Batalla por la sobrevivencia y la expresión en la comunidad armenia de Jerusalén

Imagen de Noran Morsi para Global Voices

En el corazón de la Ciudad Vieja de Jerusalén, la comunidad armenia, célebre por su resistencia y su profundo legado cultural centenario, enfrenta una dura batalla por la sobrevivencia. A medida que aumentan las tensiones regionales, la comunidad enfrenta dificultades que ponen en peligro su libertad de expresión, y también su dialecto característico –único de Jerusalén y a punto de desaparecer–, su rica cultura y su propia existencia.

En julio de 2021, el Patriarcado Armenio de Jerusalén firmó discretamente un contrato inmobiliario por el cual cedía el 25% de su vecindario durante 99 años a un inversionista colono australiano-israelí. Esta acción ha sumido a la comunidad armenia en una crisis, ya que ahora enfrentan la amenaza inminente de perder una parte importante de su vecindario.

Aunque la comunidad suspendió temporalmente los procedimientos cuando se descubrió este acuerdo en mayo de 2023, las excavadoras, acompañadas de colonos israelíes armados ya iniciaron la excavación del aparcamiento que rodea el Monasterio del Patriarcado Apostólico Armenio de Jerusalén.

La minoría etnolingüística armenia ha estado presente en Tierra Santa desde el siglo IV, con una historia que incluye la ayuda a los sobrevivientes del genocidio armenio de 1915. Tras la guerra de 1948, la población armenia de Jerusalén se redujo a menos de 2000 habitantes, la mayoría de los cuales vive en el barrio armenio.

El lugar alberga el Seminario Teológico del Patriarcado, la Hermandad de Santiago Apóstol, iglesias antiguas, un museo, una biblioteca, una clínica y la Escuela Armenia San Tarkmanchatz, fundada en 1929. Aquí, los niños armenios aprenden su lengua, y también realizan actividades en el patio, un espacio fundamental para que la comunidad se reúna, converse en su lengua materna y salvaguarde su identidad cultural.

Global Voices entrevistó a un vecino armenio de Jerusalén que prefirió permanecer en el anonimato por seguridad en medio de la guerra en curso en Gaza y la amenaza que enfrenta el barrio armenio.

La entrevista ahondó en el clima político y la vigilancia en Jerusalén, arrojó luces sobre cuestiones como la discriminación, la incitación al odio y las crecientes restricciones a la libertad de expresión.

La entrevista se coescribió con el armenio y se depuró para mayor claridad, y ofrece una valiosa perspectiva de las dificultades que enfrenta la comunidad armenia en su lucha por preservar su lengua y su identidad cultural en la región.

Mariam A. (MA): ¿Cómo lleva la situación en Jerusalén y Gaza?

Armenian Resident (AR): It's been very difficult. The current situation in Jerusalem, the ongoing genocide in Gaza, and the fact that we feel paralyzed and unable to do anything contribute to the overwhelming sense of helplessness.

The most challenging aspect for non-Jewish Jerusalemites is that we have been forbidden from expressing any type of sympathy or concern. We are witnessing complete surveillance, a militarized city, with most [Jewish] civilians armed with rifles, and a heightened presence of police officers and soldiers patrolling the city.

There is a constant fear of being stopped at any moment, with the risk of having your phone snatched and the security forces going through its contents.

I checked the emergency state law, and it states that the IDF has the right to enter private spaces, including homes, or go through personal property based on suspicions. This legal provision legitimizes such actions.

Aware of this, people are trying to monitor not only their speech but also their thoughts, fearing potential endangerment for knowing more than what is deemed acceptable about the current situation.

I would say it's a state of paranoia at this moment.

 

Residente armenio (RA): Ha sido muy difícil. La situación actual en Jerusalén, el genocidio  en Gaza y el hecho de que nos sintamos paralizados e incapaces de hacer nada contribuyen a la abrumadora sensación de impotencia.

El aspecto más difícil para los jerosolimitanos no judíos es que se nos ha prohibido expresar cualquier solidaridad o preocupación. Estamos presenciando una vigilancia total, una ciudad militarizada, con la mayoría de los civiles [judíos] armados con fusiles y mayor presencia de policías y soldados patrullando la ciudad.

Hay un miedo constante a ser detenido en cualquier momento, con el riesgo de que confisquen tu teléfono y las fuerzas de seguridad revisen su contenido.

He revisado la ley del estado de emergencia, que establece que las Fuerzas de Defensa Israelíes tienen derecho a entrar en espacios privados, incluidas casas, o a registrar bienes personales por sospechas. Esta disposición legal legitima tales acciones.

Conscientes de esto, la gente trata de cuidar lo que dice lo que piensa, temen verse en peligro por saber más de lo que se considera aceptable sobre la situación actual.

Yo diría que es un estado de paranoia en este momento.

MA: ¿Los miembros de la comunidad han sufrido incidentes de detenciones, confiscación y revisión de teléfonos?

