Un viaje por tres continentes: 150 años de emigración del Caribe indio a Países Bajos

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Imagen creada pñor Fausia S. Abdul con Canva Pro.

En Países Bajos, con más de 160 000 ciudadanos, los «indostanos», como se denominan los caribeños indios de toda religión, son una parte indispensable de la población neerlandesa. Este grupo de ascendencia india de Surinam ha hecho un largo viaje, y el 5 de junio, Países Bajos recuerda 150 años de la migración indostana, que se conoce como Prawas Din, o Día de la Inmigración.

Todo empezó en India durante el periodo de gobierno británico, conocido como raj británico, que entonces incluía territorio que ahora es parte de Pakistán y en la frontera con Afganistán. Tal como ocurre hoy, India consistía de de muchas religiones, etnias e idiomas.

Después de la abolición de la esclavitud en Surinam en 1863, había una apremiante necesidad de mano de obra, y más de 35 000 indostanos viajaron de la India británica a Surinam entre 1873 y 1916 para ser contratados y trabajar en plantaciones, a veces voluntarios, a veces involuntarios, y algunos con engaños.

Ashwin Ramjiawan, constructor de puentes de 34 años, explica:

My ancestors were lured from India to Suriname as young adults with promises of a bright future for them and their families in India. Eventually, they were shipped to Suriname under degrading conditions (in cages, chained and malnourished). People try to gloss over indentured labour, but I think it’s a disguised form of slavery that caused a lot of suffering.

Mis ancestros fueron contratados desde India a Surinam como jóvenes adultos con promesas de un futuro brillante para ellos y sus familias en India. Al final, los embarcaron a Surinam en condiciones degradantes (en jaulas, encadenados y mal alimentados). La gente trata de pasar por alto el trabajo forzado, pero creo que es una forma disfrazada de esclavitud que causó mucho sufrimiento.

Desde India …

Estos trabajadores contratados llegaron mayormente de Uttar Pradesh y Bihar, y firmaron contratos de trabajo de cinco años: seis días a la semana, de lunes a sábado. Tras este periodo, tenían derecho a regresar a India británica sin costo. El Gobierno de Surinam, la administración colonial neerlandesa, primero bajo mandato británico y luego bajo gobierno neerlandés, consintió en virtud del acuerdo de inmigración de 1870 a cuidar del bienestar de los trabajadores, pero hubo amplio abuso y muchos trabajadores murieron. La realidad fue mucho más dura de lo que muchos preveían.

El intercambio económico también vio gente de otras regiones, como Haryana, Punyab y Tamil Nadu, luchadores de resistencia, niños que no volvieron a casa tras jugar afuera y adultos que huían del conflicto, entraron a los botes. Iba también una minoría de Afganistán y Nepal.

Fauzia Mahomed Radja, de 39 años, consultor de un destacado instituto educativo en Pasíes Bajos, cree que esta diversidad y la lucha tuvo como resultado descendientes fuertes:

Hindostani genes in all its diversity are in me. The resilience and focus that my ancestors had made me the strong woman I am today. Even during difficult times, the strong shoulders that have been before me make me withstand whatever comes on my path.

Los genes indostanos en toda su diversidad están en mí. La resiliencia y atención que mis ancestros me dieron me hicieron la mujer fuerte que soy hoy. Incluso durante tiempos difíciles, los fuertes hombros que han estado antes que yo me hacen resistir lo que venga a mi encuentro.

…a Sudáfrica …

Cruzaron el océano Índico al Cabo de la Buena Esperanza antes de recorrer el último tramo por el océano Atlántico, a la parte norte de América del Sur. El viaje tomó inicialmente cerca de tres meses; cuando empezaron a usar barcos a vapor, el viaje se redujo a un mes.

