En su tercer año, la campaña Kolena Laila tomó un rumbo diferente, y alcanzó a mujeres que no tienen acceso a Internet y les dio la oportunidad de hablarle al mundo.
El evento anual, encabezado por las bloggers egipcias, espera darles a las mujeres, identificadas como Laila, una oportunidad para hablar y dar su opinión.
En las palabras de los organizadores de la campaña Todas somos Laila, el evento apuntaba a publicar podcasts, presentar entrevistas con mujeres de todas las profesiones y condiciones sociales:
“El tercer año de Laila trae una gama más amplia de participación para abarcar otras categorías que no tienen acceso a internet, y mantienen la la línea del tema del primer año. El tema de este año es reunir testimonios en audio e historias de mujeres mayores, por ejemplo, abuelas, y mujeres que no usan Internet, por razones sociales o económicas. Testimonios así de auténticos dan un aire de vitalidad y son algo caros; también son un archivo en audio de las experiencias de generaciones mayores de madres y abuelas para las generaciones por venir. Sin embargo, la línea principal de Laila sigue ahí: escribir o registrar los problemas y asuntos de Laila y tener la oportunidad de hablarlos abiertamente”.
En verdad, no muchas bloggers se adhirieron a la idea principal de este año, excepto Bent Masreya [ar], que cargó una entrevista con una chica egipcia y discutió con ella los obstáculos que una mujer enfrenta en Egipto.
Otra blogger, Ma3t [ar], eligió honrar a su difunta abuela escribiendo acerca de su lucha con la educación en Egipto desde 1944 a 1948.
En cuanto a Manal, ella invitó a su madre que nos intrigó con su experiencia con el nuevo barrio al que se ha mudado hace poco, y cómo es vista como “extranjera” porque no se cubre el pelo. Escribe:
“Me encontré con un vecino en el ascensor y comenzamos una cháchara. Ella comentó: “Hablas árabe muy bien”. Mi respuesta fue: “Soy del Alto Egipto”. Entcones exclamó: “Creía que eras una de los extranjeros que viven en el departamento de arriba”.
La madre de Manal continúa:
“Lo que pasó pasa en muchas formas diferentes; algunas son formas molestas que pueden incluir insultos, algunas son bastante inocentes – viniendo de niños que podrían decir “hola”… Soy una mujer de 60 años que no usa velo, que no está vestida de negro. Y como no soy una persona que se maquilla y que no parece ser alguien que va seduciendo a los hombres, debo por consiguiente ser “extranjera”, lo que definitivamente supone ser cristiana. Esto les pasa a mis colegas y amigas cristianas también. Me cuentan de sus diarios sufrimientos en el transporte público, colegios, clínicas, etc.
“Es atroz ser considerada “la otra” en mi propio país solamente por ser yo misma, solamente porque no acepto los uniformes impuestos en los cuerpos de las mujeres, o solamente porque soy de una religión diferente”.
La diversidad de los posts a lo largo de la blogósfera egipcia añadieron a la autenticidad de la campaña y la reforzaron.
Noran el Shamly afirma claramente que no es Laila:
“Ser Laila significa que estoy frustrada y veo que la frustración no tiene género pues es bastante posible encontrar a un hombre frustrado . Me pregunto si es posible encontrar un hombre que aceptaría llamarse a sí mismo Laila.”
Felizmente, el síndrome Laila no se restringió a Egipto y alcanzó a otros países árabes también. Saudi Jeans invitó a Maha El Faleh, que instó a las mujeres a destacar solas y exigir sus derechos.
Al Faleh dijo:
“Mi mensaje acá no es para mi país, ni al gobierno porque su rol debería estar en otro capítulo, sino a las chicas y mujeres de mi país: ¡bajen de su alto caballo, miren a su alrededor, digan lo que piensan! Mucha de la opresión no la hace nuestro país, la hace nuestro silencio, nuestra falta de interés o a veces porque somos demasiado ignorantes de lo que nos rodea. Cuidense entre ustedes, ayuden a los que no tuvieron la oportunidad de hablar, denles esperanza y orientación, debemos dejar de esperar que nuestro país decida por nosotros.”
Entre partidarios y opositores, acá están las voces que participaron en la campaña de Laila.