Después de París [fr], Bolonia, llega también a Italia el Crisis Camp [it], evento que pretende mantener activo y participativo una red de trabajo europea que se ha ido formando durante los últimos meses, con el objetivo de «comprometerse con la aplicación de las nuevas tecnologías en la gestión de las crisis y de las situaciones de emergencia». Se ha posibilitado el acceso a nuevas tecnologías gracias a la creación y perfeccionamiento de herramientas relacionadas con el Web 2.0 y son por tanto, accesibles para su uso y puesta en funcionamiento.
La filosofía (en cuanto a ideas y desarrollo) tras estos instrumentos es el crowdsourcing, basado en la participación activa y democrática de la comunidad. ¿Pero qué es un Crisis Camp? Se trata de una conferencia informal, un barcamp especializado -en este caso- en el ámbito de los recursos online creados para la gestión de las crisis: desde las emergencias causadas por catástrofes naturales, a las derivadas de los conflictos, o de las revoluciones políticas o sociales. Trazado de mapas, geolocalización, periodismo ciudadano, gestión de la información: son algunos de los temas que serán tratados en Bolonia [it] el 19 de noviembre. Este es el programa provisional [it]: quien lo desee podrá proponer temas de discusión a través del formulario online [it].
Luego del éxito obtenido por plataformas de cooperación como Ushahidi [en] y por los diversos instrumentos de la Web 2.0, el aprovechamiento de los medios sociales e involucrar directamente de los ciudadanos, se hace esencial para afrontar emergencias cada vez más alarmantes, como revelan las recientes iniciativas en relación con las inundaciones en Tailandia, y como lo confirma el desarrollo internacional de la red Crisis Commons [en].
Para profundizar en el tema de la cita boloñesa, hemos formulado unas preguntas a Elena Rapisardi [it], estratega de contenido web y promotora activa del evento.
¿Por qué, cuáles son los objetivos y como se desarrollará Crisis Camp Italy?
El Crisis Camp Italy se concibe como un lugar de encuentro entre quienes se ocupan de situaciones de crisis, emergencias y riesgo, y que ven en la web 2.0 un medio y una herramienta útil para la gestión y sobre todo, para la prevención. Crear redes de trabajo: esta es la idea. Pero una red que comparta objetivos y principios, como la colaboración y la resiliencia. Las crisis, las emergencias y los riesgos pueden ser mejor prevenidos, gestionados y superados, simplemente desarrollando una cultura de colaboración y resiliencia capaz de involucrar proactivamente a todos los actores, desde la comunidad científica a los ciudadanos, pasando por las instituciones, los medios de comunicación y los expertos. Por este motivo creo que en un Crisis Camp en Italia, al igual que aconteció en París y en otros sitios del mundo, también se tenga que reflexionar forzosamente acerca de cómo empezar a establecer una relación con las estructuras destinadas a los servicios de auxilio. Se trata de un arduo desafío, porque conlleva un trabajo minucioso y que presupone un recíproca disponibilidad para entender las exigencias y encontrar los instrumentos comunes para la cooperación.
Como se se demostró con las recientes inundaciones en Liguria [it], en Italia también hacen falta instrumentos más eficaces y listos para afrontar las emergencias: ¿Cómo nos encontramos en este sentido? ¿Y la gente sabe/desea realmente auto-organizarse a través de Internet?
Desde la perspectiva tecnológica, también en Italia existen muchísimos instrumentos válidos. Pero creo que la innovación en la gestión de las emergencias o de las crisis necesita un cambio sobre todo en el aspecto cultural, para que la tecnología sea un factor propiciador y no el fin, ni tampoco un terreno de competición. Existe la tecnología libre y gratuita, hay muchísimos proyectos Open Source. Quizá haga falta empezar a pensar en standard, open data y «prácticas» cotidianas de uso de Internet, incluyendo también la formación, porque la difusión de Internet no conlleva la alfabetización en la red. La cuestión es, sin embargo, el pasar de la participación emocional, que nos lleva a enviar una foto a nuestros amigos y/o «seguidores», principalmente para compartir una emoción, a una participación proactiva y consciente. No es un pasaje sencillo, pero encuentros como el Crisis Camp podrían reunir fuerzas, experiencias y energías para dirigirnos en esta dirección. Creo que, experiencias como la realizada con la crowdmap para recoger documentos visuales sobre los recientes aluviones, desarrollada en las ediciones de Génova y Livorno del diario «La Repubblica» en colaboración con la Universidad de Turín, Departamento de Ciencias de la Tierra y NatRisk, son un primer paso para crear colaboraciones entre, por ejemplo, la comunidad científica y los medios de comunicación. Es necesario aprender a informar de una forma nueva y con nuevas reglas. No creo en las soluciones preconcebidas; Internet no es «todo en un click», Internet es mucho más que «un click».
A un nivel más global, la utilidad de herramientas como Ushahidi [en] parece imponerse en todos sitios; ¿Pero es verdad que estas herramientas sociales sirven, o más bien crean ulterior confusión, desconfianza y peso informativo?
La fiabilidad de las informaciones provenientes de los medios sociales o de soluciones como los mapas colaborativos es un problema conocido por todas las VTC [Volunteers Technical Communities, Comunidades Técnicas de Volunarios] y existen proyectos para definir y establecer la fiabilidad de los colaboradores. Personalmente creo que sobre todo se debe pensar en términos de preparación, lo que conlleva «entrar» en la web y construirse una reputación y una posición. Los medios sociales como fenómeno social y de comunicación ya son un hecho. Excluirlo o contenerlo es imposible. La gente continuará difundiendo «tuiteos» y posteando en Facebook. Por tanto hace falta entrar en esta onda y «colaborar» en la creación de espacios compartidos, convertirse en una voz fiable y con reconocimiento. Como ejemplos interesantes: el INGV [it] y el Consorzio Lamma Toscana [it], que mantienen una presencia constante en Twitter, y lo usan como principal instrumento de comunicación. Hay que seguir y realizar más intervenciones durante los eventos. Claro está, no resulta fácil, porque comunicar es una responsabilidad y los nuevos medios de comunicación imponen una velocidad y un «justo a tiempo» que los procesos organizativos de gestión de la información de algunas estructuras no pueden mantener, no con intencionalidad, o al menos, eso espero, sino principalmente por falta de las competencias adecuadas para gestionar la información de la «revolución post-Gutemberg»; o sea, veloz, puntual y de difusión masiva.
Para actualizar la información acerca del Crisis Camp Italy y su desarrollo sucesivo, además del sitio oficial [it] se puede seguir el hashtag #crisiscampit [it] en Twitter.
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Emergencias y web 2.0…
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