Sur del Cáucaso enfrenta una «fuga de cerebros»

Imagen de Eryk Fudala. Libre de uso bajo licencia de Unsplash.

Este artículo está basado en una serie de artículos publicados por Chaikhana Media. Publicamos una versión editada como parte de un acuerdo para compartir contenido con Global Voices.

Los jóvenes y profesionales del sur del Cáucaso buscan oportunidades en el extranjero por desempleo local, falta de oportunidades laborales viables y posibilidades para el futuro. El deterioro del espacio civil de las naciones solo empeora la situación. El monitor de CIVICUS, que registra las libertades del espacio civil de los países, categoriza a Azerbaiyán como «cerrado», a Armenia como «obstruido» y a Georgia como «reducido». Mientras tanto, el informe de Progreso de la Juventud que publicó el Foro de la Juventud Europea, clasificó a Armenia en el puesto 43, a Georgia en el 53 y a Azerbaiyán en el 83 del Índice del Progreso de la Juventud. El total de países comprendidos en el informe de de 150.

De acuerdo a este estudio sobre el índice global realizado por Global Economy, Armenia ocupa el primer lugar en cuanto a «emigración humana y fuga de cerebros», seguido de Georgia y Azerbaiyán.

Armenia

El Gobierno armenio ha tomado muchas medidas para bloquear esta fuga de cerebros, aunque el impacto ha sido leve. En mayo de 2021, el Gobierno aprobó un plan de acción cuyo objetivo es «evitar la fuga de cerebros y reducir los flujos de emigración no deseada que afectan el desarrollo humano sustentable de Armenia». El «Plan estratégico de Desarrollo perspectivo de la República de Armenia» indica que la comunidad científica de Armenia en particular ha sufrido desde la caída de la Unión Soviética.

Estudios recientes descubrieron que el desempleo es un gran impulso para que la gente salga del país. Los participantes de «Captura de la migración en contextos armenio y regionales», estudio dirigido por el Centro de Recursos de Investigación del Cáucaso-Fundación de Armenia (CRRC-Armenia), declararon que el desempleo y la inseguridad son los mayores motivadores para emigrar. Sin embargo, un estudio dirigido por el CRRC-Armenia en 2021 reveló que la mayoría de las personas que viven en Armenia están más interesadas en migración temporal (57 % de los encuestados) que en una reubicación permanente (33 % de los encuestados).

Un estudio de la Organización Internacional para las Migraciones recomendó varias medidas para reducir la migración, como mejorar la educación, mayores oportunidades de empleo, tener iniciativas contra la desigualdad y cooperar con los armenios en el extranjero.

Pero estas iniciativas no han impedido que los jóvenes armenios emigren, como Nora Galstyan de 27 años, que dijo en una entrevista a Chaikhana Media que «había escapado de la vida y realidad en Armenia». Galstyan vive en Alemania y trabaja como especialista de gestión de recursos humanos. Explicó que en Armenia, se veía forzada a luchar todos los días para algo tan básico como la libertad de tomar sus propias decisiones. Dijo en la entrevista a Chaikhana Media: «Tener que dar constantemente explicaciones, excusas y justificaciones era agotante, y al final me di cuenta de que no puedo vivir así».

Georgia

En la vecina Georgia, la situación no es muy diferente debido a la falta de reformas educativas y los escasos incentivos al empleo.

Cuatro meses antes de la pandemia, Nika Gogitidze, de 21 años, se cansó de buscar trabajo en Georgia y continuó sus estudios de ciencias de la computación en Catar. Había regresado a casa cuando empezaron los confinamientos por la pandemia, pero tras meses de buscar sin resultados, se dio cuenta de que no necesitaban sus habilidades en su país natal.

La fuga de recursos intelectuales es un problema complejo en Georgia, que tiene recursos demográficos e intelectuales limitados, según Natia Gorgadze, investigadora especializada en educación y directora de programa en el Centro de Integración Civil y Relaciones Interétnicas. Dijo a Chaikhana Media:

Unfortunately, today our country's employment market is limited in scope. There are fields where employment is practically impossible to find or it is impossible to get a decent salary, therefore, specialists who find themselves in other countries and see their own professional success there, in the long term, obviously, are leaving their homeland.

Lamentablemente, el mercado laboral de nuestro país tiene alcance limitado. Existen campos donde es prácticamente imposible conseguir trabajo o es imposible tener un salario decente, por lo tanto, los especialistas que están en otro país ven lo bien que les va ahí y ven su propio éxito profesional a largo plazo, obviamente dejan su país.

