Rusia redobla sus esfuerzos en el programa de vigilancia en internet

Russians protest against Internet censorship. 17 November 2012, by Mike Kireev, Demotix.

Protestas rusas contra la censura en internet. 17 de noviembre de 2012, foto de Mike Kireev, Demotix.

En virtud del programa de vigilancia en internet del Kremlin, conocido como «SORM-2,» los proveedores de servicios de internet (ISP) rusos están obligados a la adquisición e instalación por su cuenta de equipos especiales que permitan al Servicio Federal de Seguridad (FSB) rastrear palabras específicas (como «bomba» o «gobierno») en textos y en conversaciones en línea. En caso de que las autoridades soliciten información adicional sobre un usuario en particular, los proveedores de servicios de internet están obligados a facilitarla. 

Hasta hace muy poco, SORM-2 sólo era aplicable a los proveedores de servicios de internet. La primera semana de agosto, el Primer Ministro ruso Dmitry Medvedev firmó un decreto mediante el cual se ampliará el ámbito de actuación de SORM-2 a las redes sociales y a todos los sitios web con servicios de mensajería. Páginas como Facebook y Google están obligadas a partir de ahora a instalar dispositivos de vigilancia, también denominados «puertas traseras», lo que permitirá al FSB controlar a los internautas individualmente. No es posible conocer con exactitud el funcionamiento de este sistema, ya que el decreto de Medvedev prohíbe a los propietarios de los sitios web revelar detalles técnicos sobre las operaciones de vigilancia del Gobierno.

El decreto N743 pretende modificar la controvertida «Ley de blogueros», mediante la cual se creó un registro del Gobierno para los blogs que cuenten con más de 3000 lectores diarios. Los blogueros de este registro están sometidos a regulaciones específicas para las redes sociales, lo cual les hace más vulnerables a sanciones y demandas judiciales que sus homólogos no registrados. También se les bloquea el acceso por usar lenguaje obsceno y se les exige que corroboren toda la información que publiquen. Según los críticos, esta ley pone fin a la libertad en internet.

La decisión de Medvedev de extender los mecanismos de vigilancia en internet a las redes sociales ha cogido por sorpresa a las empresas de internet rusas. Un directivo de relaciones públicas de Yandex, el motor de búsqueda más usado del país, informó que la compañía no había recibido notificación previa de estos cambios.

«Una vez más, no estamos seguros de lo que tenemos que hacer, ni cuáles son los requisitos que se nos exige, ni cuánto nos va a costar», dice Anton Malginov, jefe del departamento jurídico de Mail.ru, a la cual pertenece Odnoklassniki.ru, una de las redes sociales más populares de Rusia. Las empresas siguen a la espera de aclaraciones por parte del Ministerio de Comunicaciones ruso.

Si el gobierno decide aplicar cada palabra del decreto de Medvedev, las redes sociales rusas tendrán que unirse a los proveedores de servicios de internet para la compra e instalación de equipamiento que permita al Servicio Federal de Seguridad espiar a los usuarios. Así pues, SORM-2 tendría su versión «2.0.»

A primera vista, «SORM 2.0″ puede parecer redundante, porque el tráfico de las redes sociales ya está interceptado a través de los dispositivos instalados a nivel de los proveedores de servicios de internet. De cualquier modo, con el fin de obtener información detallada, el Servicio Federal de Seguridad debe archivar peticiones formales de información de cada usuario, lo cual es un proceso muy laborioso. La instalación de herramientas de vigilancia desde la propia fuente de los datos, en cualquier caso otorgará a las autoridades el poder de establecer sistemas de vigilancia en tiempo real sobre objetivos específicos. El procedimiento será más rápido y sencillo que tratar con los proveedores de servicios de internet.

Antes del 1 de agosto, los sitios web no tenían obligación de registrar y almacenar los datos de los usuarios. Esto cambia con la «Ley de blogueros». A partir del 1 de agosto, incluso antes de que Medvedev interpretara que dicha ley iba a ser una prolongación de SORM-2, las redes sociales están obligadas a conservar determinada información en sus ficheros durante seis meses. Sin duda, los costes de este almacenamiento repercutirán en las empresas, y a su vez, en los consumidores. Las páginas web que no sean capaces de obtener mayores ingresos por publicidad se podrían ver obligadas a cobrar al usuario por acceder a determinados contenidos o incluso a cerrar. Además, estos enormes archivos de datos son vulnerables a ataques informáticos malintencionados por parte de terceros.

Y todavía falta por determinar hasta qué punto, el control de SORM-2 sobre las redes sociales facilitará a las autoridades la identificación de delincuentes.

¿Cómo han de actuar los blogueros ante estas medidas? La mayoría de los internautas rusos no tienen que preocuparse por nada. Tal y como Anton Nossik, uno de los «padres fundadores» de RuNet, lo planteó hace un año, las medidas del Gobierno contra los blogueros están basadas en consideraciones políticas. Las nuevas leyes rusas, en su mayoría, no suponen una amenaza para los internautas que se mantengan alejados de los temas socio-políticos. Sin embargo, aquellas personas involucradas en estas cuestiones, pueden ser objeto de un repentino interés por parte del Servicio Federal de Seguridad.

La policía federal cuenta con recursos limitados y sólo puede vigilar de cerca a los líderes disidentes del país, aunque esto, sin duda, no sirve de mucho consuelo en un mundo donde Gran Hermano nunca duerme.

Sergey Kozlovsky, fue redactor de la sección de economía del sitio de noticias Lenta.ru.

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