Esta publicación apareció originalmente en el sitio iranhumanrights.org y se republica en este espacio en colaboración con la Campaña Internacional por los Derechos Humanos en Irán.
Una de los ochos activistas de Facebook que condenaron a múltiples años de prisión en el 2013, por publicar comentarios sociales y políticos en su página de Facebook, ha aseverado que le negaron el derecho a un abogado durante su detención, la interrogaron sobre sus asuntos privados y acusaron de crímenes que nunca cometió.
Naghmeh Shahsavandi Shirazi indicó a la Campaña Internacional por los Derechos Humanos en Irán:
They did not allow me to have a lawyer until my case went to the appeals court, and even then I did not attend the trial. Our case was being presided [over] by Judge Moghisseh who has no knowledge of computers and the Internet because if he did he would never have considered cartoons of [Member of the Council of Guardians] Ali Jannati and [Supreme Leader] Ali Khamenei as pornographic…We did not have one pornographic image on our Facebook pages.
No me permitieron tener un abogado hasta que trasladaron mi caso al tribunal de apelaciones y aún así no asistí al juicio. El juez que presidió nuestro caso fue Moghisseh, quien no tenía conocimiento alguno sobre ordenadores e Internet, pues si conociera el tema nunca hubiese considerado las caricaturas de Ali Jannati [miembro del consejo de guardianes] y Ali Khamenei [líder supremo] como material pornográfico… No teníamos ninguna imagen pornográfica en nuestras páginas de Facebook.
Shirazi y sus codemandados eran administradores de ochos páginas populares en Facebook, en las cuales compartían contenido de sitios web de medios sociales. El 14 de abril, 2014 ella fue condenada a siete años en prisión por los delitos de insultar al líder supremo Khamenei y fundador de la República islámica, Ayatollah Khomeini, conspirar contra el estado y por publicar imágenes pornográficas.
«Muchas de nuestras páginas [facebook] no eran de índole político», afirma Shirazi y añade, «tenemos dos páginas como de periodismo ciudadano. Nosotros recabábamos información desde el interior de las prisiones y la publicabamos en esas páginas. Tenían alrededor de cuatro millones de Me gusta y por esa razón, nos acusaron de socavar la seguridad nacional».
Ella prosiguió:
We re-posted cartoons that already existed online. We did not produce anything ourselves. We sometimes put pictures of the country’s leaders next to each other along with a caption for various occasions, such as when someone was executed. The bottom line is that we were a bunch of ‘admins’ who reported current events on our pages like citizen journalists.
Republicábamos caricaturas que ya existían en la red. Nosotros en sí no producíamos nada. Algunas veces colocabamos imágenes de los líderes de la nación, uno al lado del otro, con una leyenda para varias ocasiones; por ejemplo cuando ejecutaban a alguien. En conclusión, eramos un grupo de administradores que reportaba sobre los acontecimientos actuales a través de nuestras páginas, como periodistas ciudadanos.
Además, agregó que estaba escéptica del delito de «conspiración contra el estado», ya que el tipo de contenido que publicaban era ubicuo en las redes de medios sociales; por lo tanto, el contenido específico que compartieron en Facebook ya había sido publicado previamente en los medios sociales en Irán.
Según Shirazi, ella y los otros siete activistas de Facebook, fueron identificados por los agentes de seguridad, incluyendo uno de los demandantes que era un miembro del ejército cibernético de los Guardianes de la revolución islámica en Shiraz. El día de su juicio se presentó en el tribunal un grupo de guardianes revolucionarios, en calidad de demandantes. «Nuestro juez del tribunal de apelaciones, Pourarab, intentó ayudarnos, sin embargo ellos no lo permitieron», ella afirma.
También indicó que sus interrogatorios consistieron mayormente en preguntas «personales» sobre aspectos privados de su vida, así como los de sus familiares y amigos.
«El mismo interrogador me informó que golpeaban a los hombres [sospechosos, en el interrogatorio]. Físicamente me trataton mejor que a otros, pero la presión psicológica era peor. Soy madre de dos niños y debido a eso, todos los días me decían cosas perturbadoras, muchas obscenidades», Shirazi agregó.
Ella manifestó a la Campaña que los administradores crearon las cuentas en Facebook con nombres ficticios, pero que se descubrieron posteriormente debido a que uno de ellos respondió comentarios publicados en sus páginas utilizando cuentas separadas, las cuales estaban registradas con sus nombres legales. Las autoridades hackearon esa cuenta y por consiguiente obtuvieron acceso al resto de ellas.
«De hecho, los demandantes reclamaban sobre los comentarios. Uno de nuestros amigos fue arrestado por un comentario y en el transcurso de las investigaciones hackearon su cuenta; entonces, se percataron que él era uno de los administradores de la página», afirmó Shirazi.
También agregó que no se dio cuenta de la variedad de precauciones de seguridad que pudieron haberle ayudado a permanecer de manera anónima en sus actividades en línea. Para evadir los sitios web filtrados por el gobierno, Shirazi adquirió una red privada virtual (VPN, por sus siglas en inglés), una herramienta que permite al usuario evadir los filtros de Internet, en el mercado negro de Irán. Nunca se puede garantizar la seguridad de dichas herramientas, especialmente cuando se adquieren dentro del país. Los expertos en materia de seguridad de Internet manifiestan que en sociedades como Irán, donde procesan a las personas por su contenido y actividades en la red, las herramientas internacionales de evasión de Internet (como Tor o Psiphon) o VPN privadas, que se adquieren por medio de fuentes confiables fuera del país, usualmente se salvan del rastreo de las agencias de seguridad gubernamentales.