El primer día de 2024, muere Basdeo Panday, ex primer ministro de Trinidad y Tobago

Exsindicalista y político trinitense Basdeo Panday. Imagen adaptada y remezclada de una foto de Trinidad News on Flickr, (CC BY 2.0 DEED).

Casi a las 19:00 horas 1 de enero de 2024, Mickaela Panday, hija del ex primer ministro de Trinidad y Tobago, Basdeo Panday, anunció su muerte en las redes sociales. Panday tenía 90 años y llevaba algún tiempo con problemas cardíacos, y recientemente viajó a Estados Unidos para consultas médicas.

Panday nació el 25 de mayo de 1933 en el sur de Trinidad, en el seno de una familia que había llegado de India Británica a Trinidad por contrato, Panday se graduó en el prestigioso Presentation College de San Fernando y trabajó durante una temporada como pesador de caña de azúcar en una finca cercana a su ciudad natal antes de aceptar un trabajo como maestro de primaria. También se desempeño como funcionario público en el Juzgado de Paz de San Fernando.

La experiencia le dejó una impresión: en 1957, Panday fue a Reino Unido para continuar su educación. Primero obtuvo un diploma de actuación de London School of Dramatic Art, seguido de títulos en derecho y economía de Lincoln's Inn y la Universidad de Londres, respectivamente. Para mantenerse durante su educación superior, asumió varios trabajos ocasionales, desde actuación hasta trabajo manual hasta 1965, cuando recibió una beca de la Commonwealth para obtener un título de posgrado en economía y ciencias políticas en la Escuela de Economía de Delhi. Sin embargo, rechazó la oportunidad y optó por regresar a la recién independizada Trinidad y Tobago y ejercer la abogacía.

Panday pronto se involucro en el movimiento obrero. Animado por su carisma natural, emergió como un líder clave en el Sindicato de Trabajadores Azucareros y Generales de Trinidad, donde abogó incansablemente por los derechos de los trabajadores, y estuvo asociado con el Sindicato de Trabajadores Petroleros, como asesor legal. En palabras del comentarista trinitense Ken Ali: «Basdeo Panday en el cinturón azucarero de la década de 1970 era poesía en movimiento, reflejó la militancia laborista adornada con teatro callejero, sustancia y estilo, bravuconería y batalla», explicó Ali y «fusionó la combatividad laborista con la ambición política y una forma de entrega que reveló su talento para las artes escénicas que había perfeccionado durante años de estudio en Gran Bretaña. Él (creó) la historia laborista y política y (se convirtió) en una de las figuras más convincentes de Trinidad y Tobago después de la independencia».

Ali enumeró algunos de los logros de Panday durante ese tiempo,  que incluyó enfrentarse al entonces primer ministro, doctor Erick Williams, «se jactaba de mantener separados a los trabajadores petroleros y azucareros, un término codificado para la política de divide y vencerás» (que se basaba en líneas raciales, los trabajadores petroleros eran predominantemente afrodescendientes y los trabajadores azucareros era descendientes de indios), con lo que aseguró un aumento salarial del 100% para los trabajadores azucareros, así como viviendas de bajo costo para los empleados y abolición del trabajo infantil.

«Tenemos que convertir la lucha laboral en una lucha política», dijo Panday en una función del Día del Trabajo en 1975, diez años después de comenzar su propia carrera política. Se había unido al Partido de los Trabajadores y Agricultores, cofundado por el reconocido escritor y activista C. L. R. James, que postuló sin éxito al Parlamento. En 1972 fue nombrado senador de la oposición por el Partido Laborista Democrático, que ocupo la bancada opositora hasta 1976.

Sin embargo, con el creciente descontento en el frente laboral, en febrero de 1975, Panday se reunió con otros líderes sindicales y fundó el partido Frente Unido del Trabajo, que obtuvo diez de los 36 escaños en las elecciones de 1976, con lo que aseguró su lugar como el principal opositor al gobernante Movimiento Nacional Popular (MNP) de Williams, y Panday asumió el papel de líder de la oposición. Era un papel que ocuparía con gran aplomo a través de los años.

Siempre pendiente de los acontecimientos, Panday cofundó otros partidos políticos, incluida la Alianza Nacional de Trinidad y Tobago, que más tarde se convirtió en la Alianza Nacional para la Reconstrucción (ANR). Bajo el liderazgo de A. N. R. Robinson, el partido ganó las elecciones generales de 1986; fue la primera vez que el partido gobernante cambió desde que el país se independizó en 1962. Sin embargo, las cosas pronto se vinieron abajo cuando Panday acusó a Robinson de autócrata y discriminador. Robinson finalmente expulsó a Panday y a algunos de sus seguidores del partido en 1988.

Inmediatamente formaron su propio partido, que probó nuevos nombres antes de decidirse por el United National Congress (UNC) en 1989. Tras ocupar cargos después del auge petrolero, la ANR instituyó políticas austeras ante el deterioro económico y las tensiones raciales latentes. La olla se desbordó en 1990 cuando hubo manifestaciones contra las políticas del Gobierno seguidas de un intento golpe de estado. Los insurrectos irrumpieron en el Parlamento del país y mantuvieron al gabinete como rehén. A Robinson lo golpearon y dispararon, pero sobrevivió. A pesar del respeto público que ganó por la forma patriótica en que se manejó durante la terrible experiencia, la ANR fue expulsada en las elecciones generales de 1991 a favor del MNP y el UNC liderado por Panday se convirtió en la oposición del país.

