[Todos los enlaces llevan a páginas en portugués]
Lanzada en setiembre de 2013, #AmoMeuFazer (#AMF) es una revista digital trimestral sobre gente que ama lo que hace y que comparte sus historias y proceso creativo:
Gente que – a partir de seu fazer – mudou sua trajetória de pensar, sentir, se relacionar, trabalhar e viver. Ou simplesmente encontrou uma forma de realização e de alegria cotidiana naquilo que produz. Retratamos os mais diversos fazeres, seus processos criativos e a beleza de cada um.
Gente que -a partir de lo que hace- ha cambiado su manera de pensar, sentir, relacionarse, trabajar y vivir. O que simplemente encontró una manera de realización y alegría cotidiana en lo que hacen. Retratamos sus diversos quehaceres, sus procesos creativos y la belleza de cada uno.
Todo comenzó con el blog A Florista, que durante tres años estuvo recogiendo historias de personas que aman lo que hacen, los llamados “flores”. Poco a poco, las blogueras –Karine Rossi, Gleice Bueno y Dani Scartezini– se dieron cuenta de que lo les gustaba más acerca de bloguear era «encontrar, llegar a conocer, retratar y compartir historias reales y transformadoras».
El blog se convirtió en la Editora Florista, editorial cuya primera publicación es la revista digital #AMF, que celebra sus primeros tres meses de existencia con 18 entrevistas que van acompañadas de bellas fotos y, en algunos casos, videos. El segundo fruto de la editorial, la Escola do Fazer (Escuela de hacer), es un proyecto que tiene la finalidad de reunir a personas que aman lo que hacen con personas a las que les gustaría aprender una actividad donde podrían encontrar alegría, compartiendo la experiencia de hacer.
Para este artículo, hemos seleccionado a cinco de las mujeres destacadas de la revista #AmoMeuFazer que han tenido el valor de abandonar su carrera y trabajo para hacer lo que les gustaba y que empezaron a amar lo que hacen.
La arquitecta que se convirtió en educadora
Fabi Diaz se graduó de arquitecta, era dueña de un popular bar en São Paulo, y lo dejó todo atrás para vivir en el estado de Bahía, donde la inspiró el contraste entre los bellos paisajes y la pobreza local para trabajar en educación para niños. Hace seis años, empezó la escuela Jardim do Cajueiro, un espacio para aprender a través del arte, la música, la convivencia social y la sensibilidad medioambiental:
El coraje siempre presente, la mirada a los niños, a sus necesidades y sus familias nos orientó, y el trabajo se ha hecho a través de mucho estudio, y, antropología y pedagogía Waldorf. […] El colegio depende del auspicio de las personas que pagan los costos de tener a un niño en el colegio. El 75 por ciento de nuestros estudiantes tienen becas, estos auspicios son esenciales. Cada persona que ayuda es importante, y siempre estamos batallando para tener más auspiciadores.
Este año tuvimos ayuda financiera para construir nuestro propio colegio, ¡otro gran sueño! El gobierno de la ciudad nos dio un terreno en reconocimiento a nuestro servicio, y después de un año de luchas comenzamos la construcción. Solamente tenemos un tercio del valor total de la construcción, y para completar este importante paso, necesitamos la participación de todos los que puedan ayudar de alguna manera, ya sea donando o ayudándonos a recaudar fondos.
El tamaño del colegio, 70 niños ahora y con una predicción de crecimiento de una clase por año, ya es demasiado grande y no entra en locales alquilados. Realmente necesitamos nuestro espacio. Nuestros planes son grandes, y ya no hay vuelta atrás ahora que hay muchas, muchas familias, muchas vidas, muchos destinos… La hazaña es enorme.
Siento que necesitamos más y más soñadores con nosotros: nuestro objetivo es tocar corazones, la transformación a través del amor es nuestro desafío. Con esta historia, quiero dar un verdadero haz de luz para iluminar los diversos caminos posibles que existen para los que cruzan nuestro camino, y que quieren ayudar a hacer un mundo mejor.
