Desde principios de 2020, China ha estado contratando a personas influyentes en las redes sociales para difundir propaganda a su favor en Egipto y entre usuarios de redes sociales de habla árabe. Sin mencionar sus afiliaciones con el Gobierno chino, promueven una imagen pública favorable para China en el país más poblado y culturalmente influyente de Medio Oriente.
Los indicios de una misión de este tipo fueron visibles con la pandemia de COVID-19. Los primeros casos de muertes confirmadas por la pandemia fueron de personal de alto rango del Ejército egipcio que trabajaba en estrecha colaboración con trabajadores e ingenieros chinos que participaban en la construcción de la nueva capital administrativa de Egipto. Poco después de su muerte, un video viral de YouTube mostraba a varios egipcios acosando a un asiático en una carretera de circunvalación de El Cairo después de que lo obligaron a abandonar un viaje en Uber.
Mientras cientos de egipcios denunciaban el trato del hombre como racismo descarado, otros expresaban temor a la presencia china en Egipto, y declararon que eran la fuente de una hipotética explosión del virus. Esta afirmación de la culpabilidad de China ignoraba por completo el deficiente sistema sanitario y la maltrecha economía del país, que jugaron un rol fundamental en la capacidad de Egipto para luchar contra el virus.
Entre las voces que defendían a los chinos en Egipto estaba la joven Faiha Wang, que presumía de su origen chino en línea. En agosto de 2019, varios meses antes del ataque del hombre en el taxi, Wang había creado páginas en Facebook, TikTok y Twitter. En ese momento, las páginas contaban con algunos miles de seguidores, con comentarios que apreciaban más su belleza y su árabe escrito con fluidez.
Después de que lideró una campaña en Facebook para instar a los egipcios a disculparse y a apoyar al hombre asiático acosado, su página ganó cientos de miles de seguidores.
Además, atrajo la atención de los medios egipcios que estaba desesperados por hacer artículos que no agravaran ni alertaran a los implacables censores estatales. De la noche a la mañana, Wang se convirtió en una voz querida en los medios egipcios, y llamó la atención de los medios tradicionales y de los alternativos, y también de los medios internacionales que cubren Egipto. Wang habló en muchas entrevistas de su campaña exitosa y de la sólida relación entre China y Egipto.
El tráfico en sus redes sociales se multiplicó rápidamente, y provocó miles de reacciones a sus publicaciones sobre su país natal, que se centraban principalmente en la cocina, la comida callejera y la cultura china. Sus seguidores árabes, que elogiaban su belleza y su sonrisa, parecían menos interesados en sus contenidos culturales.
Junto con el aumento de seguidores y de tráfico llegó un nuevo tono a las publicaciones de Wang. Las publicaciones que elogiaban a China y la gestión del virus por parte de su gobierno se hicieron más frecuentes, y lo que parecía un sincero orgullo patriótico dio paso a una propaganda aparentemente dirigida. Poco después, aparecieron más periodistas virtuales y personas influyentes que promovían las opiniones chinas en las redes sociales de Egipto.
¿Quién es Faihaa Wang?
Según su biografía en Facebook, Wang es una empleada de medios chinos que trabaja y vive en El Cairo. En los pocos artículos que publicó en páginas web de medios árabes populares, aunque poco creíbles, se presenta como periodista.
Alharir.info, página oficial china creada para promocionar la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI en inglés) entre el público árabe, reproduce algunos de los escritos poco frecuentes de Wang, y la presenta como corresponsal en El Cairo de Radio Nacional China. La misma descripción se utilizó en un perfil publicado por El-Watan, publicación diaria propiedad de la UMS, vinculada a la inteligencia egipcia, que ahora tiene la mayoría de las plataformas de los medios egipcios. Según este perfil, Wang es una musulmana que practica durante el mes sagrado del islam, el Ramadán, aprendió árabe en El Cairo y llevaba tres años viviendo allí en mayo de 2020.
El perfil de Wang del El-Watan llegó después de la publicación de un video de TikTok en el que cantaba en lenguaje de signos «Tahia Masr» o «Viva Egipto», canción que se basa en el lema que se ha convertido en el distintivo del presidente Abdel-Fattah El-Sisi y su gobierno. Su elección de la canción probablemente atrajo la atención de un amplio sector del público egipcio.
