Cómo los pueblos indígenas resisten al COVID-19 en Sudamérica

Granjeros de la Reforma Agraria Popular de Brasil distribuyeron alrededor de seis toneladas de alimentos a los pueblos indígenas durante la pandemia. Crédito de la foto: Vinícius Braga/Fotos Publicas (CC BY 3.0).

En América Latina, los indígenas corren un mayor riesgo de infección por COVID-19 por la falta de datos y un histórico desinterés político, según las comunidades indígenas y organizaciones de derechos humanos. Las tasas de desnutrición, anemia y obesidad son altas y los recursos para construir hospitales más cercanos son muy bajos. En Bolivia, por ejemplo, el Centro de Estudio Jurídicos y Investigación Social de Bolivia (CEJIS) también advierte sobre el riesgo de un «etnocidio» de los grupos indígenas en el contexto del COVID-19. Preocupaciones similares se han difundido por todo el continente.

Para hacer frente a la falta de acceso a los servicios sanitarios básicos y a la ausencia de las autoridades públicas, los indígenas están buscando maneras para lidiar con el virus. Aquí explicamos cómo manera las personas están resistiendo a la pandemia en Yek'uana, Kayapo Mekranoti, São Gabriel da Cachoeira, San Antonio de Lomerío, en los Territorios Indígenas Multiétnicos (TIM) y en la comunidad Tsimané en Venezuela, Bolivia y Brasil.

En este mapa se señalan todos los territorios indígenas en la Amazonía sudamericana y se destacan las comunidades implicadas en esta historia. Fue creado por Global Voices según una base de datos recolectados por Amazonia Socioambiental, filtrado usando QGIS y editado con Photoshop e Illustrator.

Indígenas de Venezuela protestan por sus derechos vía YouTube y Twitter 

En Venezuela, la información es menos frecuente después de que detuvieran al líder y periodista indígena Melquíades Avilás el 13 de marzo en la zona minera del estado de Delta Amacuro. El hecho ocurrió después de haber preguntado «¿estará listo nuestro hospital para el coronavirus?» en su página de Facebook. Más tarde, la publicación fue borrada, ya que paramédicos y otros activistas de la zona denunciaron anónimamente negligencia del Estado durante la pandemia. Aunque no está claro el número exacto de indígenas que han contraído y muerto de COVID-19 en Venezuela, Naciones Unidas estima que cerca de 5000 indígenas venezolanos han huido a Brasil por la pandemia.

A finales de junio, tres lideres indígenas del pueblo yekuana (también conocidos como maquiritare) del estado Bolívar al sudeste del país, leyeron su declaración oficial que resumía cómo la pandemia y las medidas de cuarentena han afectado su estilo de vida. Denunciaron también que 302 indígenas quedaron fuera de sus comunidades ya que no podían regresar por la cuarentena y la falta de gasolina. En este video vemos la lectura de la declaración:

Para encontrar formas menos individuales de protestar por su situación, los pueblos indígenas y los activistas de derechos humanos también apoyaron una protesta virtual en julio. Se trata de la campaña #HoyMeUnoAKapeKape, organizada por la ONG Kapé Kapé, dirigida a las comunidades indígenas del estado de Amazonas para denunciar falta de alimentos, dinero en efectivo, agua, gasolina, deficiente sistema de salud pública, acceso a los medicamentos y violación de sus derechos democráticos. Las quejas más frecuentes fueron sobre la decisión de las autoridades electorales de eliminar la modalidad de voto directo de los pueblos indígenas.

En Brasil, comunidad indígenas resisten con bloqueos de carretera y con hospitales móviles

La pandemia llegó a las comunidades indígenas brasileñas en medio de una batalla por mantener los derechos básicos. El 18 de agosto, decenas de líderes indígenas amazónicos denunciaron las desigualdades sociales en su región con bloqueos de una carretera estratégica para el transporte de cereales al estado de Mato Grosso. Durante 10 días, los kayapó, armados de arcos y flechas, se establecieron en la carretera BR-163, cercana a la ciudad de Novo Progresso, en el norte de Brasil, a unos 80 km de la aldea en la que viven.

Durante la protesta, los kayapó enviaron una carta a la Fundación Nacional del Indio (FUNAI), organismo gubernamental responsable de la aplicación de las políticas relativas a los pueblos indígenas en Brasil, en la que afirmaron que se les estaba obligando a abandonar sus tierras y que tenían poco o no tenían acceso a las medidas preventivas básicas contra el COVID-19.

Esta comunidad vive en el territorio de Badjônkôre, territorio indígena oficialmente demarcado desde 2003, extremadamente valioso para mineros de oro, ganaderos y empresas madereras. