Mujeres de Afganistán enfrentan desafíos y limitaciones en agricultura

Mujeres afganas cosechan azafrán. Captura de pantalla del canal de YouTube Al Jazeera English.

Este artículo es de F.S. para Hasht-e-Subh Daily. Publicamos una versión editada en virtud de un acuerdo de asociación. 

La agricultura y la ganadería son ocupaciones principales en Afganistán, aproximadamente el 80% de la población se dedica a estas actividades. Las mujeres afganas ocupan una parte importante de esta fuerza laboral. Participan en la agricultura, ganadería, jardinería, cría de pollos y peces, artesanía, entre otras tareas. También desempeñan un papel clave en el manejo de la tierra y los recursos naturales. Además, casi toda la producción láctea la hacen mujeres en zonas rurales.

Sin embargo, este nivel de actividad y trabajo no significa que las mujeres tengan tierras o se enriquezcan con la venta de sus productos. Al contrario, las mujeres en zonas rurales se consideran como un sustituto del trabajo masculino y trabajadoras no remuneradas, cuyo trabajo no conduce a la independencia ni mejora sus condiciones de vida.

La razón principal de esto es la falta de control y propiedad sobre los productos conjuntos de su trabajo cuando colaboran con hombres. Las mujeres no se benefician tanto de su trabajo, y cualquier ingreso que se genere pertenece al jefe hombre de familia. Además de trabajar junto a los hombres en los campos, las agricultoras también cuidan a sus hijos en casa. Sin embargo, el trabajo de estas mujeres, tanto en el hogar como en los campos, no se considera trabajo.

Veinte años de empoderar a las mujeres en el campo

En los últimos 20 años, Afganistán ha priorizado el empoderamiento de la mujer. En este sentido, algunas ONG han ayudado en cierta medida a las mujeres afganas de sitios rurales a participar regularmente en los sectores de agricultura y ganadería. El Ministerio de Rehabilitación Rural y Desarrollo de Afganistán planificó un programa de desarrollo económico para áreas rurales, con un enfoque en las mujeres en las 34 provincias del país.

El objetivo del programa de desarrollo económico era «elevar las capacidades sociales y económicas de las mujeres rurales pobres en aldeas seleccionadas». Además, una de las metas del Programa de Solidaridad Nacional (PSN) en 2023, y luego de la carta de los ciudadanos, era proporcionar recursos agrícolas a las mujeres.

Aquí hay un video de YouTube sobre el proyecto de 2017 que enseñó habilidades agrícolas y de preservación de alimentos a mujeres afganas.

Por último, en septiembre de 2018, se lanzó el proyecto de Empoderamiento Económico de las Mujeres para disminuir la pobreza entre las mujeres rurales y agrícolas mediante la creación de oportunidades para generar dinero en sus villas, aumentando el empleo femenino y mejorando la situación de las agricultoras en zonas rurales.

Sin embargo, la guerra y la inseguridad, las normas sociales discriminatorias, la ineficiencia del Gobierno en crear conciencia y la falta de esfuerzos para mejorar las condiciones de las mujeres significaron que estos esfuerzos no lograron grandes cambios en la situación de las agricultoras. Los proyectos diseñados para las mujeres no convirtieron a las mujeres afganas en emprendedoras ni las hicieron dueñas de sus activos ni fuerza laboral. Las agricultoras no ganaron acceso a trabajos adecuados y regulares y su calidad de vida no mejoró. Continúan enfrentando hambre, desnutrición, falta de acceso a atención médica, y actividades productivas limitadas. Su situación se ve agravada por el hecho de que tienen niveles muy bajos de alfabetización y conciencia.

Agricultoras bajo el Talibán

El control del Talibán sobre Afganistán ha dejado a las agricultoras y criadoras de ganado en una situación deplorable. A pesar de que la situación no era mucho mejor antes, las mujeres desempeñaban un papel esencial en la organización de pequeñas asociaciones y se beneficiaban de una asistencia limitada. Con la llegada del Talibán al poder en agosto de 2021, todas las mujeres (tanto rurales como urbanas) han sido privadas de los derechos y privilegios que tenían. Las mujeres urbanas han perdido todas sus libertades, así como el derecho a trabajar y la educación, mientras que las agricultoras rurales han sido empujadas aún más hacia los márgenes.