Panday, junto con el líder opositor Patrick Manning, no estaba en el Parlamento cuando tuvo lugar el intento de golpe de Estado. En ese momento dijo: «Despiértenme cuando termine». El comentario frívolo alimentó la especulación de que podría haber tenido conocimiento previo. Sin embargo, una comisión investigadora señaló en 2014 que no había evidencia que respaldara las acusaciones de que Panday o Manning sabían del complot golpista, a pesar de que Robinson había sugerido a la comisión que un grupo liderado por Panday buscaba derrocar a su gobierno.

Para 1995, la carrera política de Panday estaba en una nueva trayectoria. El gobierno del MNP convocó a una votación anticipada, pero interpretó mal la temperatura del electorado. El resultado fue que el MNP y el UNC (Gobierno y oposición) obtuvieron 17 escaños cada uno; la ANR, dos. Sin embargo, la UNC y la ANR, aún encabezadas por Robinson, formaron una coalición que llegó al poder y convirtió a Panday en el primer ministro de ascendencia india del país. Con su partido también ganó las elecciones de 2000, y Panday fue primer ministro hasta 2001. Durante este tiempo, implementó varias reformas sociales y económicas, abordó temas como educación, atención médica y pobreza.

Esto no quiere decir que no hubo desafíos en el transcurso de su liderazgo. Enfrentó brevemente cargos de acoso sexual, que fueron desestimados. Tenía una relación tensa con la prensa, y el editor del periódico Express, Keith Smith, señaló: «Encuestas recientes han indicado que los dos problemas que le cuestan popularidad (y) votos a la administración son la corrupción y los ataques a la libertad de prensa». También hubo acusaciones de corrupción gubernamental masiva en la construcción del nuevo aeropuerto del país, pero los cargos contra Panday finalmente fueron retirados.

Sin embargo, el daño al partido ya estaba hecho, varios ministros renunciaron, lo que dejó a UNC con una minoría parlamentaria y obligó a Panday a convocar nuevas elecciones en 2001. El resultado fue un empate 18-18 entre la UNC y el MNP en el Parlamento de 36 escaños. Esto provocó una crisis constitucional: el entonces presidente A. N. R. Robinson nombró primer ministro al líder del MNP, Patrick Manning. En protesta, Panday se negó a aceptar el cargo de Líder de la Oposición.

Los votantes volverían a acudir a las urnas en 2022, las terceras elecciones generales del país en menos de dos años, en un intento por resolver el estancamiento político. El MNP volvió al poder y el UNC se convirtió en la oposición, con el tercer mandato de Panday como líder opositor. Ocupó este cargo hasta 2006, cuando fue declarado culpable de no declarar activos a la Comisión de Integridad del país y condenado a dos años de trabajos forzados y una multa de 20 000 dólares trinitenese (poco menos de 3000 dólares estadounidenses). Panday apeló la decisión. Tras la condena, sus cargos como Líder de la Oposición y líder del partido fueron revocados, pero finalmente fue reinstalado como líder de la UNC después de que el Tribunal de Apelaciones anuló la condena y lo absolvió de los cargos. Para 2010 fracasó en su intento de reelección como líder del partido.

Desde entonces, la única incursión de Panday en la política fue apoyar la formación del nuevo partido político de su hija Mickela, aunque siguió siendo una voz codiciada y confiable tanto en el sistema político del país como en los problemas sociales en general.

Una vez que se anunció el fallecimiento de Panday, los tributos comenzaron a llegar a las redes sociales. La periodista Judy Raymond dijo: «Otro gigante se fue (…) no había nadie como el Zorro Plateado».

Panday se había ganado el apodo gracias a sus canas y siempre fue una figura muy accesible.

Con su descripción de Panday como «guerrero, constructor de naciones, creador de historia, filósofo, mentor, caribeño, ícono, defensor de los pobres, líder sindical extraordinario (sic) (y) primer ministro», el exsenador de la UNC Kevin Ramnarine sintió que un «gigante del Caribe se ha ido».

En Facebook, Rishi Harrynanan recordó a Panday como «un gran hombre» que fue «amado por la mayoría» y cuyo «¡ingenio y humor (eran) insuperables!».

Como testigo de la sorprendente habilidad de Panday para superar las diferencias políticas, el primer ministro, Keith Rowley, le rindió homenaje: «Este es un hombre, un ciudadano, cuyo impacto se sintió en cada paso del camino en el que dejó su huella tan indeleblemente en la gente de nuestra nación. Tras servir a la nación durante tanto tiempo y de tantas maneras diferentes, con tanta determinación y garbo, solo se le puede reconocer como un verdadero creyente en esta nación y su potencial». Continuó: «Ahora que ya no está, estamos llamados no a llorar, sino a celebrar su vida y esforzarnos por ser colegas dignos de su legado».

Como dijo el cantante Raymond Edwards, simplemente: «Descanse bien, Señor. Sus aportes nunca serán olvidados».

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