Undertones: Portugal y el mito del buen colonizador

Ilustración de Global Voices que muestra el Monumento a los Descubrimientos. Wikimedia Commons (CC BY 4.0)

Este artículo se puede encontrar en Undertones, boletín del Observatorio Cívico de Medios de Global Voices. Subscríbete a Undertones.

Al recorrer Lisboa, es frecuente encontrar imágenes de barcos y referencias al pasado marítimo de Portugal. Las carabelas, esas emblemáticas embarcaciones utilizadas en los primeros viajes a África Occidental y Brasil, están en la bandera de Lisboa, en nombres de restaurantes y calles empedradas, también en forma de autobuses turísticos y, de manera más elaborada, en el Monumento a los Descubrimientos construido por el dictador António de Oliveira Salazar en 1958. Este enorme monolito, que retrata a renombrados exploradores, cartógrafos, navegantes y misionarios, es un ejemplo de cómo se estaba reescribiendo la historia de la colonización portuguesa.

Para académicos y activistas, el discurso que surgió durante la dictadura de Salazar perdura en la sociedad portuguesa, y en esa narrativa se mezclan el orgullo por un pasado colonialista y expansionista con la negación de un racismo ya internalizado.

Algunos incidentes recientes han despertado debates sobre el racismo en el país. La primera muestra artística que conmemora la vida de los esclavos africanos en Portugal enfrenta rechazo de las autoridades locales: en julio, surgieron críticas al alcalde de Lisboa por “boicotear” la muestra. En septiembre, durante una visita a Canadá, el presidente Marcelo Rebelo de Sousa describió la identidad portuguesa con palabras que, para algunos, evocó el lema del dictador Salazar: «Fútbol, fado y Fátima» (las tres F que, según el régimen, definían al país: el deporte, la música (fado) y la veneración a la virgen de Fátima)». Luego, en octubre, una activista negro antirracismo, recibió una multa por difamar a un autoproclamado neonazi.

“Muchas personas tienen internalizada una visión positiva de la época colonial”, dice Leon Ingelse, investigador del Observatorio Cívico de Medios. «Las narrativas de la época de Salazar parecen estar normalizadas en todo el espectro político».

Para los activistas antirracistas, «Portugal no enfrenta su pasado colonial«

Cómo se difunde esta narrativa en las redes

Joacine Katar Moreira, política portuguesa nacida en Guinea Bissau, expresa en X su desacuerdo con el orgullo que sienten sus compatriotas sobre el pasado colonial de Portugal.

Critica cómo «cada referencia nacional se relaciona con el pasado colonial de Portugal», como por ejemplo la palabra «navegadoras» [apodo de la selección femenina de fútbol). Pregunta si los portugueses están orgullosos de otras cosas.

La mayoría de las respuestas que recibe son de odio y racismo, observa Ingelse. Los comentarios dicen que la autora es racista por decir eso, que deberían expulsarla del país y es ingrata hacia una nación que «la acogió». Algunos comentarios dejan notar el orgullo del pasado colonial.

Su publicación recibió un puntaje positivo de +2 sobre +3 en el contador de medios de nuestro observatorio, porque el mensaje es antirracista y además es importante para discutir el racismo en Portugal. Sin embargo, debería incluir más información y contexto.

El artículo citado menciona el «lusotropicalismo», concepto adoptado por el dictador Salazar para evocar el orgullo por la identidad histórica de Portugal y mantener las colonias africanas. Luego de la Segunda Guerra Mundial, el país recibió gran presión para cambiar su narrativa imperial y para liberar territorios de ultramar.

Portugal jugó un papel preponderante en la historia europea de la colonización y el tráfico humano. En el siglo XV, Portugal inició y luego dominó el mercado transatlántico de esclavos, con la captura y traslado de cerca de seis millones de africanos a Brasil, mucho más que cualquier otro país europeo. Brasil se independizó de Portugal en 1822, mientras que Guinea Bissau, Cabo Verde, Santo Tomé y Príncipe, Angola y Mozambique lograron la libertad en 1974 y 1975 luego de violentas guerras.

Luego de dos decenios en el poder, Salazar comenzó a adoptar el concepto de lusotropicalismo desarrollado por el sociólogo brasileño Gilberto Freyre. Hasta ese momento, los políticos portugueses y los administradores de las colonias pensaban que el colonialismo era una misión de los blancos para civilizar a las «razas inferiores». Tenía lugar una revisión histórica.

