Podrían condenar a muerte a administrador de canal de Telegram por “insultar al Profeta”

Debilitado por su huelga de hambre, el prisionero de conciencia Hamidreza Amini fue transferido a un hospital esposado de manos y pies, pero regresó a prisión antes de completar el tratamiento. Foto difundida por el Centro para Derechos Humanos en Irán y reproducida con autorización.

Esta es una versión editada de un artículo publicado en el sitio web del Centro para Derechos Humanos en Irán.

Hamidreza Amini podría enfrentar una condena a muerte si lo sentencian por “insultar al Profeta” por el contenido de su canal del aplicativo Telegram, dijo al Centro para Derechos Humanos en Irán (CHRI) una fuente cercana al prisionero de conciencia el 5 de junio de 2018.

Amini debe ir a juicio el 25 de junio de 2018, por los delitos de “insultar al Profeta”, “insultar al líder supremo”, “actuar contra la seguridad nacional”, “propaganda contra el Estado” y “perturbar la opinión pública”, dijo la fuente, que pidió el anonimato por lo delicado que es hablar con medios extranjeros en Irán.

Amini es un técnico de telefonía de 47 años, y fue arrestado por la Organización de Inteligencia de Cuerpo de Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC) en Teherán el 2 de diciembre de 2017, por actividades en su canal de Telegram, que administraba con el seudónimo de “Ariyobarzan”.

Según la fuente que habló con CHRI:

Hamidreza had created a Telegram channel where anyone could post her/his views, the IRGC held him responsible for everything others had written and when he told the investigator that he did not write those things, he was told that his channel and related groups had been shut down and therefore the IRGC could accuse him of anything they want.

Hamidreza había creado un canal de Telegram donde cualquiera podía publicar sus opiniones. El IRGC lo hizo responsable por todo lo que otros habían escrito y cuando le dijo al investigador que él no había escrito esas cosas, le dijeron que su canal y grupos relacionados quedaban clausuarado y, por lo tanto, el IRGC lo podía acusar de cualquier cosa que quisiera.

“Ante todo, cualquiera es libre de expresar sus opiniones, y eso fue lo que hicieron Hamidreza y las personas en su grupo”, dijo la fuente. “Pero la mayor parte de lo que se le acusa, incluidos los ‘insultos al Profeta’, lo escribieron otros… Lo están juzgando por lo que hicieron 3,000 personas”.

El artículo 262 del Código Penal Islámico de Irán estipula:

Anyone who swears at or commits qazf [slander] against the Great Prophet [of Islam] (peace be upon him) or any of the Great Prophets, shall be considered as Sāb ul-nabi [a person who swears at the Prophet], and shall be sentenced to the death penalty.

Toda persona que insulte o cometa qazf [calumnia] contra el Gran Profeta [del Islam] (que la paz sea con él) o cualquiera de los Grandes Profetas, será considerado Sāb ul-nabi [persona que insulta al Profeta] y será sentenciado a la pena de muerte.

Tras su arresto, Amini fue detenido en confinamiento solitario en el ala 2-A de la prisión de Evin, donde lo han interrogado sin acceso a asesoría legal.

A fines de febrero de 2018, lo trasladaron a la Gran Penitenciaría de Teherán en Fashafouyeh, a 32 kilómetros al sur de Teherán, sin orden judicial. Sin embargo, lo regresaron a la prisión de Evin el 3 de junio en huelga de hambre, en protesta por su condición, según la fuente.

La fuente agregó que Amini fue hospitalizado por los efectos de la huelga de hambre, pero lo transfirieron de vuelta a la prisión antes de que completara el tratamiento.

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