La bailarina que se convirtió en doula
Maíra Duarte decidió dejar sus tres trabajos y viajar «a ver el mar, meditar y pensar sobre la vida». En una aldea simple que no tiene electricidad, redescubrió su talento para diversas terapias, y tener a sus hijos con parto natural fue uno de los pasos más importantes para que empezara su carrera como doula:
Estaba sin dinero para regresar a casa y mi plan no había dado resultado. «¿Qué voy a hacer ahora?» El dueño de la casa donde me alojaba dijo: «cuando no sé qué hacer, me voy al río». Agarré una gran boya y me fui al río Caraíva. La corriente me llevaría al mar. Mirando el cielo, llorando, sacudiendo mi corazón, dejé que mi cuerpo siguiera el curso del río. Y le di mis lágrimas al mar. En el camino, empecé una retrospectiva mental. Recordé las cosas fundamentales, las personas clave de mis clases de danza, y los masajes que aprendí ahí.
Al llegar a la playa, tuve una idea. Escribí en una camiseta: «¡Masaje! Háblame», y dibujé una mano abierta con un espiral en el centro. Le pregunté a un amigo que hace terapia con masajes quién estaba ahí para darme recomendaciones básicas, recordó lo que ya sabía y confié en mis sentidos. Fui a caminar a la playa usando la camiseta. Pronto se me acercó una persona que estaba interesada, luego otra y otra… Fue un mes de trabajo duro. Regresé con dinero en el bolsillo y sabiendo mi primer paso en el nuevo ciclo: estudiar Ayurveda […].
Acompaño los embarazos con un prenatal terapéutico, al lado de médicos, ofreciendo masajes, conversaciones y guía ayurvédica. Busco crear un espacio abierto para que la madre obtenga información, trabaje en sus temores, se prepare física y emocionalmente para el nacimiento y el postparto. Este espacio es también para que las parejas (en algunos casos, mujeres) encuentren su lugar en todo esto. Así aprenden a cuidar a las mujeres y a ellos mismos, con una mejor comprensión de este proceso del cual han estado excluidos por décadas. Los masajes. son momentos de fuerte conexión entre el bebé y la madre, Me siento muy conectada con ellos en ese momento en particular. Darle masajes a un bebé dentro del vientre de su madre durante varios meses genera un fuerte lazo. Y así, forjamos un camino juntos para ese embarazo. Esto puede implicar conversaciones, baños terapéuticos, guías de dietas y prácticas de respiración. Todo embarazo tiene un cierta demanda que se va sintiendo mientras el embarazo fluye.
La profesora que se convirtió en panadera
Luciana Sápia se formó en ciencias sociales, estudió pedagogía, trabajó como profesora, narradora de cuentos y actriz. Cuando se convirtió en madre, descubrió sus manos y con ellas, pasó a hacer panes, pasteles y otras delicias. La Confraria Santa Bárbara, «panadería casera que usa métodos tradicionales para la preparación de comida, rescatando conocimiento tradicional creativamente», comenzó en su cocina:
Esta manera de actuar en el mundo me permitió resolver el dilema de muchas madres modernas: ¿cómo trabajar y cuidar de mis hijos?
Antes de trabajar como panadera, era profesora en un pequeño kindergarten, no ganaba mucho para cubrir el costo de vida y no quería estar ausente de la vida diaria de mis hijos.
Participar en el mercado laboral a través de un trabajo «convencional» con una remuneración segura consumiría muchas horas del día y ciertamente no satisfacería las necesidades de mi alma, y tal vez no podría hacer todo lo que quería: ser madre y amiga, cocinar, pintar, plantar, bailar… ser realmente feliz.
Así que empecé a hacer pan. Era solamente una manera de aumentar mi ingreso mensual haciendo algo que me gustaba y ofreciendo algo bueno a la gente, pero pronto me di cuenta de que si realmente lo quería, podía llegar hasta el final.
