Montones de humo en el sur de Líbano tras el ataque israelí. Captura de pantalla de video by AFP. Uso legítimo.

Este artículo es de Hassan Sidyan y se publicó originalmente en Raseef22 el 5 de enero de 2024. Global Voices publica una versión editada como parte de un acuerdo para compartir contenido.

“Entramos en batalla el segundo día de la guerra contra Gaza, y la Operación Tormenta de Al-Aqsa fue totalmente palestina tanto en decisión como en ejecución”.

Con esta declaración, realizada el 3 de noviembre de 2023, el líder libanés de Hezbolá, Hassan Nasrallah, reveló la participación de Líbano en la Operación Tormenta de Al-Aqsa contra Israel, casi un mes después de que Hezbolá atacó instalaciones militares israelíes en el sur de Líbano el 8 de octubre. La batalla adoptó una forma geográfica específica, con reglas de enfrentamiento definidas, y se le conoce como Operación Isnad (apoyo) para Hamás.

Nasrallah negó la participación de Hezbolá en el ataque de Hamás contra Israel el 7 de octubre. Sin embargo, en la semana siguiente al 7 de octubre, los conflictos se intensificaron entre Hezbolá e Israel, y llegaron a un punto en el que Israel comenzó a atacar a civiles en el sur de Líbano.

El 13 de octubre, al periodista Issam Abdallah de Reuters murió por un cohete israelí en Líbano, y varios de sus compañeros sufrieron lesiones.

En su muy esperado discurso, Nasrallah destacó que la expansión de la guerra dependía de las acciones de Israel hacia Líbano. Desde el 8 de octubre, han muerto 140 miembros de Hezbolá, además de numerosos civiles y periodistas, y 74 000 civiles han sido desplazados del sur de Líbano: el número de víctimas ha sido considerable.

Un escenario en desarrollo

A medida que se intensificaban los enfrentamientos en el sur de Líbano, a lo largo de la frontera entre Líbano e Israel se emprendían diversas maniobras políticas internas para evitar arrastrar a Líbano a una guerra. Sin embargo, no hay garantía de que pueda detenerse.

La magnitud de las confrontaciones aumentó cuando Hezbolá introdujo nuevas armas a principios de noviembre, que incluían drones y asentamientos en Israel. Esto ocurrió como parte de una serie de operaciones el 15 de octubre, que involucró misiles hacia el oeste de Galilea, entre cada vez mayores conflictos entre Israel y Hezbolá.

Luego, el 4 de diciembre de 2023, se crearon las Vanguardias de la Inundación de Al-Aqsa, unidad de resistencia armada de Hamás, para reclutar combatientes, lo que genera un campo alternativo o adicional para los líderes y miembros de Hamás fuera de Gaza. Se prevé que esta iniciativa reciba apoyo político y sobre el terreno de los dirigentes de Hezbolá con el objetivo de poner a prueba su papel como pieza clave en el escenario libanés en la próxima fase.

El establecimiento de esta nueva sucursal de Hamás tuvo una reacción significativa en Líbano, ya que muchos lo ven como una violación de la soberanía libanesa.

Había advertencias sobre el potencial de repetir escenarios pasados, como los que involucraban a la Organización de Liberación Palestina, y temor a que Israel repita la invasión a Líbano en 1982. Estas preocupaciones coincidieron con las declaraciones del jefe de la agencia de inteligencia interior israelí, Ronen Bar, en la Corporación de Radiodifusión Pública Israelí, cuando amenazó con perseguir a los líderes de Hamás tanto en Líbano como en Turquía, aunque llevara años.

¿Una solución política como alternativa?

Paralelamente a la escalada, se iniciaron acciones  para apaciguar el frente sur. A finales de diciembre, los diplomáticos occidentales intensificaron sus esfuerzos para aplicar la resolución 1701 de Naciones Unidas, con el objetivo de sofocar las hostilidades a lo largo de la frontera que comparten Líbano e Israel. Esto implicó preparar las condiciones para ejecutar la resolución 1701 de Naciones Unidas y resolver la disputa sobre siete de los trece puntos de la resolución, a cambio de reconocer las granjas de Shebaa y asegurar la retirada de Hezbolá «detrás del río Litani”.