AR: Yes, I've witnessed this happening several times in different parts of the city as I walk around. They stop young men under suspicion of being Arab, conducting thorough searches, which include checking their phones.

I know of particular cases involving young students, both men and women, whose phones were snatched. If phones showed any social media or text messages expressing sympathy or concern for the ongoing situation, they were detained.

AR: Sí, he visto que esto ha ocurrido varias veces en diferentes partes de la ciudad mientras paseo. Detienen a jóvenes sospechosos de ser árabes y los registran exhaustivamente, e incluso controlan sus teléfonos.

Conozco casos concretos de jóvenes estudiantes, hombres y mujeres, a quienes les arrebataron sus teléfonos. Si los teléfonos mostraban alguna red social o mensajes de texto que expresaran solidaridad o preocupación por la situación actual, los detenían.

MA: ¿Cree que la comunidad armenia se ve afectada por esta mentalidad de vigilancia, o cree que está exenta?

AR: Nobody is exempt. What we've been witnessing, not just during this war but even before, is a trend that emphasizes that this is an exclusive city and an exclusive country. Waves of people, youth especially, audaciously scream out chants proclaiming it as a Jewish-only state, asserting that this is the state of Israel.

The sad part is that this wave of fanaticism doesn’t acknowledge diversity; The danger of this discourse is that it fails to recognize non-Jewish individuals for who they are, focusing instead on who they are not part of. It doesn’t acknowledge Armenians, Christians, Palestinians, what kind of Muslims they are, do they have families? Do they have pets?

The trend categorizes individuals as something that doesn't belong. So their identity isn't even seen as an identity. It is negated.

AR: Nadie está exento. Lo que hemos presenciado, no solo durante esta guerra sino incluso antes, es una tendencia que subraya que esta es una ciudad y un país exclusivos. Oleadas de gente, sobre todo jóvenes, gritan audazmente cánticos que proclaman que es un Estado solo para judíos, afirman que este es el Estado de Israel.

Lo triste es que esta ola de fanatismo no reconoce la diversidad; El peligro de este discurso es que no reconoce a las personas no judías por lo que son, sino que se centra en lo que no son. No reconoce a los armenios, los cristianos, los palestinos, qué tipo de musulmanes son. ¿Tienen familia? ¿Tienen mascotas?

La tendencia categoriza a las personas como algo que no pertenece. Así que su identidad ni siquiera se ve como una identidad. Se niega.

MA: Dentro de este panorama político, ¿cómo está la libertad de expresión de la comunidad armenia? ¿Cree que la comunidad puede expresar abiertamente sus opiniones e identidades?

AR: It's funny that you ask that. We've had many discussions within in the Armenian community regarding this particular issue. Since the Armenian genocide of 1915, Armenians have been minorities in various parts of the world.

What's funny is that most Armenians assimilate, consciously avoiding what the state might perceive as “problematic,” by staying away from politics. They adapt quickly, embracing new languages, contributing their skill sets, and harmoniously coexisting with their host societies. Grateful for the countries that provided refuge after the genocide, they preserve their Armenian language, food, and culture. They have always been welcomed.

In Jerusalem for example, Armenians established the first printing house in 1833 and introduced photography and hand-crafted ceramics to the region.

So it's strange for us to see that even Armenians are viewed as an unwelcome minority by settlers.

In recent years, various settlers have engaged in spitting at religious figures, cursing them, and even pushing them into alleyways. They target people they deem incompatible with their vision of a Jewish-only state.

AR: Es curioso que preguntes eso. Hemos tenido muchos debates en la comunidad armenia sobre este tema en particular. Desde el genocidio armenio de 1915, los armenios han sido minorías en diversas partes del mundo.

Lo curioso es que la mayoría de los armenios se asimilan, evitan conscientemente lo que el Estado podría percibir como «problemático» y se mantienen alejados de la política. Se adaptan rápidamente, adoptan nuevas lenguas, aportan sus conocimientos y coexisten armoniosamente con sus sociedades de acogida. Están agradecidos a los países que les dio refugio tras el genocidio, conservan su lengua, comida y cultura armenias. Siempre han sido bien recibidos.

En Jerusalén, por ejemplo, los armenios fundaron la primera imprenta en 1833 e introdujeron la fotografía y la cerámica artesanal en la región.

Por eso nos extraña ver que a los armenios se nos ve como una minoría no bienvenida por los colonos.

En los últimos años, varios colonos se han dedicado a escupir figuras religiosas, insultarlas e incluso empujarlas a callejones. Su objetivo son las personas que consideran incompatibles con su visión de un Estado exclusivamente judío.

Un video muestra que un miembro de la comunidad ultraortodoxa judía escupe a monjas cristianas en la Puerta de los Leones de Jerusalén.

Hay mucho silencio.

