Captura de pantalla del artículo de Abzas Media sobre Telman Huseynov.

Este artículo se publicó originalmente en Abzas Media. Reproducimos una versión editada en virtud de un acuerdo para compartir contenido.

Se llama Telman Huseynov. Mientras hurgaba en la basura en las calles de Bakú, capital de Azerbaiyán, lo vio un periodista del medio en línea azerbaiyano Abzas Media, que luego filmó un día en si vida. La historia del video original se ha visto más de un millón de veces desde que se publicó, a mediados de abril. Telman no imaginó que ese reportaje le cambiaría la vida. Global Voices tradujo partes de la entrevista y su historia al inglés (el original está en azerbaiyano).

Telman Huseynov tiene 50 años y creció como huérfano, ha dormido en las calles de Bakú durante toda su vida. Pasó la mayor parte de su vida recogiendo basura, recolectando latas y plástico, que luego vende por lo que pueda recibir. Muchas veces, Telman ha intentado encontrar un trabajo, pero sin éxito. En su entrevista con Abzas Media, muestra a la cámara y al periodista su bien cuidada licencia de conducir, y agrega que ha sido inútil. El alto costo del alquiler impide que Telman alquile siquiera una habitación. Por tanto, Telman duerme en las calles y se viste con lo que encuentra en la basura. Se niega a robar porque, en sus palabras, eso sería «vergonzoso».

A veces, Telman visita una iglesia, donde pasa tiempo rezando. Desea tener un auto grande para conducir y trabajar, tener una casa y una esposa. «Pero es en vano», dice Telman rompiendo a llorar durante la entrevista.

Además del dinero que gana por vender la basura reciclable que recoge, casi siempre come lo que toma de la basura. En un punto del video, Telman mira a la cámara y dice, «La cena está lista. Encontré salchichas, algo de ketchup y pan», le dice sonriendo al corresponsal de Abzas. Encuentra pastel en algún sitio, pan y sobras en otro (que generosamente comparte con un gato callejero), y una jarra llena de sopa en otro lado. Se decepciona al encontrar una caja de té, que resulta estar vacía. «No he tomado té en casi veinte días», dice al periodista y al camarógrafo.

Telman trató de entrar a casas de retiro, pero según cuenta, con sus 50 años aún no tiene edad. «Mientras tanto, tendré que seguir en la basura 15 años más hasta que llegue a la edad de jubilación y pueda acceder a una pensión».

«No soy diferente del perro callejero que pasa todo el día hurgando en la basura», dice Telman. «Es difícil vivir, estoy harto», agrega, mientras se le caen las lágrimas.

Además de sus luchas diarias, a menudo lo expulsan los limpiadores de la municipalidad local, que le dicen que salga de la zona. Eso lo deja con las manos vacías, así que va a otro barrio.

Telman también ha sido reconvenido por hablar con el periodista de Abzsas Media. En el video, explica cómo la policía en un barrio, luego de verlo caminar con el periodista, lo detuvo. En la estación, los policías lo golpearon. Telman le cuenta al periodista al día siguiente, cuando lo encontraron. «¿Dijeron que estaba criticando al Estado? Y que supuestamente te dije que no hay Estado. Le juré al capitán en la estación que no dije eso. Dijeron que estaba mintiendo y siguieron golpeándome en la cabeza», explica Telman. Lo dejaron toda la noche en la estación y lo soltaron al día siguiente, con una advertencia de que la siguiente vez que un periodista le pidiera una entrevista, debería rechazarlo y no hablarle. Tal vez, en un intento de darle una lección a Telman, la Policía también le confiscó el dinero que tenía y sus cigarrillos.

«No quiero vivir», dice Telman al día siguiente cuando el corresponsal de Abzas Media regresa para hablar con él, y de nuevo estalla en llanto.

La historia de Telman llegó a personas generosas. Un empresario le ofreció trabajo y un lugar para vivir en otra ciudad. La última vez que Abzas Media habló con Telman por teléfono, dijo que estaba contento por estar donde estaba. Ahora vive en un bosque, tiene un techo y un empleo.