Periodista encubierto expone duras condiciones laborales en almacén Amazon en Japón

Amazon fulfillment center odawara

Ttrabajador en el centro logístico de Amazon en Japón. Captura de pantalla del video promocional de Amazon Japón.

Un nuevo libro de un reportero de investigación japonés revela las terribles condiciones de trabajo en una gran instalación de distribución de Amazon en las afueras de Tokio. El libro se bassa en informes encubiertos y numerosas entrevistas con trabajadores, y describe un gran segmento del mercado laboral japonés dominado por empresas de trabajo temporal y condiciones de trabajo precarias.

En «Un informe encubierto sobre el Imperio Amazon» (潜入ルポ amazon帝国) de Yokota Masuo, el periodista de investigación afirma que los trabajadores de un «centro logístico» de Amazon (almacén y centro logístico), ubicado en la pequeña ciudad regional de Odawara a 80 km al oeste de Tokio, trabajan turnos muy duros físicamente que han causado al menos cinco muertes en los últimos cinco años.

En un extracto publicado en el sitio de noticias News Post Seven (NEWS ポストセブン), Yokota explica cómo «se infiltró» en el centro logístico de Odawara en 2017 para informar sobre las condiciones de trabajo. El periodista de economía ya había trabajado encubierto en 2004 para investigar a Amazon, para un libro anterior y una exposición premiada sobre el gigante de la industria textil Uniqlo, y a menudo informa sobre cómo los trabajadores en Japón se ven afectados por un entorno laboral que cambia rápidamente.

Trabajando como «recolector» a tiempo parcial para el montaje de los pedidos de los clientes, Yokota entrevistó a otros empleados en el centro logístico, incluidos personal asalariado de Amazon, trabajadores temporales de reparto y empleados de empresas subcontratadas de transporte y logística.

Amazon, que representa el 20 % de las ventas de comercio electrónico en un mercado japonés de 86 millones de compradores en línea, abrió su centro logístico de Odawara en 2014. El extenso edificio de varios pisos, similar a un almacén, cubre una superficie de 60 000 metros cuadrados, «más o menos el tamaño de cuatro estadios como el Tokyo Dome«, según un artículo, y emplea a unas mil personas. Las instalaciones se construyeron con el fin de proporcionar un servicio de envío en el mismo día o al día siguiente en la cercana región de Tokio de más de 30 millones de personas, donde Amazon quiere continuar ampliando su negocio.

En el libro, Yokota dice que justo antes de empezar a trabajar se enteró de la muerte de «Uchida Rika» (seudónimo para proteger la privacidad de su familia), una mujer de 59 años que se desplomó y murió de un aneurisma mientras trabajaba para Amazon como recolectora.

Durante el tiempo de Yokota como recolector, murió un segundo trabajador de Amazon, «Kitajima Masato», a quien sobrevivió su mujer «Kyoko» (ambos nombres son seudónimos). Esta pareja con más de 30 años de matrimonio trabajaba en el centro logístico de Odawara como recolectores a tiempo parcial. La pareja se había incorporado al mercado laboral después de graduarse en la escuela secundaria, tuvieron una serie de trabajos de baja cualificación. Según Yokota, la crisis Lehman de 2008 desencadenó una recesión económica en Japón que los dejó sin trabajo y viviendo de la asistencia social en Odawara.

Después de casarse, encontraron trabajo en el centro logístico, pero en lugar de ser empleados por Amazon, a los dos los envió la subcontratista World Intec como trabajadores temporales (非正規労働者). Se estima que alrededor del 37 % de la fuerza laboral japonesa trabaja actualmente con contratos temporales, un legado de lento crecimiento económico en la década de 1990 y la crisis económica de 2008.

«Masato» y «Kyoko» trabajaban de pie de 09:00 a 14:00 horas, cinco días a la semana, con un ingreso combinado de 300 000 yenes (3000 dólares) al mes.

Mientras estaba de incógnito en el almacén de Odawara, Yokota calculó que caminaría unos 20 km durante un turno de 6,5 horas, y que un recolector podría recorrer fácilmente 30 km en 10 horas, lo que es una duración de turno habitual si un recolector trabaja horas extras durante periodos de mucha actividad.

Los recolectores deben recorrer todo el centro logístico para recopilar y elaborar los pedidos, y como estas tareas se cronometran y rastrean al segundo, muchos renuncian a los descansos para seguir el ritmo. Yokota dice que los trabajadores no tenían tiempo para descansar ni siquiera para comer: se dice que «Kyoko» perdió 10 kg en un mes.

Un día, «Masato» se desplomó. El centro finalmente llamó a una ambulancia y lo llevaron al hospital, donde murió. El médico que lo atendió declaró la causa de la muerte como disección aórtica, enfermedad cardíaca poco común que normalmente sufren los hombres de entre 60 y 70 años.

Las afirmaciones que Yokota hace en su libro han sido corroboradas por informes de la publicación Akahata (Bandera roja) del Partido Comunista Japonés.

En un artículo de 2018 (en inglés), Akahata ya había investigado al menos tres muertes en «condiciones de trabajo similares a las de un taller clandestino» en las instalaciones de Odawara, basándose en entrevistas con exempleados y en comentarios recogidos de las redes sociales.

