Décadas después de política migratoria estadounidense que separó a su familia, hombre busca su aldea ancestral en China

Tras larga búsqueda, Russell Low (izquierda), de 64 años, visitó el hogar natal de su tatarabuelo en la región de Cantón, en el sur de China, en mayo de 2016. Low conoció a ancianos del lugar y descubrió que los tres hermanos menores de su abuelo también acabaron en Estados Unidos, aunque nadie sabe qué fue de ellos. Foto: cortesía de Russell Low.

Esta historia de Violet Law apareció originalmente en PRI.org el 1 de febrero de 2018. Se reproduce aquí como parte de un acuerdo de intercambio de contenidos entre PRI y Global Voices.

En mayo de 2016, Russell Low cruzó el Pacífico desde su hogar en San Diego, California, y caminó hasta dos aldeas remotas vinculadas a las familias de sus tatarabuelos en la región de Cantón, al sur de China. Para Low, de 65 años, esta búsqueda había durado medio siglo.

Una vez en China, Low no dudó de que había hallado una parte de su árbol genealógico.

«Toda la vida me han dicho que no me parezco a otros chinos. Pero allí todos se parecen a mí. Es de donde vengo», dice Low acerca de la visita a su aldea ancestral.

La familia de Low fue una más de las decenas de miles que fueron separadas de la ley estadounidense que restringió la inmigración hace más de un siglo. La ley de exclusión de los chinos impidió que generaciones de chinos se unieran a sus familias en Estados Unidos. Los que lograron entrar al país a través de vacíos y por medios ilegales se esparcieron como la arena.

Mientras el gobireno de Trump intenta detener la inmigración familiar, lo que algunos conservadores denominan migración en cadena, los expertos y académicos en inmigración dicen que es importante recordar cómo políticas así pueden repercutir en las familias durante generaciones. Unas leyes tan restrictivas, dicen, evocan los días de la ley de exclusión de chinos, que estableció una moratoria en la inmigración procedente de China y fragmentó familias de inmigrantes durante generaciones.

«La historia de la migración humana es la historia de la ‘migración en cadena'», dice Erika Lee, directora del centro de investigación de la historia de la inmigración en la Universidad de Minnesota. «Familiares, amigos, vecinos se han seguido hacia las mismas ciudades, regiones y países desde que los humanos empezaron a migrar. Solo recientemente el término se ha convertido en un concepto sucio promovido por políticos en sus programas. Los inmigrantes chinos no tuvieron la oportunidad de seguirse con facilidad durante la época de exclusión».

El presidente Donald Trump habló contra la migración familiar tras un supuesto ataque al metro a finales de 2017, por parte de un inmigrante bangladesí que había llegado a Estados Unidos años antes para unirse a su tío y primos. Trump aprovechó el ataque para criticar la política actual que permite a los inmigrantes legales acoger a familiares en Estados Unidos.

Lucy Salyer, profesora asociada de historia en la Universidad de New Hampshire y que ha escrito mucho sobre la ley de exclusión, dice que en esos tiempos, los chinos eran los considerados amenaza para la seguridad nacional. También se acusó a inmigrantes chinos de robar trabajos a los nacionales, quejas alentadas por actitudes discriminatorias.

«El grupo [señalado] puede cambiar, pero sigues con el mismo discurso», dice Salyer. «Hay una continuación del factor miedo. Necesitamos conocer sobre cómo el racismo ha modulado nuestra política de inmigración y ciudadanía2.

La ley de exclusión, vigente entre 1882 y 1943, prohibió a los estadounidenses chinos convertirse en ciudadanos; la mayoría de nuevos inmigrantes de China fueron expulsados.

La ley también dio forma al sistema migratorio actual del país. El «certificado de repatriación», concedido solo a los estadounidenses chinos considerados aptos para el reingreso, fue el precursor de la tarjeta verde.

Posteriormente, la ley de exclusión se empleó como modelo para la ley de inmigración de 1895, que marcaba oficialmente el inicio del régimen de custodia. La exclusión se convirtió en la norma y marcó lo que algunos llamarían un giro de 180º de la filosofía de que Estados Unidos acoge a todos los inmigrantes.