A menudo, los barcos paraban en puertos en Sudáfrica, donde ya vivían indostanos, para abastecerse de carbón, agua potable y comida. Los primeros indios fueron esclavizados por la Vereenigde Oostindische Compagnie (VOC), la Compañía Neerlandesa de las Indias Occidentales, desde fines del siglo XVII, y puestos a trabajar en las plantaciones de caña de azúcar y té en Natal. Después del final de la esclavitud en 1838, cuando Sudáfrica era una colonia del Cabo británico, a los indios se les empleaba como sirvientes contratados. Muchos también migraron a Sudáfrica entre 1860 y 1911 para trabajar como contratistas en las plantaciones. Algunos fueron hasta Surinam.

Dayant Ramkalup, estudiante de 26 años de Relaciones Internacionales en la Universidad de Leiden, cuenta que uno de sus ancestros maternos se bajó del barco en Sudáfrica:

She traveled at 28 with children — without a husband — and I am not sure why that was, nor why she decided to continue after a while to the Caribbean on the Indus III, but she did. The majority of my ancestors went straight from Calcutta, from the ‘coolie depot’ to Suriname.

Viajó a los 28 años con hijos —sin esposo— y no sé bien por qué, ni por qué decidió continuar después de un tiempo al Caribe en el Indus III, pero viajó. La mayoría de mis ancestros llegaron directo desde Calcuta, del ‘depósito de coolies’ a Surinam.

…al Caribe

En su mayoría, los barcos que atracaron en el Caribe estaban llenos de indostanos. Sin embargo, tras la llegada no hubo distinciones, y aunque hubieran importado en algún momento, después de 150 años esas diferencias ya no existen. Todos en esa región y época eran indostanos. Muchos se esparcieron, se asentaron e todas partes desde el norte de Brasil, Surinam y Guyana, a Trinidad y otras islas caribeñas.

La experiencia de Surinam

Las condiciones en las plantaciones de Surinam eran duras, pero había reglas estrictas a tener en cuenta en fechas religiosas. Además de las festividades nacionales cristianas y neerlandesas, a los hindúes se les daba 32 días de permiso al año, y 16 días a los musulmanes, de acuerdo con sus tradiciones religiosas. En general, hindúes y musulmanes coexistían pacíficamente durante el periodo del contrato, y Surinam aún goza de ese nivel de tolerancia religiosa, con una sinagoga, una mezquita y una iglesia en una misma calle.

Los indostanos que no regresaron a India vivían frugalmente, se regían por el concepto de pet khat-khat, o ahorra tu barriga. Todo que se recaudaba se convertía en monedas de oro, que luego servía como medio de cambio o dote. Tras el periodo de contrato, surgieron formas organizativas informales en las plantaciones para representar los intereses de la población inmigrante en la colonia.

Ayman Kariman, de 23 años y estudiante de Derecho de la Universidad de Leiden, dijo:

When people ask me about my background I say that I am an Islamic Hindostani whose parents are from Suriname but my roots are in India. People often fail to see that Suriname is a mixture of different origins and that being Hindu is a religion, not our ethnicity. That's why we use the term Hindostani now, and not Hindustani, to signify all Indian Caribbeans. Our Hindostani family history spans three continents and this is a very special story.

Cuando me preguntan por mi origen, digo que soy un hindostaní islámico cuyos padres son de Surinam, pero mis raíces están en la India. La gente no suele ver que Surinam es una mezcla de distintos orígenes y que ser hindú es una religión, no nuestra etnia. Por eso ahora utilizamos el término hindostaní, y no indostaní, para referirnos a todos los caribeños indios. Nuestra historia familiar hindostánica abarca tres continentes y es una historia muy especial.

Finalmente, a Países Bajos

Más de cien años después de la llegada del primer barco de inmigrantes, Lalla Rookh, y cerca de tres generaciones después, Surinam obtuvo su independencia de Países Bajos el 26 de noviembre de 1975. Su legado de gobierno colonial crearon las condiciones que generaron que fuera una sociedad multicultural.

