Una corte filipina sentenció a miembros de la familia Ampatuan y sus cómplices a 40 años de prisión por la masacre de 58 personas –incluidos 32 periodistas– en 2009.
El 23 de noviembre de 2009, un grupo que tenía previsto presentar una candidatura a las elecciones en la provincia de Maguindanao, en la isla de Mindanao, al sur del país, fue detenido en un puesto de control por el «ejército privado» de la familia Ampatuan. Quienes se unieron al convoy, incluidos los periodistas que los acompañaban, fueron masacrados y enterrados apresuradamente en el lugar.
Fue el ataque más letal a la prensa y la peor violencia relacionada con las elecciones en la historia de Filipinas.
En los diez años siguientes, defensores de medios y grupos de derechos humanos han hecho campaña por la justicia. Mantuvieron viva la cuestión mientras supervisaban el caso para asegurarse de que los Ampatuan eran condenados. El 19 de diciembre de 2019, un tribunal condenó finalmente a los autores intelectuales de la masacre.
Pero la campaña no termina aquí. Al menos 80 sospechosos siguen en libertad. También se espera que los Ampatuanes apelen la decisión del tribunal que podría llegar a la Corte Suprema.
Por su parte, la Unión Nacional de Periodistas de Filipinas destacó la importancia de la condena judicial:
The convictions and indemnification can never bring back the lives of the victims and erase the pain of the families who lost their loved ones.
But these, in some way, alleviate the suffering that they have endured for the past 10 years.
Las condenas e indemnizaciones nunca podrán devolver la vida a las víctimas ni borrar el dolor de las familias que perdieron a sus seres queridos.
Pero de alguna manera se alivia el sufrimiento que han soportado durante los últimos 10 años.
El grupo también reconoció a quienes lucharon incansablemente por justicia en la última década:
The conviction of the key accused is also due to the unity and steadfastness of Filipino media workers and media groups in the country and abroad who have sustained the campaign and efforts for the past 10 years to make sure that the massacre will not be forgotten and that justice will be achieved no matter how long and hard it takes.
La condena de los principales acusados también se debe a la unidad y firmeza de los trabajadores de los medios de comunicación filipinos y de los grupos de medios del país y en el extranjero que han sostenido la campaña y los esfuerzos durante los últimos diez años para asegurarse de que no se olvide la masacre y de que se haga justicia sin importar el tiempo y el esfuerzo.
Altermidya, red de gupos de medios independientes, señaló que la campaña contra la impunidad continuará:
The past ten years have galvanized us, fortified our ranks. After the massacre, killings of journalists continued. Fifteen of our colleagues have been gunned down under this administration.
Moreover, warlordism, political patronage and all the conditions that led to the tragedy ten years ago remain. The enablers of this dome of impunity remain vastly untouched.
Los últimos diez años nos han llevado a la acción, fortificado nuestras filas. Después de la masacre, los asesinatos de periodistas continuaron. Quince colegas nuestros han sido asesinados a tiros en este régimen.
Además, el caudillismo, el clientelismo político y todas las condiciones que condujeron a la tragedia de hace diez años permanecen. Los facilitadores de esta cúpula de la impunidad permanecen en gran medida intactos.
Rodrigo Duterte asumió el cargo en 2016. En los últimos tres años, han matado a más de una docena de periodistas simplemente por cumplir su deber de informar al público.
Grupos de medios organizaron una vigilia con velas la víspera del anuncio de la sentencia. Algunos parientes de víctimas de la masacre asistieron a la reunión.
Ate Emely, relative of one of the victim recalls the brutal tragedy and calls for justice for slain relative. pic.twitter.com/N7iUgx6ar3
— CEGP (@CEGPhils) December 18, 2019
Abogada Melanie Pinlac analiza los hechos del juicio de Ampatuan y pide una sentencia justa para la declaración de mañana.
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Ate Emely, pariente de una víctima, recuerda la brutal tragedia y pide justicia para su pariente masacrado.
Durante el anuncio de la decisión judicial, a los defensores de medios se les unieron grupos de derechos humanos en una reunión de protesta mientras esperaban el anuncio.
Various groups including the National Union of Journalists of the Philippines continue ahead with their program here just outside the fences of Camp Bagong Diwa to call for #ConvictAmpatuan. The program was stopped earlier by police.#FightFor58 #AmpatuanMassacre pic.twitter.com/bD9cMGRhCt
— Philippine Collegian (@phkule) December 19, 2019
Varios grupos, incluido el Sindicato Nacional de Periodistas de Filipinas, continúan con su programa aquí, en el exterior del Campamento Bagong Diwa, para pedir una condena en Ampatuan. La policía detuvo el programa.
La periodista Kath Cortez estaba con los hijos de algunas víctimas mientras seguía el anuncio del tribunal en Mindanao. Cuenta el impacto de la decisión en los hijos:
Ngayon ko pa lang naprocess ang mga naganap. Mahirap ang nangyari ngayon lalo nat kasama ang mga anak ng mga biktima. Hindi tulad natin, mahirap para sa kanila iproseso ang hatol ng korte dahil iba ang pinagdadaanan nila.
Ganun pa man, saludo ako sa tibay nila at tapang na humarap sa media ngayong araw kahit na halo-halo ang emosyon. Malinaw at matibay ang kanilang paninindigan na patuloy hanapin ang hustiya para sa kanilang mahal sa buhay.
Puno ng emosyon ang araw na ito pero matibay ang mga bata. Sana tayo rin dahil di pa tapos ang lahat.
Recién pude entender lo que acaba de pasar. Los acontecimientos de hoy fueron difíciles, sobre todo porque se nos unieron los hijos de las víctimas. A diferencia de nosotros, para ellos es más difícil procesar la decisión de la corte por lo que soportaron.
Sin embargo, los saludo por su fuerza y valentía para enfrentar a los medios a pesar de que estaban luchando con emociones conflictivas. Su convicción de luchar por la justicia para sus seres queridos es clara y fuerte.
Fue un momento emotivo, pero los hijos nunca vacilaron. Espero que podamos ser como ellos, porque la lucha no ha terminado.