En Registan.net, Noah Tucker especula [en] acerca de lo que está mal con la manera en que los gobiernos de Asia Central lidian con la actividad religiosa que no sanciona el estado:
[E]n el Asia Central exsoviética hay poco debate de que el problema raíz [de las creencias extremistas] son las “ideas extranjeras”, definidas tan ampliamente como para ser blanco de oportunidad para todo propósito político y la ambición de todo policía o funcionario local. Toda señal de desacuerdo con las políticas de estado o ideología <…> puede bastar para traer la ira del estado, a veces con gran violencia.