Sin embargo, las diversas formas de opresión étnica y políticas de divide y vencerás que practicaban los gobernantes coloniales resultaron en una división entre surinameses, lo que causó disturbios políticos y sociales entre diferentes grupos étnicos antes, durante y después de la independencia. Preocupados de que la opresión que vendría por el nacionalismo que ya estaba surgiendo, los indostanos migraron en masa a Países Bajos en 1975.

Para entonces, unos 30 000 ya habían emigrado a Guyana y Curaçao, y viceversa, y llegado a Surinam para viajar a Países Bajos. Sin embargo, a pesar del gabinete progresista de la época, que se pronunciaba en contra de la colonización, la emigración fue una espina clavada en la política neerlandesa de los años previos a la independencia. El Estado esperaba que la aceleración del proceso de independencia contrarrestaría el flujo migratorio.

En realidad ocurrió lo contrario, y la migración a Países Bajos aumentó. Jan Pronk, ministro del partido laborista responsable de la cooperación al desarrollo, abogó por un periodo transitorio (1975-1980), durante el cual los surinameses podrían canjear fácilmente su pasaporte por un pasaporte neerlandés, pero tanto los políticos holandeses como los surinameses temían que las tensiones raciales entre indostanos y negros (llamados «criollos» localmente) se les fueran de las manos, como había ocurrido en Guyana.

A los indostanos que se quedaron en Surinam tras la rescisión de sus contratos se les concedieron tierras, empezaron a ascender en la escala económica, y formaron una gran parte de la clase media. Ya en la década de 1960, los jóvenes se marcharon a Países Bajos para proseguir su educación con la idea de regresar con sus conocimientos para ayudar a mejorar Surinam, pero muchos se quedaron en Países Bajos en cuanto tuvieron la oportunidad. La migración laboral no tardó en seguir los pasos de la migración educativa.

Aarti Bajnath, especialista en colecciones de la Biblioteca de Rotterdam, analiza cómo su propia historia migratoria contribuyó a su identidad:

I feel like a Surinamese-Hindostani and Dutch woman. I came to the Netherlands when I was 10 and had no trouble adjusting. I think the mix of all the stops enroute over decades has made me who I am now!

Me siento surinamesa-indostana y neerlandesa. Llegué a Países Bajos con 10 años y no me costó adaptarme. Creo que la mezcla de todas las paradas en el camino durante décadas me ha convertido en lo que soy ahora.

Países Bajos en la actualidad

Entre 1979 y 1992 se produjo una segunda oleada migratoria a Países Bajos, sobre todo por motivos de seguridad social. Ahora, casi el 1,5% de la población neerlandesa es de ascendencia indostana. En La Haya viven unos 50 000 indostanos, cerca del 10% de la población total.

La gente, incluidos los propios indostanos, sabe poco o nada de esta historia, y si la conocen, es una historia coloreada y estrecha, pero cada vez más, los antecedentes de este grupo se están haciendo visibles, con una nueva generación de jóvenes en Países Bajos que cuentan activamente sus historias. Sin embargo, para un público más internacional, el agitado viaje y la rica herencia de los caribeños indios, indostanos, de Surinam siguen siendo invisibles.

Meera Nankoe, de 33 años, fundadora de Stage and Stories, lo resume así:

As a Hindostani in the Netherlands, I feel a strong connection to my cultural background, but my identity has become fragmented over time due to a growing awareness of my ancestors’ journey. I struggle to find my home, because I have no clear place in India, Suriname or the Netherlands. Despite the challenges, I realize that my true home is in my heart, where I can be with the people I love.

Como indostano en Países Bajos, siento una fuerte conexión con mis antecedentes culturales, pero mi identidad se ha fragmentado con el tiempo por la creciente conciencia del viaje de mis antepasados. Lucho por encontrar mi hogar, porque no tengo un lugar claro en India, Surinam o Países Bajos. A pesar de los retos, me doy cuenta de que mi verdadero hogar está en mi corazón, donde puedo estar con la gente que quiero.

Este artículo se escribió con el apoyo de Maurice Dharampal y Dayant Ramkalup.

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