Personificado por burlas raciales [fr] hacia la ministra de Justicia Christine Taubira, francesa nacida en Guyana, en la portada del semanario Minute, muchos observadores lamentan el surgimiento de comportamientos racistas [fr] en Francia. Uno de esos observadores es Harry Roselmack [en], destacado reportero nacido en Martinica, que escribió un editorial en donde opina que la actual atmósfera en Francia reduce su ciudadanía al color de su piel [fr]:
Ce qui me chagrine, c'est le fond de racisme qui résiste au temps et aux mots d'ordre, pas seulement au sein du FN, mais au plus profond de la société française. C'est un héritage des temps anciens, une justification pour une domination suprême et criminelle : l'esclavage et la colonisation. […] Tant que l'on laissera ces peaux de Banania traîner dans nos cerveaux, des glissades et dérapages vers l'injure raciste sont à craindre. Surtout par les temps qui courent, avec cette crise qui alimente la xénophobie de son bien étrange carburant : la jalousie envers plus mal loti que soi.
Lo que me apena es el fondo de racismo que se resiste al tiempo y a las palabras que son correctas, no solamente dentro del partido FN (nota del editor: partido de extrema derecha), sino que también en lo profundo de la sociedad francesa. Es un legado de tiempos antiguos, una justificación de una era de dominación suprema y criminal: esclavitud y colonización. […] Mientras dejemos cáscaras de plátanos colgando de nuestros cerebros, es seguro que habrá deslizamientos y resbalones y caídas hacia insultos racistas. Sobre todo en estos tiempos de prueba, en donde la crisis económica alimenta la xenofobia más básica con su componente más extraño: celos hacia los que están mucho peor que nosotros.