Esta es la segunda parte de una serie de dos posts sobre las perspectivas cubanas a los 50 años del embargo. Por favor, leer la primera parte acá.
El embargo de Estados Unidos (o bloqueo) contra Cuba despierta apasionadas reacciones, debates y reflexiones que no han disminuido con el tiempo: el embargo tiene ya 50 años. Más allá de opiniones de políticos, diplomáticos y estrategas, los cubanos -dentro y fuera de la Isla- han vivido y sentido el embargo en el terreno.
Con eso en mente, Janine Mendes-Franco [en], editora del Caribe de Global Voices y yo, entrevistamos a un blogger que vive fuera de la isla y uno que vive en Cuba para brindar diversas perspectivas sobre el embargo, un tema muy complejo y de muchas aristas. Janine entrevistó a Alberto de la Cruz, director editorial de babalu blog, y yo entrevisté a Elaine Díaz, editora del blog Polémica Digital, periodista, profesora de Periodismo en la Universidad de La Habana y autora de Global Voices.
Global Voices (GV): El embargo de EE.UU. sobre Cuba – probablemente el impedimento económico más largo de la historia- cumplió hace poco 50 años. Quienes lo apoyan lo ven como una medida necesaria en contra de un gobierno comunista; los críticos dicen que es un fracaso que en realidad no lastima al régimen sino al cubano promedio. ¿Cuál es tu posición?
Elaine Díaz (ED): Definir una posición puede ser difícil; pero, en este caso, siempre ha sido sencillo ubicarse en un espacio. El bloqueo, que algunos llaman embargo, me parece, en primer lugar, una ofensa a Cuba como nación. Ningún país tiene derecho a imponer sanciones financieras o políticas a otro por estar en desacuerdo con su sistema político. Cada pueblo tiene derecho a escoger su filiación ideológica, y Cuba no es la excepción. El temor al fantasma del «comunismo» le ha brindado un marco legal a Estados Unidos para imponer este conjunto de leyes que, contestando tu segunda pregunta; no afectan en nada al gobierno, sino al ciudadano común, que se ve privado del acceso a artículos de primera necesidad porque se encarecen las inversiones y nuestra maltrecha producción nacional no da abasto a la demanda actual.
GV: ¿Qué crees que ha conseguido, si es que ha conseguido algo?
ED: Creo que ha creado un sentimiento de atrincheramiento, de necesidad de defender la isla, de promover un sistema político autónomo que ha sido capaz de resistir esta hostilidad durante 50 años.
GV: ¿Crees que el embargo, tal como está ahora, está haciendo algo para mejorar la situación política o de derechos humanos en Cuba?
ED: En lo absoluto.
GV: ¿Ves una mejor alternativa?
ED: Respetar el derecho a la autodeterminación de los pueblos.
GV: ¿Qué te parece el reciente levantamiento de las restricciones de viaje y facilitar las remesas?
ED: Me parece una medida muy acertada. Existen muchísimas familias sufriendo por la enemistad de dos gobiernos. El bloqueo se ha traducido en la separación de familias, de padres e hijos de alguna manera indirectamente. Hasta hace algunos años tener un familiar residiendo en Estados Unidos constituía un estigma; las recientes medidas de flexibilización tanto desde Cuba como por parte de Estados Unidos, sientan las bases, aunque aún insuficientes, para un diálogo entre las dos naciones.
GV: ¿Cómo ha afectado el embargo a Internet en Cuba? En términos de infraestructura, acceso y distribución.
ED: El acceso a cualquier tecnología específica. No creo que Cuba estuviese en ningún momento de acuerdo en conectarse a algunos de los cables de fibra óptica que provee Estados Unidos por cuestiones de seguridad nacional.