J en casa de su empleador anterior. Foto vía Hong Kong Free Press. Usada con autorización.
Este informe se publicó en Hong Kong Free Press el 17 de febrero de 2022. Reproducimos una versión editada a través de un acuerdo de asociación de contenido.
Una trabajadora doméstica de 35 años de origen filipino a quien se le negó la solicitud de visa, tuvo que vivir en las calles de Hong Kong durante dos noches después de dar positivo por COVID-19. El caso ha generado solidaridad y quejas generalizadas sobre los recursos insuficientes de Hong Kong para los inmigrantes. Esto ocurre cuando un grupo de apoyo a los trabajadores migrantes advierte sobre una «crisis emergente».
J, que desea permanecer en el anonimato, le dijo a HKFP el jueves que había estado viviendo en un parque en el distrito Yau Ma Tei de Hong Kong desde que dio positivo por COVID-19 el martes 15 de febrero. Tenía programado regresar a Filipinas al fía siguiente luego de que le negaron la visa.
J estaba asintomática y el hospital le dijo que se pusiera en cuarentena en casa ya que el hospital estaba lleno. Sin embargo, la mujer no tenía a dónde regresar ya que había renunciado a su empleo anterior por las malas condiciones de vida y se le negó una visa para trabajar para un nuevo empleador. Las trabajadores domésticas deben “vivir” legalmente con sus empleadores.
La trabajadora migrante se acercó a la Federación de Sindicatos Asiáticos de Trabajadoras del Hogar de Hong Kong (FADWU) en busca de ayuda, y el grupo le dio una tienda de campaña, un saco de dormir, mascarillas, algunos artículos de limpieza y algo de comida.
“Me estoy congelando debido al clima [es] muy frío”, dijo J. “Realmente no [sé] qué hacer”.
Se preve+ia que las temperaturas en Hong Kong bajarían a 10 grados centígrados ese fin de semana.
