Elecciones presidenciales en Azerbaiyán demuestran que las viejas costumbres son duras de matar

Imagen de Arzu Geybullayeva

Las elecciones presidenciales anticipadas del 7 de febrero en Azerbaiyán eran una oportunidad para que el presidente Ilham Aliyev y su gobierno permitieran por una vez unas elecciones libres y justas. En cambio, se actuó como de costumbre, con manipulaciones y violaciones, como votaciones en carrusel, llenado de papeletas y comportamiento agresivo hacia observadores y periodistas independientes durante toda la jornada. Los resultados no sorprendieron, ni tampoco las celebraciones en la capital, Bakú. A pocos días de las elecciones, el presidente había obtenido más del 92% de los votos.

La Comisión Electoral Central anunció los resultados preliminares de las elecciones presidenciales en Azerbaiyán:

Ilham Aliyev – 92,1%

Zahid Oruc – 2,2%.
Fazil Mustafa – 1,99%.
Gudrat Hasanguliyev – 1,78%.
Razi Nurullayev – 0,79
Elshad Musayev – 0,66
Fuad Aliyev – 0,48% #

Presión contra observadores independientes

La periodista Ulviyya Ali, que informó sobre el día de las elecciones, escribió en X, antes Twitter:

El más común de los problemas que he informado hasta ahora es la presión sobre los observadores independientes. Informan que se les impide realizar una observación cómoda y algunos afirman que ni siquiera se les permite filmar, y que otros observadores y miembros de la comisión los atacan.

En entrevista con el servicio de Azerbaiyán de Voice of America, la observadora independiente Nilufar Afandiyeva dijo que cuando la votación empezó, ni ella y otros observadores independientes que estaban en el lugar de votación pudieron moverse libremente en el lugar, y los acusaron de interrumpir el proceso. «Cuando tratamos de ver las cédulas de votación más de cerca, nos amenazaron con que la Policía nos sacaría del lugar. Y esto ocurrió todo el día. Un observador designado por el Estado me empujó aunque no estaba bloqueándole la vista».

Rza Abbaszadə, otro observador independiente, también se quejó de presiones: «Soy un observador independiente que trata de garantizar que el proceso sea transparente. Cuando noté la irregularidad, ni siquiera se me permitió filmar la infracción. Si no hay problemas [como dicen los representantes de la comisión], entonces deberíamos poder grabar», dijo Abbaszade al servicio de Azerbaiyán de Voice of America, en entrevista.

Cuando Sara Rahimova, también observadora independiente, notó infracciones y empezó a cuestionar el incidente, los miembros del comité electoral empezaron a gritarle, tal como capturó el observador Rza Abbaszade.

A los periodistas no se les permitió grabar y los acusaron de interrumpir la votación.

En general intentan interferir con mi actividad periodística en todas las emisoras, menos en una. A veces interfieren con mi posición (no estoy cerca de las urnas), a veces no quieren aceptar mi tarjeta de periodista porque no ha sido registrada por la Comisión Electoral. Pero después de luchar hasta 10 minutos, pude registrarme como periodista, pero cada vez tengo que dedicarle tiempo.

Por supuesto, también hubo las habituales escenas de fraude de día de elecciones:

Tenemos videos de gente que vota en carrusel, va de un local electoral a otro y vota repetidamente. Uno incluso lo admite ante nuestro reportero

La votación del 7 de febrero se dieron en un entorno en el que «las libertades fundamentales de asociación, expresión y reunión pacífica están restringidas», según el informe de la Misión de Observación Electoral de la Oficina de Instituciones Democráticas y Derechos Humanos (OIDDH) de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), publicado el 23 de enero de 2024.

La declaración preliminar de la misión, publicada el 8 de febrero de 2024, afirma: «Las elecciones presidenciales anticipadas del 7 de febrero se celebraron en un entorno restrictivo y estuvieron marcadas por la represión de voces críticas y falta de alternativas políticas. El presidente no fue cuestionado significativamente, lo que, combinado con la reducción del espacio para los medios independientes, la sociedad civil y los partidos políticos, y el fortalecimiento de los poderes del poder en el poder, originaron una contienda sin auténtico pluralismo».

