Global Voices asistió a la conferencia dedicada al centenario del genocidio armenio el 22 de abril, que se llevó a cabo en el Complejo de Deportes y Conciertos Karen Demirchyan de Ereván. La conferencia, titulada «Foro Global Internacional Social y Político Contra el Crimen del Genocidio», invitó a estudiosos del genocidio, historiadores, periodistas, políticos y líderes religiosos a hablar acerca del genocidio armenio, su legado y sus consecuencias actuales y futuras frente al derecho internacional.
El foro fue iniciado por el presidente de Armenia Serzh Sargsyan, que destacó la importancia de recordar y conmemorar la experiencia de todos los armenios. “Recordar en una obligación moral”, dijo. “Es nuestro deber moral y derecho conmemorar al millón y medio de víctimas”. Luego homenajeó a los meticulosos opositores a lo largo de la historia, los que se mostraron en contra del genocidio desde adentro. Mencionó a Irena Sendler y Raoul Wallenberg durante el Holocausto, a Paul Rusesabagina durante el genocidio en Ruanda y a Van Chhuon durante el genocidio en Camboya.
En cuanto al genocidio armenio, dijo que el “pueblo armenio no ha olvidado y está agradecido con esos kurdos y turcos que de manera encubierta salvaron la vida de sus vecinos armenios”. También agradeció al “pueblo árabe, que dio refugio a los que escaparon apenas del yatagan turco, así como a rusos, estadounidenses y europeos, que cuidaron de los huérfanos armenios o participaron en los esfuerzos humanitarios”.
Luego de su discurso vinieron los comentarios de Karekin II, ‘Catholicós de todos los armenios’ y jefe supremo de la Iglesia Apostólica Armenia, sobre la necesidad de que los cristianos permanezcan unidos en Medio Oriente y el mundo frente a la opresión, citando la actual persecución aquellos en manos de grupo radical ISIS. También habló sobre la carga que el genocidio armenio supone para los armenios y cómo la política oficial de negación del gobierno turco aumenta el sufrimiento.
Después vino una estimulante charla de Thorbjørn Jagland, secretario general del Consejo de Europa. Jagland destacó, varias veces, la importancia de trabajar en conjunto para alejarse del nacionalismo y más bien ‘adoptar el internacionalismo’. Habló de su reunión con el entonces líder palestino Yasser Arafat durante la cual conoció un importante sacerdote palestino-armenio que todavía posee un ‘pasaporte Nansen’, llamado así por Fridtjof Nansen, el entonces alto comisionado para refugiados y ganador del Premio Nobel de la Paz, conocido por su trabajo con refugiados.
Nansen trabajó para emitir documentos para refugiados con reconocimiento internacional, el pasaporte Nansen, emitido primero por el predecesor de las Naciones Unidas –la Liga de Naciones– que ayudó a muchos refugiados, incluidos armenios, a encontrar refugio en países vecinos. Jagland elogió a Nansen a la vez que subrayó que el mundo sigue enfrentando desafíos igual de grandes, si no más grandes, que los que hubo en el pasado, y citó las guerras civiles libia y siria, así como el reciente desastre de Lampedusa.
Después vino el profesor Daniel Feierstein, presidente de la Asociación Internacional de Estudiosos del Genocidio. Reafirmó el compromiso de la comunidad de estudiosos del genocidio para el reconocimiento del genocidio cometido contra los armenios, griegos, y asirios del Imperio Otomano. Habló de cómo los genocidios típicamente incluían la “destrucción de la identidad nacional de los oprimidos y la imposición de la identidad nacional del opresor”. Repitió las advertencias de Jagland referidas a los peligros de los nacionalismos citando los casos del panturquismo, pangermanismo y panserbianismo en el Imperio Otomano, la Alemania nazi y Yugoslavia, respectivamente, y de la necesidad de incluir a los estudiosos del genocidio en los esfuerzos para evitar mayores genocidios.
Durante un intervalo de diez minutos, a los delegados de la conferencia se les mostró escenas e imágenes de varios genocidios, desde el armenio, asirio y griego al camboyano y ruandés, pasando por el Holocausto y algunos otros. También se reconoció a Raphael Lemkin, el abogado polaco que motivado por la situación de los armenios, acuñó el término ‘genocidio’.
‘La lucha de la memoria contra el olvido’
La segunda parte de la conferencia empezó con el tema «El problema de la responsabilidad y eliminación de las consecuencias del genocidio». El primero fue Roger W. Smith, estudioso del genocidio reconocido internacionalmente que estudió la política de negación del gobierno turco. Destacó que además de las demandas habituales y métodos de grupos de presión, el gobierno turco ha estado intentando restar importancia al genocidio armenio promoviendo una estrategia de «igualdad de sufrimiento” que sostiene que turcos y armenios sufrieron por igual durante el caos de la Primera Guerra Mundial. Al explicar su presencia en la conferencia, citó a Milan Kundera, el escritor franco-checo que escribió: «La lucha del hombre contra el poder es la lucha de la memoria contra el olvido».
Luego llegó el turno de Henry Theriault del Grupo de Estudio de Reparación del Genocidio Armenio. Theriault quería disipar el mito de que el centésimo aniversario del genocidio podría verse como un clímax. Por el contrario, afirma, es una transición hacia un futuro de reconocimiento. Tambien recordó a la concurrencia, con grandes aplausos, que los armenios no son el único pueblo que exige reconocimiento de un genocidio. Citó al genocidio asirio y griego, y también a los pueblos Herero y Namaqua que han sufrido el crimen de genocidio por parte del gobierno de África del Sudoeste Alemana (hoy Namibia) y los nativos americanos.
Cuando Theriault terminó, la conferencia tuvo su primer orador turco del día Cengiz Aktar es un científico político, escritor y periodista más conocido por su campaña «Pido perdón» que pide una disculpa de los turcos a los armenios por el genocidio armenio, que fue suscrito por 32,000 personas.
Aktar informó del cada vez más abierto movimiento para el reconocimiento de crímenes de genocidio dentro de la sociedad turca. Toda gran casa editorial en Turquía ha publicado al menos un libro sobre el genocidio armenio en turco y la ‘palabra con G’ se está haciendo más aceptable en círculos académicos. Algunos descendientes de armenios que tuvieron que convertirse al Islam para salvar la vida –los llamados armenios islamizados o armenios ocultos– se han reconvertido al cristianismo, mientras que otros armenios musulmanes han decidido seguir siendo musulmanes mientras reclaman su ‘armenianidad’. La primera conmemoración pública del genocidio se llevó a cabo en la plaza Taksim en 2010 y, más importante, ciudadanos de al menos 28 pueblo turcos planean conmemorar el genocidio el viernes 24 de abril.
Finalmente, Esther Mujawayo tomó el escenario. Mujawayo es sobreviviente del genocidio tutsi en Ruanda y actualmente trabaja con sobrevivientes del genocidio como socióloga. Su discurso tuvo mucha carga emotiva y se detenía a tomar un respiro de vez en cuando. Parada frente al público, usaba ropas tutsis tradicionales. ¿Por qué?
«Porque a nuestras madres las desnudaron. Estoy usando mi ropa por mi madres así como por las madres de todos ustedes».
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