Otros mencionan deficiencias en el sistema educacional, como la economista y emprendedora Marina Pkhovelishvili. Según Pkhovelishvili, la ausencia de una infraestructura que estimule el desarrollo de las habilidades es lo que motiva a los jóvenes a quedarse en el extranjero después de completar sus estudios. Según ella, en Chaikhana Media: «Lamentablemente, Georgia no se caracteriza por tener gran infraestructura tecnológica, lo que crea las mayores causas detrás de esta fuga de cerebros», dijo Pkhovelishvili a Chaikhana Media.

Teona Dolidze, de 25 años, es una de las muchas jóvenes que se fue debido a estas falencias. En una entrevista con Chaikhana Media, Dolidze mencionó que no lograba encontrar una escuela en Georgia para formarse en viticultura. Como resultado, eencontró mejores oportunidades en Italia, donde ahora vive.

Azerbaiyán

En Azerbaiyán, las fugas de cerebros tampoco son nada nuevo. Pero a diferencia de Armenia y Georgia, el Estado decidió desarrollar programas escolares y enviar a los estudiantes al extranjero, con la intención de fortalecer el capital humano una vez que regresen y compartan sus nuevos conocimientos. Recientemente, el Gobierno puso en marcha un programa para incentivar a los jóvenes a estudiar carreras de alta demanda en el extranjero para ayudar a mejorar los sectores del país. El programa promete financiar la educación de hasta 400 estudiantes por año que hayan sido admitidos para programas de licenciaturas y maestrías en el extranjero. Hasta ahora, de 673 candidatos, solo 80 han sido elegidos para un programa de licenciatura y 149 para un grado de maestría. Al igual que en otros programas educacionales financiados por el Gobierno, una vez que los estudiantes se gradúen, se espera que vuelvan a Azerbaiyán para trabajar por cinco años.

Pero los especialistas en educación y migración advierten que la iniciativa falla al abordar efectivamente las numerosas causas detrás de la fuga de cerebros. Una de las más grandes sería la falta de oportunidades laborales para los recién graduados, al igual que la falta de educación de calidad en el país. Un estudio de octubre de 2022, desarrollado del Ministerio de Trabajo y Protección Social de la Población reveló que una de cada 25 personas de entre 20 a 25 años de edad tiene problemas para encontrar trabajo en Azerbaiyán. Por lo tanto, aunque existen pocas estadísticas oficiales sobre la emigración de Azerbaiyán, los estudios internacionales muestran que se ha producido un aumento constante en los últimos años, tras un periodo de disminución de las cifras.

La falta de empleos bien remunerados –o simplemente de empleo– junto a las anticuadas normas sociales, hacen que algunos estudiantes no tengan deseos de regresar.

Ulkar Mammadzada, de 29 años, recibió una beca del Gobierno en un programa anterior de la iniciativa, que hubo entre 2007 y 2015. Ahora trabaja en Dubái como directora de crecimiento de ingresos en Hilton Worldwide.

Aunque el Gobierno cuida muy bien de los estudiantes que participan del programa, Ulkar dijo que nunca trabajó en Azerbaiyán y que se mudó a Dubái por una oferta de trabajo inmediatamente después de graduarse. Dijo a Chaikhana Media: «Recuerdo haber visto una entrevista con el presidente [Ilham Aliyev]. Dijo que ‘no nos molesta que nuestros graduados se queden en el extranjero porque están representando a nuestro país internacionalmente. No tenemos muchos azerbaiyanos en el extranjero, así que es muy buena representación. Me aferré a esas palabras».

«Me encantaría trabajar en Azerbaiyán si realmente pudiera hacer una diferencia… Una de las razones por las que quise irme del país fue la gran injusticia y falta de equidad en muchas cosas. Es muy desmoralizante, y no quiero que [esta injusticia] me pase también… tampoco quiero quedarme estancada buscando trabajo».

Otros, como Osman Gunduz, que dirige el Foro de Internet de Azerbaiyán, se mantienen positivos. Cuando conversó con Chaikjan Media, Gunduz mencionó la apertura de parques tecnológicos e industriales y el lanzamiento de una nueva infraestructura de energía renovable como incentivos para los estudiantes que están actualmente inscritos en programas educacionales en el extranjero, para que puedan regresar y encontrar puestos adecuados para ellos en los próximos tres a cinco años.

Sin embargo, aún queda por ver si las tres naciones del sur del Cáucaso podrán revertir la actual fuga de cerebros.

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