En entrevista concedida a Global Voices, Berit Nising Lindeman, secretaria general del Comité Noruego de Helsinki, que ha observado anteriores elecciones en Azerbaiyán, declaró:

As an international observer, I’ve monitored several elections in Azerbaijan over the past three decades. Elections in this beautiful country have unfortunately been marred by fraud and irregularities since the country gained its independence.

As an observer, I had to conclude that each round of flawed elections was a lost opportunity for Azerbaijan to step away from post-Soviet autocracy towards democracy. Widespread irregularities included multiple voting, ballot stuffing, and violence and pressure on independent and opposition observers. The authorities habitually falsified results in an atmosphere of intimidation. The Organization for Security and Co-operation in Europe (OSCE), the region’s most authoritative election monitoring body, has often stated that Azerbaijan simply ignores concerns about securing the most basic human rights protections in the country.

Most such elections have led to a considerable number of judgments by the European Court of Human Rights (ECHR). The ECHR has found Azerbaijan in breach of the right to free elections for reasons ranging from irregularities in the electoral process to arbitrary invalidation of election results and ineffective examination of complaints about electoral abuses.

Como observador internacional, he supervisado varias elecciones en Azerbaiyán desde hace 30 años. Por desgracia, las elecciones en este bello país se han visto empañadas por el fraude y las irregularidades desde que el país obtuvo su independencia.

Como observador, tuve que llegar a la conclusión de que cada ronda de elecciones viciadas era una oportunidad perdida para que Azerbaiyán se alejara de la autocracia postsoviética y se acercara a la democracia. Entre las irregularidades generalizadas estaban voto múltiple, manipulación de papeletas, violencia y presión sobre los observadores independientes y de la oposición. Las autoridades falsificaron habitualmente los resultados en un ambiente de intimidación. La Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), el organismo de supervisión electoral con más autoridad de la región, ha declarado a menudo que Azerbaiyán simplemente ignora las preocupaciones por garantizar la protección de los derechos humanos más básicos en el país.

La mayoría de estas elecciones han dado lugar a un número considerable de sentencias del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH). El TEDH ha declarado que Azerbaiyán vulnera el derecho a elecciones libres por motivos que van desde irregularidades en el proceso electoral hasta la invalidación arbitraria de los resultados de las elecciones y el examen ineficaz de las denuncias de abusos electorales.

El 7 de diciembre de 2023, el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, firmó un decreto en el que anunciaba que el país celebraría elecciones presidenciales anticipadas el 7 de febrero de 2024, en lugar de las previstas inicialmente para abril de 2025.

Había siete candidatos presidenciales, incluido el actual, y los seis expresaron abiertamente su apoyo al presidente Aliyev.

Aliyev lleva 20 años en el poder. La última vez que el país celebró elecciones presidenciales fue en 2018, en las que Aliyev fue reelegido para un mandato de siete años (gracias a un polémico referéndum de 2016, que amplió el mandato presidencial de cinco a siete años). Todos los principales partidos opositores boicotearon las elecciones de 2018, mientras que los observadores electorales locales e internacionales consideraron que las elecciones no fueron ni libres ni justas. En 2009, como resultado de un referéndum constitucional, Azerbaiyán eliminó los límites de mandato sobre el número de veces que un funcionario puede ejercer el cargo.

Con su victoria del 7 de febrero, Aliyev ocupará el cargo durante otro mandato de siete años, hasta 2031.

Según los últimos resultados de la Comisión Electoral Central, la participación fue superior al 76%. Los expertos predicen que esta cifra podría ser entre dos y tres veces superior a la participación real, debido a la votación en carrusel y al llenado de cedulas de votación. «Estas cifras no reflejan la realidad. Hemos visto que las autoridades organizaban a los votantes por lotes. En las primeras horas de las elecciones, decenas de empleados de instituciones estatales fueron trasladados en autobús a los colegios electorales. Luego hubo votación en carrusel. Por último, muchas personas con quienes hablamos dijeron que no votarían», declaró el observador Azer Gasimli en entrevista a Azadliq Radio, servicio de Azerbaiyán para Radio Liberty. Gasimli añadió que, según sus estimaciones, la participación electoral fue incluso inferior al 20%.

¿Por qué las violaciones? Probablemente porque, a falta de experiencia en la celebración de elecciones libres y justas, el presidente quería evitar un resultado sorpresa. Y lo evitó. Numerosos líderes, desde el húngaro Orban hasta el ucraniano Zelensky, han felicitado ya al presidente Aliyev por su victoria.

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