¿Podría ser la amnistía una clave para lograr la paz México? Depende de a quién se le pregunte

En la foto: Andrés M. López Obrador, quien pusiera sobre la mesa la propuesta de amnistía para una parte de los actores del conflicto armado interno mexicano. Imagen compartida en Flickr por el usuario Eneas de Troya, tomada durante la campaña de López Obrador y utilizado en términos de licencia CC 2.0.

¿Perdonar a los delincuentes para poner fin al conflicto armado interno? Es una de las alternativas que han surgido en México durante los meses previos a la elección que definirá la sucesión presidencial en 2018.

Fue en diciembre de 2017 cuando el precandidato a la presidencia mejor posicionado en las encuestas, Andrés M. López Obrador (conocido también como AMLO, por sus iniciales), habló de una propuesta de amnistía. López –quien por tercera vez aspira al cargo luego de dos candidaturas infructuosas– ha sido identificado como la opción populista y similar en perfil e ideología al actual presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.

El portal Huffington Post fue uno de los que reportó sobre el planteamiento de «otorgar el perdón», hecho por López al indicar textualmente «vamos a explorar todas las posibilidades desde decretar una amnistía, escuchando también a las víctimas». El sitio Animal Político también reportó sobre esta particular propuesta del líder del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), destacando que el precandidato dijo que haría «todo lo que se pueda» para lograr la paz en el país.

Semanas después, el veterano político alegó que se trataba sólo de una distorsión a su planteamiento, negando que su intención fuera la de perdonar a los delincuentes que toman parte en el conflicto.

Enrique Peña, el actual presidente, se refirió en enero de 2018 a la posibilidad de otorgar perdón a los delincuentes contra los que el Estado dice estar en guerra desde que así fuera declarado por su predecesor, Felipe Calderón, en el año 2006. Peña señaló que el perdón sería una «traición a México», en un discurso que fue identificado como una respuesta directa a lo propuesto por López.

Más allá de que la propuesta de amnistía (que significa “perdón de cierto tipo de delitos, que extingue la responsabilidad de sus autores”, según la Real Academia Española) sea real –lo cual López y sus feligreses ahora niegan– lo cierto es que el tema está hoy a discusión entre la opinión pública.

En Twitter, por ejemplo, los usuarios exponen sus posturas:

El usuario que se hace llamar Adrian Turner, comentó:

Por su parte, el usuario Pedro B., expresó:

Daniel Vazquez se pronunció en un sentido similar:

En este tuit, un usuario expresó que la propuesta podría no ser eso, sino una mera ocurrencia del precandidato López:

La Güera Ortiz compartió en Twitter el siguiente mensaje:

Pero no sólo en esa red social han circulado las reacciones ciudadanas ante una posible amnistía a los combatientes. Resalta el caso de Javier Sicilia (activista y poeta) quien es una de las víctimas del conflicto desde que su hijo fuera ejecutado en 2011 por integrantes de un grupo armado. Sicilia dirigió una carta abierta a López, la cual ha sido retomada por varios medios, especialmente el semanario Proceso. En la misiva, Sicilia se dirige al precandidato de la siguiente manera, haciendo énfasis en la postura de salvador que asume:

Querido Andrés Manuel:

Tú y yo a lo largo del tiempo hemos tenido serias y profundas diferencias. Me simpatizas más que cualquier otro de los candidatos a la Presidencia de la República, pero me repugnan tu mesianismo y tus aires de redentor que, al igual que lo han hecho otros, he criticado a riesgo de tener que soportar el linchamiento en redes de muchos de tus correligionarios; [e] incluso, en 2011, una amenaza de muerte.

Acerca de la amnistía, Sicilia dice:

A menos que estés buscando el voto del crimen organizado que, enquistado en los aparatos políticos, ha destrozado y desfondado a la nación –cosa que en su monstruosidad me rehúso creer–, dime, dinos, Andrés Manuel: ¿puedes en conciencia pedirnos olvido a las víctimas, sobre todo a las víctimas de los desaparecidos que aún no encuentran a sus seres queridos? ¿Puedes pedir olvido a un país que tiene centenas de fosas clandestinas, incluyendo las del Estado, como lo revelamos en Morelos al descubrir y abrir las fosas de Tetelcingo y Jojutla? ¿Puedes pedir olvido a un país donde los criminales continúan asesinando, desapareciendo, extorsionando, porque la corrupción del Estado les ha dado una carta para la impunidad –ella, te recuerdo Andrés Manuel, alienta al crimen–?

Las fosas clandestinas a las que hace mención Sicilia no son solamente las utilizadas por los grupos armados para enterrar furtivamente a sus víctimas, sino también las que emplea el Estado para deshacerse de restos humanos en el marco del conflicto armado interno. Muchas de estas fosas han sido descubiertas en Morelos, al sur de México.

En Latinoamérica, la idea de la amnistía no es novedosa. En Colombia, en 2016, se planteó aplicarla como parte de un conjunto de acciones para poner fin al conflicto armado interno; posteriormente mediante el referendo, la población que acudió a las urnas hizo resonar su postura de “No”, rechazando (por un estrecho margen) los acuerdos de paz que fomentaban el perdón, la impunidad para los guerrilleros.

Debe destacarse, no obstante, que la participación ciudadana en aquél ejercicio democrático fue escasa pues, según algunas fuentes, cerca del 62% de los colombianos habilitados para votar prefirieron no hacerlo.

Ecuador es otro país de la región en el que, bajo sus particulares circunstancias, se ha planteado la amnistía respecto de personas que han sido acusadas de cometer delitos.

En México, por lo pronto, y más allá de que exista tergiversación mediática o no a los dichos del precandidato López, la ciudadanía esta hablando sobre la eventual extinción de responsabilidad de los responsables de la guerra, como opción para alcanzar la paz, luego de casi 12 años de conflicto.

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