La literatura tibetana contemporánea se escribe en varias lenguas, tras el exilio forzoso de muchos tibetanos después de la huida del Dalai Lama en 1959 y la política de sinicización impuesta por Pekín. Además, nuevas generaciones crecen fuera de Tíbet y escriben en otras lenguas, como inglés y chino.
El caso de la bloguera, poetisa y novelista Tsering Woeser es especial: procede de una familia mixta tibetana y china, y habla con fluidez tibetano, pero ha hecho del chino mandarín su principal lengua de escritura. Aunque goza de libertad creativa, las autoridades chinas le han prohibido publicar y salir del país. Recientemente se ha traducido al francés una recopilación de sus poemas, «Amnyé Machen, Amnyé Machen», que relata una peregrinación alrededor de una montaña sagrada del Tíbet, acompañada de fotografías, en el marco de un proyecto en el que participan la autora, el editor, los traductores, un tibetólogo y un fotógrafo..
Global Voices entrevistó a varios de estos participantes, tras una reunión celebrada en septiembre en París con motivo del Festival del Tíbet y los Pueblos del Himalaya. Entre ellos se encontraba Jérôme Bouchaud, director de la revista Jentayu, dedicada en francés a la literatura asiática en traducción, y que publica aquí su primer libro. Brigitte Duzan es también investigadora y traductora de chino, y fundadora de dos sitios web de referencia: Chinese Movies, sobre cine chino, y Chinese Short Stories, sobre literatura china moderna y contemporánea. Y por último, Katia Buffetrille, etnóloga y tibetóloga que estudia -y hace – peregrinaciones en torno a las montañas sagradas, constatando los cambios que han sufrido como consecuencia de la modernización, mientras se interesa por fenómenos recientes como las inmolaciones.
Filip Noubel (FN): Jentayu empezó como una revista en francés sobre literatura asiática. ¿Cómo fue la transición a la publicación de libros? ¿Qué lugar tiene la literatura asiática entre los lectores francófonos?
Jérôme Bouchaud (JB) : La revue Jentayu et ses dix numéros auront été une formidable aventure, mais la cadence semestrielle de parution m’était devenue difficilement gérable. D’où mon choix de m’investir plutôt dans des projets d’édition au long cours. Le recueil de Tsering Woeser, «Amnyé Machen, Amnyé Machen», aura ainsi pris plus de deux ans entre l’accord de l’auteure et la publication en septembre dernier. Un cercle de cinq personnes – les deux co-traductrices Brigitte Duzan et Valentina Peluso, ainsi que Katia Buffetrille, Woeser et moi-même –aura travaillé à la réalisation du recueil.
Les tâches restent foncièrement les mêmes – traduire, éditer, promouvoir –mais le curseur se déplace de l’urgence vers l’exigence. La traduction et la relecture du recueil se sont avérées très complexes, tout comme la sélection des photographies, et il aura vraiment fallu nous accorder le temps de tout bien faire. Par ailleurs, le fait de publier l’œuvre complète d’un seul auteur implique que les liens noués entre elle et les éditions Jentayu sont d’autant plus forts. Nous sommes devenus, au moins pour le temps d’un livre, sa maison, et c’est un honneur immense pour nous que de l’y accueillir. Elle sera ici toujours chez elle.
Pour ce qui est de la place des littératures d’Asie en traduction dans le lectorat francophone, si l’on en croit les statistiques, elle reste très limitée hormis pour le japonais, qui bénéficie du phénomène manga. La littérature traduite représente chaque année entre 15 et 20% de la production éditoriale totale en France. Parmi toutes ces traductions, le chinois ne représente par exemple qu’un peu moins de 1%, ce qui en fait la première langue d’Asie traduite, après le japonais. Bref, la route est encore longue, mais l’action continue d’acteurs importants – traducteurs, éditeurs, libraires –font que les choses évoluent doucement dans le bon sens.
Jérôme Bouchaud (JB): Los diez números de Jentayu han sido una aventura maravillosa, pero la periodicidad semestral de la publicación se me había hecho demasiado pesada. De ahí mi decisión de invertir más en proyectos editoriales a largo plazo. La colección de Tsering Woeser, «Amnyé Machen, Amnyé Machen», tardó más de dos años desde el acuerdo del autor hasta su publicación en septiembre. Un círculo de cinco personas –las dos cotraductoras Brigitte Duzan y Valentina Peluso, así como Katia Buffetrille, Woeser y yo– trabajamos en la realización del libro.
