Azerbaiyanos preocupados por la nueva «policía de la moralidad»

Patrulla policial en el centro de Bakú, capital de Azerbaiyán. Foto: Wikimedia Commons, 2019 (CC BY SA 3.0).

El 2 de septiembre, se informó a los habitantes de Bakú que una nueva fuerza policial patrullaría las calles de la capital azerbaiyana. Los medios locales citaron una declaración del departamento de policía de la ciudad de Bakú según la cual las autoridades han decidido tomar “medidas preventivas complejas” contra asuntos «contrarios a los valores morales públicos y la mentalidad nacional». Presuntamente, la decisión se tomó después de varias quejas al departamento de policía.

Azerbaiyán ha estado gobernado por el presidente Ilham Aliyev desde 2003. Los intereses comerciales de la familia Aliyev son reconocidos internacionalmente; el glamur y ostentación de sus estilos de vida aparecen en revistas internacionales e investigaciones periodísticas por igual. Pero en casa, los llamados a «valores y mentalidad nacional» conservadora siguen siendo un método difundido de avergonzar a los azerbaiyanos por comportamiento inapropiado, sea lo que esto sea.

Entonces, no es de sorprender que cuando la policía de la ciudad capital hicieron el anuncio, se creara una reacción de los habitantes progresistas de Bakú. ¿Qué eran esos valores morales que exigían protección de la policía? ¿Qué definía la mentalidad nacional eb este contexto particular, y qué constituye una violación a esta moral y valores?

«¿Significa que una mujer que usa un vestido corto o una pareja de que se toma de la mano es inmoral?», preguntó la abogada Samira Aghayeva en una entrevista con Azadliq Radio, servicio azerbaiyano de Radio Europa Libre. Aghayeva continuó que las autoridades no brindaban referencias a qué constituye exactamente una violación de la «mentalidad nacional», que ella cree muestra que la propia policía no sabe cómo manejarán esos casos.

Ante la falta de un marco legal claro, hay temores de que la policía pueda simplemente acosar a los ciudadanos en nombre de la «moralidad pública» por las causales que consideraran apropiadas. Esto seguiría el precedente de policías que actúan como el cancerbero de la moralidad pública, como en Arabia Saudita, Irán o Malasia.

MeydanTV, plataforma de medios independiente que funciona en el exilio, publicó una caricatura de Gunduz Aghayev en la que se burla de los «policías de la moralidad». Los azerbaiyanos fueron rápidos en expresar su escepticismo en las redes de medios sociales:

Están creado la «policía de la moralidad». Medirán el largo de las faldas en Torgovaya [gran calle peatonal de Bakú].

Pronto fue claro que la introducción de la “policías de la moralidad” realmente estaba dando seguimiento a una industria muy específica: trabajadoras sexuales y turismo sexual en Azerbaiyán.

En una declaración del 14 de septiembre, el Ministerio de Asuntos Internos de Azerbaiyán pareció dar marcha atrás, y anunció que la entregada “policía de la moralidad” no aparecería en Bakú después de todo. En cambio, patrullas especiales identificables por su vestimenta serían responsables de “retirar a mujeres de virtud fácil que ofrezcan servicios sexuales a turistas” del centro de la ciudad.

La oficina estatal de estadística no proporcionó la cantidad de personas que trabajan en este sector específico. Según la base de datos de UNAIDS, en 2018 se estimó que la cantidad de trabajadores sexuales en Azerbaiyán llegaba a 32 000, un aumento de 5000 desde 2011. En el mismo periodo, los habitantes de Bakú empezaron a criticar activamente el notorio aumento de la prostitución en su ciudad.

Pero en un país en el que la policía es conocida por la corrupción e intentos anteriores de contener la prostitución y otras actividades ilegales han sido inútiles, las cifras de éxito de nuevas unidades especiales parecen cuestionables. En el autoritario Azerbaiyán, la policía ha ayudado a llevar adelante represión y vigilancia de disidentes y activistas de oposición. Si acaso, el rol de la policía de Azerbaiyán acaba de pasar a un nuevo nivel para interferir más en la vida personal de la gente —todo para resolver un problema que no es nuevo en manera alguna.

En realidad, muchos expertos que han hablado sobre esta novedad están de acuerdo con que es improbable que introducir la policía de la moralidad haga que el trabajo sexual disminuya. En cambio, dicen, las autoridades deberían presentar soluciones para las verdaderas razones que lleva a la gente a la industria del sexo; deben abordar causas subyacentes, como falta de buena educación, desigualdad salarial y malas oportunidades económicas.

Todo lleva a la pregunta: ¿dónde está la moral de la policía de la moralidad?

No necesitamos policía de la moralidad. Necesitamos policía con moral.

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