Esta propuesta está lista para ser discutida con el primer mediador, Amos Hochstein, asesor de energía del presidente de Estados Unidos. Hochstein regresó a Beirut a comienzos de enero a mediar entre Líbano e Israel y determinar las fronteras terrestres entre los dos países, según reveló la embajadora estadounidense en Líbano, Dorothy Shea, durante su viaje de despedida por Líbano en diciembre.

Mientras tanto, Israel exige que Hezbolá retire sus tropas de la frontera, al menos las de élite, para facilitar el regreso de 80 000 colonos, que han desocupado el norte por miedo a Hezbolá y no están dispuestos a volver a menos que se resuelva políticamente.

Según el ministro israelí Yoav Gallant, en entrevista en la radio del Ejército israelí el 7 de diciembre, Israel planteó una maniobra militar para alejar a Hezbolá de las fronteras.

Asesinatos políticos

El 26 de diciembre, Israel asesinó a Reza Mousavi, alto asesor de la Guardia Revolucionaria iraní, responsable de coordinar las fuerzas de apoyo en Siria, en un bombardeo aéreo a las afueras de Damasco. Durante años, Israel ha llevado a cabo ataques contra lo que define como blancos relacionados con Irán en Siria.

En una conferencia de prensa del 28 de diciembre, Benny Gantz, miembro del gabinete israelí, amenazó con llevar a cabo una operación militar de amplio alcance en el sur de Líbano contra Hezbolá.

El siguiente punto de la lista de objetivos fue Salah al-Arouri, dirigente de Hamás que vivía en los suburbios del sur de Beirut. Al-Arouri era jefe adjunto de la oficina de Hamás y líder del movimiento en Cisjordania.

Fue asesinado el 2 de enero de 2024, por un ataque de drones contra la oficina del movimiento ubicado en los suburbios del sur de Beirut. El ataque provocó la muerte de dos líderes, cuatro miembros de Hamás, y dejó varios heridos.

A Al-Arouri se le describe como el «arquitecto» de los ataques de Hamás en Cisjordania contra soldados y colonos israelíes. Israel lo acusa de lanzar cohetes desde Gaza y Líbano. Su asesinato condujo a suspender las negociaciones sobre un acuerdo de intercambio de prisioneros, y las fuerzas israelíes han estado muy alerta desde entonces en la frontera libanesa.

Tranquilidad en Israel… ¿Y en Líbano?

Líbano se encuentra en un estado de tensión y temor tras el asesinato de Al-Arouri en Beirut. Este incidente podría servir de advertencia en medio de la creciente preocupación por una escalada del conflicto después de que Israel infringió las reglas de enfrentamiento. La situación es preocupante por la respuesta de Hezbolá y por la posibilidad de que Líbano se vea arrastrado a una guerra regional, que, según los analistas, es el objetivo de Netanyahu.

El público libanés buscó estas respuestas en el discurso de Hassan Nasrallah del 3 de enero. Con motivo del cuarto aniversario del asesinato del excomandante de la Guardia Revolucionaria Qassem Soleimani, Nasrallah declaró que el asesinato de Al-Arouri no pasaría desapercibido ni quedaría impune.

Con respecto a que Líbano se viera arrastrado a una guerra. Nasrallah indicó que Israel lo determinaría a través de sus acciones, y dijo: “En caso de que el enemigo inicie una guerra contra Líbano, nuestra lucha no tendrá límites, fronteras, reglas ni restricciones”.

Por otro lado, el analista político libanés Qassem Qassir señaló a Raseef22 que el asesinato de Al-Arouri era una manera de responder al fracaso militar israelí y un intento de trasladar la batalla fuera de Gaza.

Qassir considera que “Nasrallah absorbió deliberadamente los resultados de la operación y se centró en los resultados de la batalla de la tormenta de Al-Aqsa y la derrota de Israel en el campo de batalla”. Él concluye:

The location and nature of the response cannot be determined because it is linked to the conditions on the arena. However, it is clear that Hezbollah will not slide into a major confrontation or war unless Israeli aggression advances.

El lugar y la naturaleza de la intervención no pueden determinarse porque están ligados a las condiciones sobre el campo. Sin embargo, está claro que Hezbolá no se precipitará en un enfrentamiento ni una guerra de gran envergadura, a menos que avance la ofensiva israelí.