Las tareas siguen siendo fundamentalmente las mismas –traducir, corregir, promocionar–, pero el cursor ha pasado de lo urgente a lo exigente. La traducción y la corrección del libro resultaron muy complejas, al igual que la selección de las fotografías, y realmente tuvimos que tomarnos el tiempo necesario para hacerlo todo bien. Además, la publicación de la obra completa de una misma autora refuerza los nuevos vínculos entre ella y Jentayu. Nos hemos convertido en su casa, al menos durante el tiempo que dura un libro, y es un gran honor para nosotros acogerla aquí. Ésta será siempre su casa.
A juzgar por las estadísticas, la proporción de literatura asiática traducida entre los lectores francófonos sigue siendo muy limitada, a excepción de la literatura japonesa, que se beneficia del fenómeno del manga. Cada año, la literatura traducida representa entre el 15 y el 20% del total de la producción editorial en Francia. De todas estas traducciones, el chino, por ejemplo, representa algo menos del 1%, lo que la convierte en la primera lengua asiática traducida, después del japonés. En resumen, aún queda mucho camino por recorrer, pero gracias a los esfuerzos continuos de los actores clave -traductores, editores, libreros- las cosas van poco a poco en la buena dirección.
FN: ¿Qué representan las peregrinaciones a lugares naturales sagrados y cómo están evolucionando?
Katia Buffetrille: Un Tibétain définissait le pèlerinage comme « l’offrande religieuse du laïc ». Le pèlerinage au Tibet est la pratique essentielle des laïcs, mais pour autant, ils ne sont pas négligés par les religieux. Si les pèlerins se rendent vers des sites construits par la main de l’homme, leurs pas les dirigent souvent vers des lieux naturels (montagnes, lacs et grottes).
Le pèlerinage au Tibet est un phénomène social total, associé à diverses activités rituelles et porteur d’une dimension sociologique, culturelle, économique, politique, littéraire et bien entendu, religieuse. Par cette pratique, le pèlerin cherche à obtenir une meilleure réincarnation mais également à améliorer son sort ici-bas, espérant l’obtention de biens matériels. Les montagnes sacrées, considérées à la fois comme la résidence du dieu du terroir et le dieu lui-même, peuvent répondre à cette attente. Ce dieu du terroir, dieu des croyances non-bouddhiques est, de nos jours encore, l’objet d’un culte ; mais sous l’influence du bouddhisme, la pratique de la circumambulation s’est imposée et les pèlerins tournent autour des montagnes comme ils tournent autour d’un temple.
L’invasion chinoise des années 1950 puis l’occupation ont eu un impact considérable sur la vie religieuse; mais pas seulement. La pratique du pèlerinage est confrontée de nos jours à la sinisation, la modernisation, la bouddhisation, phénomènes qui se chevauchent, auxquels il faut ajouter les conséquences du réchauffement climatique. Alors que l’importance d’effectuer un pèlerinage à pied a été théorisée par de grands maîtres, la construction de routes autour des montagnes sacrées pousse de nombreux pèlerins à venir en voiture. Ainsi, le pèlerinage autour de l’Amnye Machen requiert huit jours à pied, mais seulement un en voiture. Cela permet à des gens de régions plus lointaines de venir, mais qu’en est-il de la purification des actes négatifs que les efforts accomplis permettaient d’obtenir ?
Katia Buffetrille: Un tibetano definió la peregrinación como «la ofrenda religiosa de los laicos». La peregrinación en Tíbet es la práctica esencial de los laicos, pero los religiosos no la descuidan. Aunque los peregrinos van a lugares construidos por el hombre, sus pasos les llevan a menudo a parajes naturales (montañas, lagos y cuevas).
La peregrinación en Tíbet es un fenómeno social total, asociado a diversas actividades rituales y con dimensiones sociológicas, culturales, económicas, políticas, literarias y, por supuesto, religiosas. A través de esta práctica, los peregrinos buscan obtener una mejor reencarnación, pero también mejorar su suerte aquí en la tierra, con la esperanza de obtener bienes materiales. Las montañas sagradas, consideradas a la vez la residencia del dios de la tierra y el dios mismo, pueden colmar esta expectativa. Este dios de la tierra, el dios de las creencias no budistas, sigue siendo venerado hoy en día, pero bajo la influencia del budismo se ha impuesto la práctica de la circunvalación y los peregrinos caminan alrededor de las montañas como lo harían alrededor de un templo.