La prohibición surgida de la ley de exclusión imposibilitó que el tatarabuelo paterno de Low, Hung Lai Wah, enviara a sus otros tres hermanos menores tras salir de China en su adolescencia la década de 1860 para dirigirse a San Francisco a construir el ferrocarril transcontinental. Con el paso de los años, Low supo muy poco sobre el origen de su familia en el sur de China.

Durante su visita en 2016, Low entró a la casa gris de ladrillo donde Hung creció hace unos 200 años. Se inclinó ante el altar de sus ancestros y estrechó la mano de un anciano de la aldea, quien le dijo: «Eres el primer descendiente que vuelve a la aldea».

Russell Low (en el medio) posa con familiares lejanos delante de la casa de su tatarabuelo, Hung Lai Wah, en la región china de Cantón, durante una visita en mayo de 2016. Es la primera vez que visita la aldea de donde procedía su tatarabuelo. Foto: cortesía de Russell Low

Recién en la aldea supo Low que los hermanos de Hung también emigraron con esfuerzo propio, si bien nunca volvieron a saber de ellos.

«¿Qué les sucedió? No lo sabían», dice Low, pensando en sus tíos abuelos. «Esto señala la separación creada por la ley de exclusión».

La ley de exclusión fue revocada finalmente en 1943. La ley de inmigración y naturalización de 1965 acabó con la cuota racial y fue aclamada como triunfo de los derechos civiles; sin embargo, resultó ser efímera.

«Pese a lo drásticas que son las propuestas [de Trump], representan una tendencia continuada en política de inmigración durante los últimos 30 año»», dice Lee. «La política de inmigración siguen siendo un modo muy efectivo de definir quién se merece ser estadounidense y a quién queremos mantener fuera».

Paradójicamente, justo cuando el gobierno de Trump se prepara para construir un muro en la frontera con México, en los últimos años han llegado menos inmigrantes de ahí comparado con los que volvieron a su hogar.

Actualmente, el mayor aumento en las cifras de nuevos inmigrantes es la de quienes proceden de China, cerca del 40 % logra el acceso gracias a la unificación familiar.

Abogados como Hong Mei Pang, de Chinese for Affirmative Action, organización sin ánimo de lucro de San Francisco, se preocupan porque acabar con la inmigración familiar perjuduicaría a quienes su grupo ayuda en mayor medida.

Para Pang, el actual pulso contra la inmigración refleja las mismas líneas virulentas de nativismo que llevaron a la ley de exclusión. En mayo de 2017, la organización de Pang lideró los esfuerzos por organizar grupos locales para formar la comitiva “No More Exclusion Coalition” y marchar por el centro de San Francisco para conmemorar el 150 aniversario de la aprobación de la ley de exclusión.

Mientras tanto, la coalición trabaja para construir un frente unido de inmigración en la diversa comunidad china, formada tanto por nuevos llegados como por estadounidenses chinos de hace generaciones.

Incluso como cuarta generación de estadounidenses chinos, Low siempre sintió el legado de la ley de exclusión en su familia. En 2015, buscó a Sue Lee, directora ejecutiva de la Chinese Historical Society of America en San Francisco, para que le ayudara a situar la aldea de sus antepasados, únicamente con una foto de 40 años del lugar y su nombre fonético.

«Entender mejor las primeras experiencias de nuestros antepasados enriquece la tuya propia», dice Lee, quien también sitúa los orígenes de su familia en una población cercana. 2Sabemos que no partimos de la nada».

Los esfuerzos de Low por buscar sus orígenes demuestran cómo se puede vencer la ruptura en la comunidad china (entre otras).

«Podemos ayudarnos en nuestra historia colectiva», dice Pang. «Nuestro objetivo es fomentar la solidaridad en todas las comunidades que se ven sistemáticamente excluidas».

La familia de Hung Lai Wah fotografiada en San Francisco en 1903. Hung Lai Wah fue uno de los pocos hombres en encontrar esposa y que al final se casó. Russell Low, descendiente de Hung Lai Wah, rastreó los orígenes de la familia hasta una aldea en el sur de China en 2016. Foto: cortesía de Russell Low

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