Hackean perfil de X de la primera dama, brasileños acusan a la red social por demorarse en tomar medidas

Rosangela ‘Janja’ da Silva, primera dama brasileña. Imagen de Claudio Kbene, Presidencia de Brasil. Usada con autorización.

El perfil en X (antes Twitter) de la primera dama de Brasil, Rosangela ‘Janja’ da Silva, fue hackeado el 11 de diciembre. Durante más de una hora, los hackers que tomaron la cuenta publicaron mensajes difamatorios contra Janja, el presidente Luiz Inácio ‘Lula’ da Silva y el juez de la Corte Suprema Alexandre de Moraes, que está a cargo de las investigaciones sobre grupos bolsonaristas.

En su perfil oficial, que tiene más de 1.2 millones de seguidores, Janja realiza publicaciones sobre las acciones gubernamentales y sobre su vida diaria con el presidente. A la mañana siguiente del hackeo, la cuenta seguía activa pero sin que ninguno de los 3446 mensajes fuera visible.

Tres días después, un joven de 17 años confesó a la Policía Federal ser el responsable de hackear las cuentas de X, de LinkedIn y el correo electrónico de la primera dama, según informó el periódico O Globo. El joven afirmó haber encontrado la información en una filtración de datos.

Según el medio G1, el bloqueo de la cuenta se produjo luego de una solicitud hecha por la Policía Federal de Brasil, que lidera la investigación del caso, y se desactivará tan pronto se logre garantizar la preservación de los datos. La Fiscalía General también exigió a X que congelara la cuenta y conservara todos los datos de acceso, mensajes directos y direcciones IP hasta el final de la investigación.

Recientemente, Meta, otro gigante de las redes sociales, informó a la Corte Suprema brasileña que ya no podía proporcionar el video publicado por el expresidente Jair Bolsonaro en Facebook, que se usaría en las investigaciones sobre los ataques a los cuarteles generales de los Tres Poderes en Brasilia en enero de 2023. El video fue recuperado por la Fiscalía Federal posteriormente.

Imagen: Captura de pantalla de X.

En un comunicado oficial, la Oficina Presidencial brasileña repudió el ataque y dijo que contactó a la Policía Federal y a X para tomar medidas. «No toleraremos delitos, discursos misóginos, odio ni intolerancia en las redes sociales», declaraba el comunicado con respecto al tono del contenido difundido por los responsables del hackeo.

Además de los ataques a Lula y al juez de la Corte Suprema, Moraes, muchos mensajes tenían palabras sexistas y misóginas dirigidas a Janja, como señaló el usuario @KriskaCarvalho:

El mocoso que hackeó la cuenta de Janja es un misógino. No solo cometió un delito cibernético, también ejerció violencia contra la mujer. La mayoría de las publicaciones eran agresiones contra el género femenino. Ninguna mujer escapa al fascismo y al odio que se apoderaron de las redes sociales. ¡Basta!

Por su parte, @Rafael_Parente también comentó sobre el tono sexista:

Janja Lula Silva.
Acc10nada por la ecológica Fernanda Araujo Gibertoni
Ludwig y Smalkade.
Janja Lula Silva
Lula es un canalla, le engaño como Neymar a Neymar.
Soy una perra violada
.
——–
La cuenta de Twitter de Janja fue hackeada y 9 de cada 10 tuits eran ofensas sexuales. Es impresionante cómo uno de los rasgos de la extrema derecha es el odio hacia la mujer.

Muchos usuarios, especialmente periodistas, también señalaron la demora de X en tomar medidas y eliminar el hackeo mientras estaba en curso:

Durante los últimos 40 minutos, un hacker ha estado escribiendo todo tipo de contenido inapropiado en la cuenta de la primera dama de Brasil y el perfil sigue activo. El señor Elon Musk despidió a todos los que trabajaban en Twitter Brasil. ¿Qué se espera de una empresa que responde a las solicitudes de prensa por correo electrónico con un emoji de caca?

He contactado a todos los ejecutivos que trabajaban en Twitter.

Ninguno está trabajando ahí ahora.

X no tiene equipo en Brasil.

El perfil de la primera dama, Janja Lula Silva, seguirá bajo las reglas del hacker misógino.