La invasión china en la década de 1950 y luego la ocupación tuvieron un impacto considerable en la vida religiosa, pero no sólo eso. Hoy en día, la práctica de la peregrinación se enfrenta a la sinicización, la modernización y la budización, fenómenos superpuestos, a los que hay que añadir las consecuencias del calentamiento global. Mientras que grandes maestros teorizaron la importancia de peregrinar a pie, construir carreteras alrededor de las montañas sagradas está empujando a muchos peregrinos a venir en auto. Por ejemplo, la peregrinación alrededor de Amnye Machen requiere ocho días a pie, pero sólo uno en autp. Esto hace posible que vengan personas de regiones más lejanas, pero ¿qué pasa con la purificación de los actos negativos que se puede conseguir con estos esfuerzos?
FN: ¿Cuáles son los principales retos al traducir al francés un texto sinoparlante arraigado en las realidades culturales tibetanas?
Brigitte Duzan: Traduire dans une langue comme le français un texte écrit en chinois par un auteur tibétain comporte toujours une part de difficultés, sinon de défis. La principale difficulté est de comprendre la réalité culturelle et religieuse, qui se cache derrière un terme, l’auteur étant forcé de recourir à la transcription/translittération en caractères chinois d’un mot, ou d’une expression recouvrant une notion, un personnage, une divinité typiquement tibétains.
L’exemple-type de chausse-trappe est le terme de huofo [活佛] qu’il s’agit de ne pas traduire dans son acception littérale de « bouddha vivant », mais dans son sens réel de lama réincarné, ou tulku, avec éventuellement une note explicative en bas de page, selon le texte. Tsering Woeser le souligne dans sa préface : « la langue dans laquelle j’écris n’a rien à voir avec cette langue ».
Dans le cas des poèmes de Tsering Woeser, les difficultés sont accrues par le fait qu’ils traduisent son monde intérieur. Il s’agit donc non seulement de traduire mais de découvrir « Tout ce qui est caché dans cette langue dont je me sers », selon ses propres termes. C'est encore plus vrai de ce recueil qui évoque tout ce que la déambulation autour de la montagne a de révélateur d’une profonde religiosité qui sous-tend le moi de l’auteure. Le bouddhisme est omniprésent à chaque pas, mais aussi les idées qui lui viennent en tête au détour du chemin, parfois nées d’une histoire qu’on lui a racontée, à retrouver ou reconstituer.
Les photos de Katia, sa connaissance du pèlerinage et de l’auteure, ont beaucoup aidé à comprendre ce « sens caché dans la langue ». La traduction s’est faite à quatre mains, en parfaite symbiose. Il pouvait difficilement en être autrement. Il a parfois fallu faire appel à l’auteure pour comprendre, mais parfois la solution est venue… du journal de bord que tenait Katia pendant le pèlerinage. On peut parler d’une traduction de découverte comme on parle d’un voyage de découverte.
Brigitte Duzan: Traducir un texto de un autor tibetano escrito en chino a una lengua como el francés entraña siempre una serie de dificultades, y de retos. La principal dificultad es comprender la realidad cultural y religiosa que hay detrás de un término, ya que el autor se ve obligado a transcribir/traducir a caracteres chinos una palabra o expresión que abarca un concepto, un personaje o una deidad típicamente tibetanos.
El ejemplo típico de trampilla es el término huofo [活佛], que no debe traducirse en su sentido literal de «Buda viviente», sino en su sentido real de lama reencarnado, o tulku, posiblemente con una nota explicativa a pie de página, según el texto. Como señala Tsering Woeser en su prefacio: «el idioma en el que escribo no tiene nada que ver con este idioma».
En el caso de los poemas de Tsering Woeser, las dificultades se agravan porque traducen su mundo interior. Así que no se trata sólo de traducir, sino de descubrir «todo lo que esconde este lenguaje que utilizo», según sus propias palabras. Esto es aún más cierto en esta colección, que evoca todo lo que deambular por la montaña revela de la profunda religiosidad que subyace en el yo de la autora. El budismo está presente a cada paso, al igual que las ideas que surgen en su cabeza a lo largo del camino, a veces nacidas de una historia que le han contado y que aún tiene que redescubrir o reconstruir.
Las fotos de Katia, su conocimiento de la peregrinación y de la autora, fueron de gran ayuda para comprender este «significado oculto en el lenguaje». La traducción se hizo a cuatro manos, en perfecta simbiosis. Difícilmente podría haber sido de otra manera. A veces tuvimos que pedirle al autor que nos ayudara a entender, pero otras la solución vino del diario que Katia llevó durante la peregrinación. Una traducción de descubrimiento puede describirse como un viaje de descubrimiento.
Nota: el autor de este artículo también ha traducido textos y entrevistas para la revista Jentayu.