Las restricciones y las desfavorables condiciones agrícolas y ganaderas han generado numerosos desafíos para las agricultoras. El ascenso al poder del Talibán ha empeorado la situación agrícola en Afganistán. Esto es preocupante, dado que el 33.48% del PIB del país depende de la agricultura, y las mujeres desempeñan un papel importante.

El informe de 2021 de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) declaró que «millones de afganos están al borde del desastre, y si sus animales mueren o sus campos no son sembrados, el desastre se desatará». Esta sombría predicción se está materializando hoy. En la actual crisis económica, las agricultoras rurales son más vulnerables que cualquier otro grupo. Enfrentan una alta probabilidad de perder sus escasos activos o ahorros, que suelen destinarse a gastos de atención médica e higiene familiar.

El impacto económico causado por el ascenso al poder del Talibán, junto con el aumento de los precios de los bienes esenciales a sumido a las comunidades rurales en una mayor pobreza. El aumento del costo de las semillas, la recaudación de los diezmos por los talibanes y las restricciones impuestas en las mujeres ha empeorado la situación agrícola en general y la situación económica de las agricultoras rurales.

Aquí hay un video de YouTube sobre los cambios en Afganistán después de que los talibanes regresaron al poder en 2021.

Adicionalmente, la incapacidad de vender productos en el mercado o la obligación de venderlos a precios bajos ha forzado a los hombres a migrar y, en algunos casos, abandonar por completo la agricultura y la cría de animales. Esto ha trasladado la carga de la siembra y cría de ganado a las mujeres. En ausencia de los hombres y debido a barreras sociales, las mujeres carecen de seguridad económica y a veces no pueden utilizar los recursos disponibles para la tierra y su manejo.

Además, la falta de mercados adecuados para los productos lácteos ha dejado a las ganaderas en una situación aún más empobrecida. Algunas agricultoras de verduras han informado que sus productos se venden a precios muy bajos, y que el dinero que ganan no es suficiente para cubrir el costo de sus alimentos.

Trabajo en dos frentes

Debido a su papel en el desarrollo económico y sus responsabilidades familiares, las agricultoras requieren atención y apoyo serios. Las mujeres afganas asumen las responsabilidades del cuidado familiar, la educación y la atención médica, mientras trabajan simultáneamente en la agricultura y cría de ganado. Son actores críticos en el desarrollo de las comunidades rurales y del país como tal. Es fundamental empoderar a estas mujeres a través de la educación, la formación profesional, y acceso a los mercados. Empoderar a las agricultoras es esencial para el desarrollo económico y la seguridad alimentaria de Afganistán.

Hoy en día, las mujeres rurales están privadas de oportunidades de educación y adquisición de habilidades, y también una mayor exposición a la violencia. Hay oportunidades para que la comunidad internacional, las organizaciones locales y los líderes comunitarios a desempeñar un rol más activo en el apoyo a las agricultoras rurales. Entregarles insumos agrícolas, asistencia técnica y acceso a créditos y servicios financieros sería un gran beneficio para ellas. Asimismo, es importante realizar campañas de sensibilización que desafíen las normas sociales y prácticas discriminatorias que dificultan el progreso de las mujeres en la agricultura y cría de ganado.

Aquí hay un video de YouTube sobre el proyecto del PNUD que apoya a las agricultoras en Afganistán.

Es esencial reconocer el tremendo potencial de las mujeres afganas e invertir en sus capacidades para mejorar sus vidas y el bienestar de sus familias y comunidades. Al abordar los numerosos desafíos que enfrentan las agricultoras y entregarles las herramientas y recursos necesarios, Afganistán puede construir una sociedad más inclusiva, equitativa y próspera para todos. Pese a los numerosos desafíos que enfrentan las agricultoras, siguen siendo una piedra angular de la sociedad afgana.

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