Por Leila Al Shami
La gente del este de Alepo celebró el 6 de agosto luego que los rebeldes rompieron el asedio que les había sido impuesto por el régimen sirio y sus aliados desde el 17 de julio. Durante casi un mes, las zonas de la ciudad bajo control de los revolucionarios desde julio del 2012 se habían convertido en una cárcel a cielo abierto en la que unas 300 mil personas acumulaban alimentos y provisiones por miedo a morir de hambre.
Hizo falta que los rebeldes lograsen la proeza de unirse, con su arsenal infinitamente menor, para romper el asedio. Los nacionalistas democráticos del Ejército Sirio Libre se unieron con las milicias islamistas y, de manera crucial, con Jabhat Fatah Al Sham, que hasta principios de este mes era conocido como el Frente Al Nusra, filial de Al Qaeda en Siria.
La sociedad civil siria no quedó, en su mayoría, impresionada con la renovación del nombre. Pese a que Nusra ha evitado la imposición estricta de la ley islámica en las zonas donde tiene presencia, ha habido una oposición popular al grupo debida a los intentos de echar por tierra las estructuras locales de administración civil, y el establecimiento de estructuras paralelas como los tribunales de Sharia.
«Hizo falta que los rebeldes lograsen la proeza de unirse, con su arsenal infinitamente menor, para romper el asedio».
Nusra también ha arrestado a activistas de la sociedad civil, incluyendo periodistas y miembros de los consejos locales, y ha sido responsable de ataques sectarios. Ciertamente, los revolucionarios de la provincia de Idlib – lugar del primer ataque a gran escala de la revolución sobre las fuerzas assadistas – han estado protestando durante cinco meses contra el rechazo de Nusra de someterse a tribunales independientes y llamando por la liberación de los detenidos a manos de Nusra.
Nusra fue expulsado de Alepo en el 2014 por presión popular, pero volvió recientemente. Ha tenido enfrentamientos con otros grupos rebeldes, y sus intentos por dominar las instituciones y la provisión de servicios como la electricidad y el abastecimiento de alimentos han hecho que el grupo sea mal visto entre los residentes de la ciudad.
Pero las necesidades de la supervivencia sobrepasan a los principios políticos. Muchos demócratas – a los que les aterra la idea del dominio yihadista – se han encontrado celebrando los avances yihadistas. Nusra es un componente clave del Jaish al Fatah, el Ejército de la Conquista, que liberó la ciudad de Idlib del régimen sirio el año pasado. Y Jaish Al Fatah lideró el asalto que rompió el asedio de Alepo.
Los residentes de la Alepo liberada salieron a manifestarse en apoyo de la contra-ofensiva. En los días de enfrentamientos intensos la semana pasada, en una demostración tragicómica de resistencia, la gente de Alepo quemó cientos de neumáticos, cubriendo el cielo de humo negro para crear su propia zona de exclusión aérea. La ruptura exitosa del asedio sólo aumenta la importancia de Nusra a los ojos de la población local. Aquí es donde nos lleva el abandono.
Si Alepo hubiera caído, lo que parecía inminente en los días previos a la ruptura del asedio, no habría supuesto el fin de la guerra. Pero quizás habría sido un signo de la muerte de una revolución que ha sido traicionada y abandonada. Una Alepo libre representa las aspiraciones de la continua, pero cada vez más marginada, lucha popular por la libertad.
«Si Alepo hubiera caído, lo que arecía inminente en los díos previos a la ruptura del asedio, no habría supuesto el fin de la guerra. Pero quizás habría sido un signo de la muerte de una revolución que ha sido traicionada y abandonada».
Con poco más que el apoyo retórico de sus supuestos amigos de Occidente, el pueblo de Alepo expulsó a la dictadura de Assad en julio de 2012 y expulsó a los extremistas del Daesh (ISIS) en enero de 2014.
Los distritos liberados en el este dirigen sus propios asuntos y luchan por mantener los servicios básicos operativos a través de consejos locales elegidos democráticamente. Aquí es donde nació una de las mayores concentraciones de grupos de la sociedad civil en activo de todo el país, incluyendo a decenas de grupos de medios de comunicación libres y organizaciones de emergencia y socorro como la Fuerza de Defensa Civil de los «Cascos Blancos». Un grupo de mujeres fundó la primera estación de radio independiente dirigida por mujeres, Radio Naseem, cuya programación aborda temas sobre derechos humanos, el rol de las mujeres en la revolución y los peligros que supone el extremismo. Este es el legado de la revolución, la encarnación de sus ideales democráticos y su resiliencia, y es todo esto lo que en estos momentos está siendo bombardeado hasta su desaparición.