El 19 de diciembre, Janja apareció en la transmisión semanal de Lula «Charla con el presidente» y criticó a Elon Musk; dijo que ganó dinero mientras atacaban su cuenta y que demandará a X.

«Vivimos en una sociedad regulada. ¿Por qué internet debería quedar afuera?», cuestionó. La primera dama y el presidente también discutieron sobre las regulaciones en las redes sociales después del incidente.

Una semana antes, Janja publicó en Instagram, donde tiene 2.3 millones de seguidores, un comentario sobre el ataque y calificó las publicaciones como «sexistas y criminales, típicas de quienes desprecian a las mujeres, que conviven en una sociedad en democracia y con leyes». El 17 de diciembre, volvió a publicar en X:

La semana pasada, después de que atacaron mi correo electrónico y mis perfiles de X y de LinkedIn, me sentí expuesta, agredida, amenazada y menos respetada que nunca. Hubo momentos de angustia, ansiedad y tristeza, pero también de confianza y fortaleza por tantos mensajes de apoyo y consuelo que recibí.

Pensé mucho si debía volver o no a esta red social, no solo por las agresiones que se publicaron en mi perfil, sino, sobre todo, por la demora en actuar de los administradores de X, quienes no congelaron mi perfil para que las agresiones dejaran de publicarse y pudieran ser silenciadas. Mi equipo de red actuó con rapidez, pero la pesadilla se prolongó durante hora y media hasta que finalmente lo bloquearon. Las molestias y la burocracia continuaron para poder recuperar la cuenta y, además, la entrega del informe de la plataforma a la Policía Federal para la investigación del caso ocurrió recién cuatro días después de que se cometieran los delitos.

Pensaba en la angustia de tantas mujeres que también han sufrido y sufren este tipo de ataques y que, como no son personajes públicos, tienen aún más dificultades para conseguir que las plataformas de redes sociales actúen. La mayoría de las veces estas mujeres se enfrentan al desprecio, la falta de respeto y la victimización, incluso hasta la muerte.

Es triste que un adolescente de 17 años esté dispuesto a difundir semejante odio y repugnancia hacia las mujeres. Lo que es aún más absurdo es que las plataformas permitan que estos crímenes se lleven a cabo libremente.

Tenemos que hablar de responsabilizar a las plataformas. No podemos permitir que se cometan cada vez más delitos de odio contra nosotras, las mujeres, fuera y dentro del entorno online. No podemos permitir que las plataformas sigan lucrando con el odio, como estoy segura de que ocurrió en el caso del hackeo de mi perfil. Hora y media de ganancias para X.

La máxima machista de que «la culpa siempre es de la víctima» se repite sin cesar en la ciberdelincuencia. Por eso las redes clandestinas tienen secuestradas a tantas mujeres, niños y adolescentes. Estas redes deben ser investigadas, prohibidas si es necesario, y deben responsabilizarse penalmente por sus delitos.

Las mujeres queremos sentirnos seguras en la sociedad y también en el entorno digital. Necesitamos que la sociedad brasileña, y de todo el mundo, se involucre en la lucha contra este tipo de delitos, que se cometen con tanta frecuencia contra mujeres de todas las nacionalidades, posiciones políticas y clases sociales.

Por eso he decidido mantenerme firme y activa en las redes sociales, una forma más de seguir luchando para que todas las mujeres puedan vivir libres de violencia.
¡¡¡Sigamos juntos!!!

Janja es socióloga y en Brasil suele ser criticada por opinar sobre algunos temas y por participar en agendas oficiales presidenciales.

Fue militante del Partido de los Trabajadores (PT) antes de comenzar una relación con Lula, meses antes de que lo enviaran a prisión en abril de 2018 por las investigaciones sobre la Operación Lava Jato.

El 14 de diciembre, después de que la Policía Federal allanó los domicilios de algunos sospechosos, el presidente Lula habló sobre el incidente en un evento público:

¿Saben quién hackeó el perfil de Janja? Un joven de 17 años, que propaga el odio en línea. ¿Cuándo reaccionaremos y formaremos a esta juventud para que no ejerza violencia contra niñas y mujeres? Necesitamos politizar a la juventud. Debemos fortalecer este compromiso.

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