Pruebas encontradas por Global Voices sugieren que el Grupo de Medios de Comunicación de China (CMG) designó a Wang directora de Producción en Egipto. Se trata de una empresa de comunicación estatal inaugurada en 2018, un año después de que Wang comenzó a trabajar en Egipto en 2017. Antes de eso, Wang pasó 10 años trabajando como locutora en China. Un informe sobre ella en CMG la describía como «la primera y única influenciadora de medios sociales en árabe de China en el extranjero».
Aunque el informe de CMG de enero de 2020 se refería a ella como la única influenciadora china en árabe, los algoritmos de Facebook indican que hay otras. Entre las recomendaciones de cuentas similares de Facebook se encuentran otras cinco personas que publican en árabe, incluidas varias egipcias que viven en China y también Suad Ye, otra «periodista» china con nombre árabe que trabaja en el CMG. Las semejanzas en el contenido y las estrategias de las redes sociales entre estas cuentas son fácilmente perceptibles, y todas promueven las narrativas estatales chinas en árabe.
La carta musulmana
Wang nunca corrigió a los medios egipcios que la presentaban falsamente como musulmana, y la afirmación la hizo más interesante para su público, en su mayoría musulmán. Sin embargo, este mismo público fue el causante de una reacción contra sus publicaciones que comenzó en abril de 2021 en respuesta a su posición sobre los uigures de China.
Un artículo de diciembre de 2019 de China Global Times se enorgullece del éxito inicial deWang al «convertirlo de negro a rosa» cuando se trata de los uigures, lo que indica que su misión es servir a los intereses del Gobierno chino y a su retórica propagandística, en lugar de ofrecer una información precisa e imparcial como periodista.
El artículo dice que había muchos «rumores» sobre la política de China en Sinkiang que circulaban en Egipto, y Wang, «directora de producción de China Media Group en Egipto», utilizaba sus cuentas en las redes sociales para revertir estas «opiniones influenciadas por Occidente sobre China». Según el artículo, se dedicó a comentar estos «rumores sobre Sinkiang», «en árabe fluido, para que la gente común en Egipto pueda saber la verdad, estos rumores sobre Sinkiang que provienen de la influencia occidental para socavar a China».
Wang suele establecer comparaciones para acercar las narrativas china y egipcia: En este artículo, establece paralelismos entre la guerra egipcia contra el terrorismo y las políticas contra los uigures, y las describen como una guerra china contra el terrorismo.
En abril de 2021, que coincidió con el mes sagrado de Ramadán, las publicaciones en Facebook de Wang empezaron a recibir una avalancha de comentarios enfurecidos. Muchos eran de musulmanes que denunciaban el trato chino a los uigures, con cientos de detenidos y extraditados desde Egipto a instancias de China en 2017. Estos comentarios se intensificaron en mayo, después de que publicó selfies en Sinkiang mientras «informaba» desde un campo de reeducación de niños uigures.
Durante su estancia en Sinkiang, Wang planteó el «problema» uigur como un problema de seguridad nacional, afirmó que China se enfrenta al mismo «terrorismo» que Egipto está combatiendo en el Sinaí y que está tomando las «medidas necesarias» para erradicar el «terrorismo» en Sinkiang. Publicó videos, posteriormente retirados de Facebook y de YouTube, de familias supuestamente musulmanas, algunas de las cuales viven en Pekín, para demostrar que China no discrimina a sus ciudadanos musulmanes. Escribió un artículo en árabe con un tono airado en el que exigía que se dejara de «difamar a China en relación con sus esfuerzos en Sinkiang para erradicar el extremismo».
La afluencia de comentarios airados a sus publicaciones no cesó. Más recientemente, parte de publicó evaluó su página como noticias falsas y propaganda.
A pesar de la creciente hostilidad, Wang sigue siendo una propagandista, publica sus sonrientes selfies, refuta los comentarios sobre los defectuosos cohetes espaciales de China y alaba el trato de su país a los «uigures extremistas». Incluso ha creado una página de fans que se describe como el ejército de Wang, que ella misma dirige.
Este artículo es parte de una investigación del Observatorio de Medios Cívicos sobre narrativas en competencia sobre la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China, y explora cómo las sociedades y las comunidades tienen diferentes percepciones de los posibles beneficios y daños del desarrollo liderado por China. Para obtener más información sobre este proyecto y sus métodos, haz clic aquí.