Alepo ha sufrido años de ataques de artillería, de barriles explosivos y misiles scuds, pero el bombardeo actual es más intenso que nunca. Hospitales y campamentos de personas desplazadas han sido bombardeados repetidamente por las fuerzas aéreas rusas y sirias. Los ataques por parte del régimen y sus aliados sobre las zonas residenciales han forzado a miles a abandonar sus casas. Sin otro lugar a donde ir, muchos duermen ahora en edificios públicos o a la intemperie. El agua, la electricidad y las instalaciones sanitarias son atacadas deliberadamente. Estos crímenes de guerra han llevado los servicios esenciales, los servicios que salvan vidas, al borde del colapso. La escasez crítica de suministros sanitarios y de personal médico dejan poca esperanza a los heridos diarios.
Como represalia a los éxitos recientes de los rebeldes, Idlib es golpeado por ataques aéreos, y cuentan que los aviones rusos han lanzado bombas incendiarias de termita sobre zonas civiles. La otra noche llegaron relatos de ataques con gas cloro sobre la parte rebelde de Alepo.
En tal contexto, que el régimen/Rusia hablen de establecer ‘corredores humanitarios’ para que la gente huya es visto como lo que es: un intento de despoblar la zona tomada por la oposición y una señal de que aquellos que se queden son objetivo legítimo de la masacre que está teniendo lugar. Los bombas tienen que parar y debe ser permitida la entrada de ayuda a la ciudad urgentemente.
«En tal contexto, que el régimen/Rusia hablen de establecer ‘corredores humanitarios’ para que la gente huya es visto como lo que es: un intento de despoblar la zona tomada por la oposición y una señal de que aquellos que se queden son objetivo legítimo de la masacre que está teniendo lugar».
La administración estadounidense, nunca verdadera aliada de las luchas populares, presiona ahora por una mayor cooperación militar con Rusia en la «lucha contra el terrorismo». Según la definición rusa, esto incluye a cualquiera que se oponga al régimen. Esta política de cortas miras sugiere la confianza en que Rusia presione al régimen para que acabe con su asalto sobre los grupos rebeldes moderados y el territorio controlado por la oposición, a pesar de la incapacidad demostrada por Rusia y el régimen para acatar cualquier acuerdo tomado en relación al cese de hostilidades o al acceso de la ayuda humanitaria. La percepción sobre el terreno es que los EE. UU. están colaborando con los agresores. Si las fuerzas democráticas contra el régimen son aplastadas por potencias extranjeras y milicias sectarias chiítas, el extremismo violento crecerá en su lugar.
Occidente no necesita intervenir militarmente contra el régimen o el Daesh. Los revolucionarios sirios han tenido éxito derrotándolos en el pasado y podrían volver a hacerlo. Pero se necesita mayor presión política y económica sobre los países que están apuntalando al régimen (la mayor causa del derramamiento de sangre y el extremismo) para que dejen de apoyarlo. Assad no puede sostenerse solo y depende totalmente de las fuerzas extranjeras para sobrevivir (los ataques aéreos rusos, y las milicias chiítas respaldadas por Irán sobre el terreno). El régimen está intentando desesperadamente reclutar para el combate a prisioneros y profesores a medida que los leales al régimen intentan evitar el reclutamiento o huyen.
Mientras Alepo ardía, y después languidecía de hambre, los Estados Unidos tranquilizaban a Rusia e Irán, haciendo la vista gorda sobre los yihadistas chiítas de Irán, vetando el acceso de los rebeldes a armamento anti-aéreo y no dando un apoyo adecuado a las iniciativas civiles democráticas. La antigua filial de Al Qaeda, por otro lado, está dejándose la piel para salvar la ciudad. Las ramificaciones serán enormes.
3 comentarios
Que yo sepa el gobierno legitimo es el GOBIERNO SIRIO y por supuesto más laico (aprendan lo que ha diso el basismo en el mudo árabe) y más democratico que Al Noursa y demás terroriastas en Siria vinculados ellos mismos a grupos COMO AL QAEDA y demás grupos islamistas que pretenden que vivamos con leyes más retrogadas que hace dos mil años. Pero la raiz de la guerra en Siria es la intervención descarada de Turquia, los gringos, y las monarquias golfas para instaurar por la fuerza bruta un regimen afin a sus intereses económicos, para intalar gaseoductos, o mejor dicho que otros no los instalen y puedan vender su gas natural más barato.
Esta seudoperiodista está fuera de la verdad., le han pagado muy bien y es parte de la guerra mediática que los ampones han regado por el mundo. Bashar Al Assad es el presidente democráticamente elegido por su pueblo y su Ejército fiel a su patria. Ya no es fácil engañar a cualquiera con líneas tan baratas como estas.
Es un hecho que los gobiernos de USA, Turquía, Arabia Saudita, Qatar , han suministrado todo tipo de armas y preparación militar a los grupos filiales de AL QAEDA en Siria. Sin la agresión a Siria de las monarquías del Golfo, hoy en día se podría vivir en paz en Siria. Los llamados rebeldes moderados están imponiendo unas normas brutales de vida que ni hace 2.000 años se hubiesen aceptado, como civilizadas. Los gobiernos laicos (Basistas) es una aspiración de toda persona de buena fe en este mundo. Propongo acabar con sociedades retrogradas y crueles como las de Arabia Saudita y otras por el estilo.