Un trabajador le dijo a Akahata que las condiciones de trabajo en Odawara «casi lo llevan a suicidarse». Otro trabajador de Amazon, identificado como «Okawa» dijo:

My co-workers, one after another, resigned after they suffered from heat stroke, fatigue fractures, back pain, and other injuries and illnesses […]

Mis compañeros de trabajo, uno tras otro, dimitieron después de sufrir una insolación, fracturas por fatiga, dolor de espalda y otras lesiones y enfermedades […]

«Okawa» también le dijo a Akahata que las pausas programadas se acortaban a lo largo del día, sin dejar tiempo para ir a la cafetería del lugar, almorzar y regresar al trabajo. Los salarios eran normalmente de 950 yenes (9.50 dólares) por hora, el salario mínimo en Japón, aunque algunos trabajadores temporales recibían 2000 yenes (20 dólares) por hora durante periodos de mayor actividad.

En otro artículo, Akahata informó (en inglés) sobre los comentarios hechos en el foro japonés 2chan (ahora rebautizado como 5channel) sobre las condiciones de trabajo del centro:

‘I heard that a worker died at the warehouse.’
‘Recently, workloads have become heavier due to shorter rest periods. Take care, everyone!’
‘The company’s «do nothing unless something happens» attitude has led to this tragedy. Anti-heatstroke measure[s] [are] a case in point. Only after many workers suffered from heatstroke, the company finally implemented countermeasures.’

«Escuché que un trabajador murió en el almacén».
«Recientemente, la carga de trabajo se ha vuelto más pesada debido a la reducción de los periodos de descanso. ¡Cuídense todos!»
«La actitud de la empresa de «no hacer nada a menos que algo suceda» ha llevado a esta tragedia. Las medidas contra la insolación son un buen ejemplo. Solo después de que muchos trabajadores sufrieran un golpe de calor, la empresa finalmente implementó contramedidas».

Yokota sugirió que la falta de supervisión y rendición de cuentas por parte de Amazon ha llevado a esas pésimas condiciones de trabajo:

アマゾンは、アルバイトの管理をワールドインテックやその下請けの派遣会社に丸投げしており、自らアルバイトとは直接かかわらない。こうした環境では、アルバイトの労働環境にだれが責任を取るのか、という問題の所在が曖昧になってしまう

Amazon ha transferido la gestión de estos trabajos temporales a World Intec y a otras agencias de subcontratación, y no está directamente involucrada en absoluto en la supervisión de los trabajadores a tiempo parcial. En un entorno así, la ubicación de la cuestión de quién asumirá la responsabilidad de las condiciones de trabajo de los trabajadores temporales y de guardia resulta ambigua.

Según la viuda de «Masato» y otros trabajadores del centro, Amazon hizo pocos o ningún esfuerzos por comunicar su muerte. En una entrevista, un supervisor le dijo a Yokota:

アマゾンの同僚からは、その日のうちに、警察が来て現場検証をしたと聞いています。けれど、北島さんが亡くなったことは、ワーカーさんに朝礼や昼礼で伝えることはありませんでした。ボクは、北島さんが亡くなった数日後に、上司との面談があったんですが、そのときに、北島さんが亡くなった話を持ち出しても、救急車で運ばれたのは聞いていたけれど、亡くなったとは知らなかった、と言っていました。センター内で起こった死亡事故を知らないなんて、信じられない気持ちでした。

Un compañero de trabajo me comentó que la policía había venido ese día. Sin embargo, nadie notificó formalmente a ningún empleado. Cuando mencioné su muerte en una reunión con un supervisor varios días después, […] todo lo que sabían era que se lo había llevado una ambulancia y que no sabían que había muerto. Me cuesta creer que nadie [de la dirección] lo supiera.

En el momento de la muerte de su marido, «Kyoko» había dejado el centro logístico de Odawara por otro trabajo a tiempo parcial; solo tenía 40 000 yenes (400 dólares) en el banco. Finalmente recibió un pago único de 30 000 yenes (300 dólares) de World Intec. Con su falta de ahorros, el escaso pago por la muerte de su marido y la pérdida de ingresos, «Kyoko» no tenía forma de pagar los gastos hospitalarios ni funerarios, ni siquiera el alquiler mensual.

Aunque algunos trabajadores de almacenes de Amazon han intentado sindicalizarse, hasta ahora no se han producido cambios importantes en el entorno laboral de Odawara. En una época en la que más del 36 % de todos los trabajadores están empleados como trabajadores temporales y de guardia, y en una época de estancamiento del crecimiento salarial, los trabajadores poco calificados siguen enfrentándose a situaciones precarias independientemente de donde vivan en Japón.

«Kyoko» es un buen ejemplo. Con pocas perspectivas después de haber perdido recientemente su trabajo como cajera de supermercado, volvió a trabajar en el centro logístico:

「小田原付近では仕事が少ないので、困った時のアマゾン頼みって言われているんです。給与は日払いでもらえますし。夫が亡くなったことへのわだかまりが全然ないと言ったらうそになりますけれど、生活のためだと割り切ることにしました。年末もお正月の三が日も働くつもりです」

Como hay tan pocos trabajos en Odawara, Amazon me dijo que les avisara si alguna vez necesitaba ayuda [con el trabajo]. Y me pueden pagar todos los días. Aunque mentiría si dijera que no siento rencor [hacia Amazon] por la muerte de mi marido, acepto el trabajo porque necesito ganarme la vida.

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