La teoría del lusotropicalismo sostiene que el Imperio portugués fue más «humano» que otros colonizadores europeos como, por ejemplo, los británicos. Freyre y algunos de sus contemporáneos afirmaban que los portugueses eran inherentemente amables, menos violentos y más abiertos a mezclarse con las poblaciones locales.

Rui Braga, investigador en el Tamera Peace Research & Education Center en Portugal, escribió en 2020 que «en la década de 1950, cuando los imperios coloniales estaban cayendo en todo el mundo, el régimen enfrentó la necesidad de justificar su presencia colonial en África. Por eso intensificó la narrativa del lusotropicalismo, idealización de Portugal como un país multirracial y pluricontinental con una capacidad innata de colonizar de forma amable y no violenta, y con una actitud liberal ante los matrimonios y las relaciones sexuales interraciales».

Salazar «suprimió la realidad del racismo y el colonialismo, y esa propaganda del Estado se vio reflejada en estatuas, monumentos y libros de historia». Cualquier voz opositora a esta nueva identidad nacional fue censurada.

El lusotropicalismo en Eurovision

En el concurso Eurovisión de 1989, la banda portuguesa de pop rock Da Vinci presentó el tema «Conquistador» “Conquistador”. La letra de la canción es un ejemplo concreto del lusotropicalismo,

Braga y otros académicos, como la antropóloga Cristiana Bastos, aseguran que esa narrativa continúa en la actualidad. «Se podría decir que el lusotropicalismo es una curiosidad del pasado, pero sigue reapareciendo», escribe. En 2021, el Consejo de Europa instó a Portugal a enfrontar su pasado colonial y de comerciante de esclavos para ayudar a combatir el racismo actual.

Hoy en día, los mayores de 68 años ya eran adultos en la época de las sangrientas guerras con las colonias africanas. Esta historia reciente podría llegar a explicar una narrativa frecuente, que incluso puede estar implícita, que sostiene que «Portugal fue un buen colonizador». Pero este discurso omite la crueldad del genocidio, la tortura, la esclavitud, el genocidio, la tortura y la explotación que ejercieron los portugueses durante la época colonial.

“El lusotropicalismo ha enmascarado la cruda y amarga realidad, pasada y presente, y continúa aportando un lenguaje, un refugio atractivo que hace sentir bien al interlocutor, lo hace creerse especial», escribe el antropólogo Basto.

Cómo esta narrativa continúa activa en las redes

Hace cinco meses, un Redditor anónimo publicó un meme en un hilo llamado «shitposting» (con más de 2.6 millones de seguidores) que compara el estilo de colonización portugués con el británico.

La imagen de la izquierda muestra una famosa caricatura brasileña que representa a una mujer indígena, “Kuruminha” enamorada de un colonizador portugués, con un fondo tropical. La imagen de la derecha recuerda a la canción de Iron Maiden The Trooper, y muestra a un inhumano colonizador británico cometiendo un genocidio.

La publicación tuvo 11 000 repercusiones positivas, y no se puede asegurar si su popularidad fue solo en Portugal o también fuera del país. Los comentarios contienen una mezcla de racismo, acusaciones de lavar la imagen de los blancos, y extensas discusiones sobre «quién fue mejor colonizador».

Este tema obtuvo un puntaje de -3 (el más bajo posible) en el contador de medios de nuestro observatorio, ya que el meme divulga información falsa a una gran audiencia, muestra a aborígenes y a esclavos «disfrutando» la colonización portuguesa.

Esta narrativa lleva a dos conclusiones: «Portugal fue un buen colonizador, por lo tanto los portugueses no son racistas«,  y el «racismo es un tema político instalado por la izquierda”. Este último concepto gana terreno, impulsado por los partidos de ultraderecha como Chega! y el partido Ergue-te. En 2020, Chega organizó una manifestación para proclamar que Portugal no es racista.

Pero otros partidos políticos piensan lo contrario. En junio de 2023, el partido de izquierda PAN (Personas, Animales, Naturaleza) introdujo un proyecto de ley para estudiar «las causas y consecuencias del racismo institucional» en Portugal. Con otros cinco partidos a favor, dos en contra (Chega y el Partido Socialista, partido gobernante y mayoritario del país) y una abstención, la propuesta fracasó. Chega publicó en X que esta iniciativa está en línea con la idea de que el racismo es un tema politizado por la izquierda.

En 2024 se cumplen el 50 años de la Revolución de los Claveles, que terminó con la dictadura en Portugal y con las guerras en las colonias. Sin embargo, para muchos, los discursos del pasado persisten.

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