Pakistán: Uso blasfemo de la Ley de Blasfemia

La ley de Blasfemia en Pakistán ha despertado controversias por largo tiempo y ha sido criticada y cuestionada por los activistas de Derechos Humanos. Desde su formulación, ha sido usada como herramienta para difundir violencia e incitar miedo, particularmente entre las minorías.

El reciente caso de Aasia bibi [en], en el que una mujer cristiana fue procesada por cargos de blasfemia y, finalmente, sentenciada a muerte, ha despertado enérgicas denuncias de parte de la comunidad pakistaní online. Como si eso no fuera suficiente, un médico en Hyderabad fue arrestado bajo cargos de blasfemia, acusación que luego resultó falsa.

Kalsoom de CHUP -Changing Up Pakistan informa [en]:

La Policía arrestó a Naushad Valiyani, un médico de Hyderabad, por haber insultado supuestamente al profeta Mahoma. Valiyani, quien es Ismaelita, fue detenido tras una denuncia de un representante médico, quien dijo que el médico «durante una visita a su clínica, arrojó a un cesto de basura su tarjeta de visita, la cual tenía escrito su nombre completo, Muhammad [Mahoma] Faizan».

Adil Anjum escribe sobre esta absurda acusación en un post [en] publicado en All Things Pakistan:

«Usar el nombre del Profeta en vano para difundir odios mezquinos y personales es en sí mismo un insulto al mensaje y la persona del Profeta (PBUH) [Peace be upon him, “La paz sea con él”]. Cualquier persona que se preocupe por «Namoos-e-Rasool» (la veneración al Profeta) debería sentirse insultado e indignado por cómo el «namoos» (la reverencia) está siendo ridiculizada por aquellos que difunden el odio en nombre de la blasfemia.»

Muchos bloggers importantes están trabajando activamente en la reforma de la Ley de Blasfemia, una causa que el partido gobernante, el Partido Popular de Pakistán (PPP), parece apoyar. Sin embargo, el problema es más profundo que eso. Ahmad Ali escribe [en] en el Express Tribune Blogs:

«El hecho es que aquellos que llaman a rechazar la ley de blasfemia tienen que tomar una decisión crucial. Tienen que emprender un proceso de lucha intelectual y alzar, de manera creativa e incondicional, la causa de la ijtihad. Los liberales paquistaníes, como dije anteriormente, tienen que entrar en el dominio de la interpretación religiosa para presentar una narrativa y una visión alternativa para la armonía y la libertad religiosa, que seguramente formarán la base de un orden público islámico justo y pacífico.

Ahmed afirma muy acertadamente que los liberales y humanistas en Pakistán se distanciaron de la reforma religiosa de un modo tal que ya no tienen poder de decisión sobre el curso que tomará.

Pakistán

Escribiendo en este mismo estilo, el autor de un post anónimo [en] en Teeth Maestro Blog nota:

«Corregir la ley es, en efecto, intentar un tratamiento sintomático de un cáncer arraigado. A menos que los factores subyacentes que promovieron la ley, garantizaron su abuso y propagaron su apoyo sean tratados, casos como el de Aasia Bibi seguirán apareciendo.»

El autor llama a los involucrados en la modificación de la ley a trabajar más fervientemente hacia la mejora del estado y sus estructuras, en primer lugar, para hacer de esas leyes draconianas algo más ameno.

“El acercamiento correcto para las élites liberales es entender, en primer lugar, el abanico de posibilidades en Pakistán y entender que la revocación de la ley no es actualmente una posibilidad. En su lugar, los esfuerzos deberían enfocarse en fortalecer la capacidad del estado, mejorar el estado de derecho en el país y promover la tolerancia en la sociedad, ideales que tienen apoyo público. Un Estado más fuerte castigará a aquellos que acusan erróneamente, encarcelará a los clérigos por incitar a la violencia y los beneficios no se restringirán sólo a las víctimas de la Ley de Blasfemia.»

El aspecto más problemático de los muchos que emanan de la ley de blasfemia es la vía libre para incitar el odio, como ha sido demostrado por cierto clérigo que ofreció recompensas monetarias [en] para quien matara a Aasia bibi. Este y otros actos similares alentaron a los extremistas a practicar la violencia y cometer asesinatos en nombre de la religión.

Beena Sarwar, una eminente periodista de Pakistán, estuvo colaborando con expertos en derecho para averiguar si han habido repercusiones sobre esta intimidación criminal y descubrió en su post [en] que la Constitución de Pakistán tiene disposiciones que castigan bajo pena de multa, prisión y en casos extremos, sentencia de muerte, a quienes cuya provocación pudiera resultar en violencia.

Citando su opinión y, de algún modo, resumiendo los sentimientos generales de la blogósfera pakistaní sobre la ley de blasfemia, Awais Aftab afirma [en]:

“Por supuesto, hay una diferencia entre una crítica intelectual y palabras irrespetuosas proferidas en el contexto de una pelea, ¡pero el castigo para esta última es todavía más superfluo! ¡La sentencia de muerte por blasfemia es, esencialmente, un castigo capital por insultar! Debe ser inaceptable para cualquier persona que crea en los derechos humanos.»

La comunidad en línea de Pakistán ha condenado largamente la cruel manifestación de la ley de blasfemia en el espectro social. Es hora de realizar esos pasos pragmáticos, graduales para que generen un cambio en la mentalidad social, dando a entender que una propuesta para enmendar esta ley no es preferentemente y vehementemente opuesto y por lo tanto, que no se la interprete como inútil incluso antes de ser llevada a cabo.

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