Compré el horno, limpié la cocina, puse pan en una canasta y ¡acá estamos ahora! Así que acá, en mi casa, en la comodidad de mi hogar, cerca de mis hijos, les diría: ¿te gustaría un poco de pan recién horneado?
Mis sueños son grandes. Y con cada rebanada de pan, los hago realidad y los alimento un poco.
La diseñadora que se convirtió en costurera
Gisele Dias dejó atrás una carrera como diseñadora y se convirtió en costurera, se especializó en ropa romántica y femenina, hecha con encajes y flores. Cuando trabaja con pedidos a la medida, cuenta historias de amor en la forma de vestidos:
La tienda ‘A Modista’ abrió en 2005. Había tantas dificultades… Es normal encontrarse con muchas cuando decidimos hacer algo nuevo, de lo que no conocemos mucho. Dejar una profesión es difícil. La transición de una cosa a otra implica elecciones… ¡Escoger y elegir bien es una tarea difícil! En mi caso, soy un ejemplo de alguien que tenía una carrera y la dejó por el comercio. Sí, ¡es comercio! No recordamos esta parte cuando tenemos una mente creativa y decidimos iniciar un negocio.
Particularmente sufrí mucho lidiando con la gente. Confieso que no soy la persona más sociable del planeta. Soy muy, muy reservada, nunca tuve mucho contacto con el público y el comercio me obligó a hacerlo. Fue muy difícil al comienzo. Pero en realidad fue una escuela grandiosa. Las dificultades nos hacen crecer cuando tenemos la humildad de aprender de ellas. […]
Estoy muy feliz con lo que hago, pero creo que estoy incondicionalmente insatisfecha ;-P. Cuando no es una cosa, es otra y, en mi opinión, recién estamos empezando a pesar de los ocho años en el negocio. Tenemos muchos logros en las manos, muchos objetivos por alcanzar y eso es lo que me mueve y me hace ver hacia adelante y al futuro. Para vivir de lo que haces con amor, necesitas humildad y rendición incondicional. Sin duda, lo que mueve los deseos de cualquier persona es también mucha determinación y coraje. Siempre habrá momentos difíciles, momentos de dicha total, así… siempre recuerdo un dicho zen sobre el secreto: ser flexible como un árbol y mecerse con el viento sin romperse. En mi vida, creo que todo pasa de una manera muy orgánica y no muy racional. Todo muy movido por las emociones.
La abogada que se convirtió en terapista
Titi Vidal trabajó como abogada de derecho familiar algunos años, tenía un buen trabajo y una buena oficina, pero fue a través de un hobby que encontró su verdadera vocación. Hoy, Titi es astróloga, lee el tarot y es terapista holística, trabaja de 12 a 14 horas al día, y nunca ha sido tan feliz:
Un día, después de mucho tiempo de pedir señales, recibí una muy clara y renuncié a mi trabajo. Había recibido varias señales pequeñas, pero no pude evitar escuchar esta. En ese momento, estaba haciendo un curso de mitología. El profesor hablaba de un mito cuando, el mismo día en que le pedí una señal clara a los ángeles, interrumpió la lección y de la nada empezó a hablar de Apolo, que no tenía nada que ver con la lección. Claramente, dijo que en la vida debíamos ser como Apolo, que lo dejó todo para seguir su verdadera vocación. Y habló de esto un rato considerable, tal vez hasta que me di cuenta de que el mensaje era para mí. Así que decidí renunciar al día siguiente. Para mi sorpresa, me ofrecieron el doble del dinero para que me quedara. Y pensé «¿ahora qué? ¿Esta fue la razón de la señal?» Pero me mantuve firme y empecé a dedicarme a tiempo completo a lo que poco después se convertiría en mi profesión.
Así fue y sigue siendo. Soy astróloga y leo el tarot. Y a partir de las técnicas terapéuticas que practiqué, me encontré interesada en la rabdomancia, así que me convertí en rabdomante. Y estas son mis profesiones, mis rubros de trabajo y lo que me hace muy feliz hoy. Me encanta lo que hago.