Undertones en Nicaragua: Donde coexisten realidades paralelas

Undertones en Nicaragua

Este artículo forma parte de Undertones, el boletín del Observatorio de Medios Cívicos de Global Voices. Presenta un resumen de una investigación de un año sobre los ecosistemas mediáticos de Nicaragua y lo que podemos esperar en 2023. Cada vez que hagas clic en un hipervínculo del texto, verás la narración y las publicaciones de medios que la sostienen. Suscríbete a Undertones.

El presidente Daniel Ortega, destacado líder guerrillero de Nicaragua durante la Guerra Fría, regresó al poder democráticamente en 2007, pero hoy no da señales de adherirse a la democracia. Las divisiones del país se materializaron después de que las fuerzas del Estado mataron a cientos de manifestantes antigubernamentales en 2018 y posteriormente tomaron medidas drásticas contra la oposición política, la prensa libre y la Iglesia católica. El discurso cívico y mediático de Nicaragua está repleto de narrativas que reflejan la realidad paralela elaborada por el Gobierno.

Dos Nicaraguas

Dependiendo de la fuente de información, Nicaragua es percibida como un país autoritario y en decadencia o como un país próspero e independiente. «No hay zonas grises», afirman nuestros investigadores, que han analizado 170 publicaciones y artículos de más de 70 medios. Esta dualidad hace del ecosistema mediático nicaragüense uno de los más polarizados de nuestro Observatorio.

Las narrativas de Ortega no han evolucionado mucho desde la Guerra Fría. Ortega interpreta cualquier crítica, investigación periodística o demanda pública como el resultado de la injerencia extranjera (léase, estadounidense). Por lo tanto, la narrativa más popular del Gobierno es «la soberanía de Nicaragua debe ser defendida contra la injerencia extranjera«.

«[El Estado] utiliza esta narrativa para justificarse ante la comunidad internacional, cuando cortó lazos con Países Bajos, por ejemplo, o para explicar el encarcelamiento de opositores políticos», dicen nuestros investigadores.

La «soberanía» también triunfa sobre la economía. Por eso el Gobierno de Nicaragua dice que se alinea con aliados ideológicos –como Rusia (apoya a la invasión de Ucrania), China (rompió lazos con Taiwán), Venezuela, Cuba e Irán– antes que con grandes socios comerciales como Estados Unidos. Sin embargo, en la práctica, Nicaragua sigue comerciando con Estados Unidos, adonde se dirige casi la mitad de sus exportaciones.

Las narrativas de Ortega pueden encontrarse en los medios tradicionales, como canales de televisión, emisoras de radio, vallas publicitarias y redes sociales. Para muchos nicaragüenses, las narrativas de Ortega son delirantes. Más del 80 % de la población se abstuvo de votar en las elecciones presidenciales de 2021.

En el lapso de dos años, el gobierno de Ortega ha cerrado casi todos los medios independientes, las ONG y las emisoras de radio propiedad de la Iglesia. Los disidentes –muchos anónimos o exiliados– han recurrido a las redes sociales (principalmente Twitter, WhatsApp, Facebook, Instagram y TikTok) para intentar mostrar la realidad de la «otra Nicaragua». Esta franqueza conlleva sus riesgos. Más de 30 personas han sido condenadas a prisión por «ciberdelincuencia» tras expresar su opinión en las redes sociales. Los disidentes afirman que ««el actual gobierno nicaragüense es ilegítimo» por unas elecciones fraudulentas. En 2021, por ejemplo, las fuerzas del Estado detuvieron a la mayoría de los líderes opositores antes de las elecciones presidenciales. Todavía hay unas 200 personas incomunicadas entre rejas por motivos políticos.

Daniel Ortega, presidente, y Rosario Murillo, su esposa y vicepresidenta de Nicaragua. Foto de Ricardo Patiño/Wikimedia Commons.

Líderes políticos entre rejas

La mayoría de las demandas de la oposición se centran en el trato humano y justo de los presos políticos. Argumentan que liberar a las principales voces del país es el primer paso para restablecer la democracia en Nicaragua. Afirman que tener «presos políticos es el mayor obstáculo para la democracia en Nicaragua».

Los medios satélites de Ortega ignoran por completo a los presos o afirman que son «delincuentes comunes», una versión que también defienden los tribunales. A veces, la suficiente influencia de las redes sociales puede obligar al Gobierno a dar a conocer el bienestar de sus presos, como cuando respondió con fotografías del preso político Félix Maradiaga.

Imagen que compara la foto de Félix Maradiaga antes de su detención (izquierda) y un retrato robot de él un año después en prisión (derecha), realizada por el grupo de defensa nicaragüense Sé Humano. La imagen fue modificada por Global Voices y publicada con su autorización.

Sacerdotes problemáticos

La Iglesia católica, a menudo criticada por alinearse con gobiernos de línea dura en otros lugares, ha sido un activo actor a favor de la democracia en Nicaragua. Algunos miembros del clero han condenado el uso de la violencia por parte de Ortega para sofocar las protestas y también han intentado mediar en un diálogo entre los disidentes y el Gobierno. La Iglesia católica era considerada el último bastión de la disidencia en Nicaragua.

Con el paso del tiempo, el gobierno de Ortega reprimió cada vez más a los miembros críticos del clero, cerró emisoras de radio católicas, y difamó y detuvo a sacerdotes problemáticos. El Gobierno ha mancillado la reputación de la Iglesia presentando a sus sacerdotes como «violadores», «maltratadores de mujeres» y parte de una estrategia para desestabilizar el país. Han difundido la narrativa de que «el clero nicaragüense es criminal y no es digno de confianza».

Captura de pantalla de Facebook Live de la diócesis Matagalpa, 4 de agosto de 2022.

Qué esperar en 2023

Nicaragua abandonará formalmente la Organización de Estados Americanos en 2023. Esta decisión se verá respaldada en los medios por discursos que afirmarán su independencia y promoverán el régimen como bastión contra la injerencia extranjera. También parece probable que Nicaragua siga desarrollando relaciones amistosas con China para el comercio y el desarrollo, lo que reforzará las narrativas positivas sobre China.

Es posible que la situación económica adquiera mayor preponderancia en el debate cívico a medida que la inflación siga aumentando. «Es probable que las remesas que enviarán los miles de emigrantes que salieron de Nicaragua el año pasado [2022] alivien la economía», afirma nuestro investigador. «Pero es probable que el Gobierno se atribuya el mérito».

En marzo, es probable que vuelva a hablarse de presos políticos, ya que los investigadores designados por Naciones Unidas entregarán un informe en el que evaluarán los derechos humanos en Nicaragua. «El gobierno de Ortega responderá, como ya ha hecho, ignorando las reuniones o asegurando que en Nicaragua se respetan los derechos humanos y los tratados internacionales», dice nuestro investigador.

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