La gente no expresa lo que de verdad piensa; tiene demasiado miedo de expresar su opinión o criticar al Estado. El sistema nos obliga a mantener la boca cerrada y evitar los problemas en la medida de lo posible.

Incluso mantener esta conversación o colaborar con este artículo me hace preguntarme si merece la pena. Me quita poder y me hace sentir cobarde. Sin embargo, al mirar a mi alrededor, me doy cuenta de que la mayoría tiene miedo. Se autocensuran, tanto en línea y fuera de línea.

Esta mentalidad excluyente discrimina a los cristianos árabes y a los armenios. En principio, no debería discriminar a nadie. Pero el hecho de que se dirija contra las minorías dice mucho de la mentalidad de este país en este momento.

MA: En enero, colonos inscribieron consignas de odio en los muros del Patriarcado Armenio de Jerusalén, piden venganza y la muerte de árabes, armenios y cristianos. ¿Puedes darnos más información sobre estos sucesos y explicar cómo afectan a la comunidad?

AR: There have been many incidents and they have been on the rise.

AR: Ha habido muchos incidentes y han ido en aumento.

Los muros del convento armenio del barrio armenio de Jerusalén han sido objeto de vandalismo con mensajes de odio, informa el Comité Nacional Armenio de Jerusalén.

«Muerte a armenios, cristianos, árabes y gentiles», junto con llamados a la venganza fueron escritos en las paredes.

Ha ocurrido contra personas que parecen religiosas y en lugares que podrían no ser estrictamente judíos.

NOTICIA: Extremistas israelíes acaban de atacar el Patriarcado Armenio en el Barrio Armenio de Jerusalén en un intento de arriar las banderas de Armenia.

Un armenio fue detenido al proteger el Patriarcado.

En el barrio armenio, se ha observado a colonos que escupen establecimientos armenios. Si alguien intenta defenderse o decir «oye, ¿cuál es tu problema?», los rocían con gas pimienta, e incluso con rifles, a menudo impunemente.

🇮🇱Una cámara de circuito cerrado de televisión captó a un colono israelí cuando escupía la puerta de una iglesia armenia en la Jerusalén Este.

Este comportamiento es exactamente lo que representan esos invasores.

A los visitantes de Armenia les sorprende nuestra actitud «demasiado amable»; nos preguntan: «¿Cómo se enfrenta este tipo de acoso radical y directo? ¿Por qué no se defienden? ¿Por qué no hacen nada al respecto?».

No se dan cuenta de que la gente no puede hacer mucho porque el Estado puede confiscar documentos, rescindir permisos de construcción, expulsar habitantes, confiscar propiedades o detener personas. Si atacan a las personas e intentan defenderse, sería una justificación para nuevos ataques.

MA: A la luz del ambiente actual y de las numerosas amenazas –preocupaciones por la seguridad, incitación al odio y amenazas existenciales–, ¿cómo preservan su lengua y su identidad cultural?

AR: In our community courtyard, we speak our own language, keeping it very much alive. It is used in our meetings and communications. We love it and feel attached to it, as it plays a role in strengthening our sense of identity and community.

The courtyard invokes memories of childhood. Whenever the city is under threat, the Armenian community gathers in the courtyard. It has always been a safe haven.

Amid the ongoing war, Armenians from various parts of the country, like Yafa and Haifa, have either temporarily relocated or begun bringing their kids to the courtyard. It's a beautiful space for children with clubs and the school. When we seek a sense of togetherness, it's usually found there.

When my dad passed away, I experienced the power of community. Almost everyone attended the funeral, arriving in waves. It was then that I truly realized the strength of our community. We're there for each other.

I hope the monastery remains, though we're cynical these days. Amidst our uncertainty, I am certain of one thing, it is a beautiful community.

AR: En el patio de nuestra comunidad hablamos nuestra propia lengua, la mantenemos muy viva. La utilizamos en nuestras reuniones y comunicaciones. Nos encanta y nos sentimos unidos a la lengua, ya que contribuye a reforzar nuestro sentir de identidad y comunidad.

El patio evoca recuerdos de la infancia. Siempre que la ciudad está amenazada, la comunidad armenia se reúne en el patio. Siempre ha sido un refugio seguro.

En medio de la guerra, armenios de diversas partes del país, como Yafa y Haifa, se han trasladado temporalmente o han empezado a traer a sus hijos al patio. Es un espacio precioso para los niños, con clubes y la escuela. Cuando buscamos un sentimiento de unión, normalmente lo encontramos allí.

Cuando falleció mi padre, sentí el poder de la comunidad. Casi todo el mundo asistió al funeral, llegaron en oleadas. Fue entonces cuando realmente me di cuenta de la fuerza de nuestra comunidad. Nos apoyamos unos a otros.

Espero que el monasterio permanezca, aunque estos días seamos más cínicos. En medio de nuestra incertidumbre, solo hay una cosa que sé con seguridad: es una comunidad hermosa.

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