bakarwals «vigilantes» que han servido a la nación. Me recuerda la repentina urgencia, durante el linchamiento de Dadri, por decir que Akhlaq [el musulman linchado] tenía cordero, y no vaca, en su refrigerador.
¿Y qué si era vaca?
¿Y qué si ella era, digamos, una lapidadora?
Muchos actores y activistas de la industria del cine compartieron sus reacciones de disgusto y expresaron su dolor por la brutal violación grupal, semejante a la violación que sufrió en 2012 una estudiante de medicina de Nueva Delhi, que provocó grandes protestas.
El actor y cómico Vir Das escribió:
Dear politicians,
I'd like to see every one of you miserable scum and your army of slimy sycophants put your parties and your bullshit aside and do something to make sure that no child ever has to face what this girl did. But you won't. Because you don't deserve this country.
— Vir Das (@thevirdas) April 12, 2018
Apreciados políticos:
Me gustaría que todos y cada uno de ustedes, miserable basura, y su ejército de aduladores babosos, dejaran de lado sus partidos y sus porquería e hicieran algo para asegurar que ningún niño deba enfrentarse nunca más a lo que soportó esta niña. Pero no lo harán. Porque no se merecen este país.
El periodista cachemiro Gowhar Geelani acusó a la comunidad periodística india de retorcer el relato y presentar el delito como un crimen religioso y político:
Attempt by Indian scribes to give a spin & portray the brutal gang-rape, kidnapping, torture & murder of the 8-year-old Muslim girl #Asifa in #Kathua by Hindu goons, backed by rightwing groups, as ‘a normal rape for lust’ is shameful. This was a rape to drive away Muslim nomads.
— Gowhar Geelani (@gowhargeelani) April 17, 2018
El intento por parte de los escribas indios de dar la vuelta y retratar la brutal violación grupal, secuestro, tortura y asesinato en Kathua de Asifa, niña musulmana de 8 años, por unos imbéciles hindúes, respaldados por grupos de derechas, como «una violación normal por pura lujuria», es una vergüenza. Fue una violación para espantar a los nómadas musulmanes.
La activista Shehla Rashid tuiteó un comentario sobre el partido BJP en el poder:
No one raped Ashifa. No one murdered her. No one tortured her. The innocent *Hindu* men are being targeted unfairly, and there should be a CBI probe to get justice for these innocent *Hindu* men who are being oppressed by Muslims!!
Story of BJP, from #BetiBachao to #RapistBachao
— Shehla Rashid (@Shehla_Rashid) April 12, 2018
Nadie violó a Ashifa. Nadie la mató. Nadie la torturó. ¡¡Se acusa injustamente a los inocentes *hindúes*, y la Oficina Central de Investigación debería llevar a cabo una investigación para hacer justicia a esos inocentes *hindúes* oprimidos por los musulmanes!!
¿Por qué tardó India tanto tiempo en responder al caso de Asifa?
En su editorial del 16 de abril, The New York Times cuestionó el tiempo que tardó el presidente Modi en reaccionar al caso:
On Friday, Mr. Modi said that these cases had brought shame on the country and that ‘our daughters will definitely get justice.’ But his remarks ring hollow because he waited so long to talk about the cases and spoke in broad generalities — describing the crimes as ‘incidents being discussed since past two days.’ He has taken a similar approach in the past when addressing cases in which vigilante groups affiliated with his political movement have attacked and killed Muslims and Dalits — members of India’s lowest caste — who they falsely accused of killing cows, which are sacred to Hindus.
El viernes, el señor Modi dijo que estos casos avergonzaban al país y que «definitivamente, se hará justicia a nuestras hijas». Pero sus comentarios suenan falsos, porque ha esperado demasiado para hablar sobre los casos, y lo ha hecho en forma muy general, describiendo los crímenes como «incidentes que se debaten desde hace un par de días«. He tenido la misma reacción antes, al tratar casos en los que grupos de justicieros afiliados a su movimiento político han atacado y matado a musulmanes y dalits ─miembros de la casta más humilde─ a quienes acusaban falsamente de matar vacas, sagradas para los hindúes.
Inji Pennu, colaboradora de Global Voices, explicó varios puntos:
Gentle corrections to narratives:
* Asifa was brutally Murdered, her neck was strangled and broken (not only raped).
* Asifa was also a child of 8 years. Rape of adult women are separate issues.
-Asifa was raped by multiple people — Gang raped is an insulting word to the victim. There is no ‘gang’ rape.
Unas pequeñas correcciones a las reseñas:
* Asifa fue asesinada brutalmente, la estrangularon y le rompieron el cuello (no solo la violaron).
* Asifa era además una niña de 8 años. La violación de mujeres adultas es una cuestión distinta.
* Aifa fue violada por varias personas, violación grupal es una expresión insultante para la víctima. No existen violaciones «grupales».
Unos 50 funcionarios retirados describieron el incidente como «la hora más oscura del periodo posindependencia de India» en una carta dirigida al presidente Modi.
El Kashmir Observer defendió el mayor bien social:
We as a society must think that no matter what our politics and ideology, we can’t fail in our collective duty towards the safety of our children.
Como sociedad debemos pensar que sea cual sea nuestra política o ideología, no podemos fracasar en el deber colectivo de proteger la seguridad de nuestros niños.
Global Voices seguirá informando de las últimas noticias y procedimientos en el caso de Asifa, que ha agitado Jammu y Kashmir, además de la conciencia india.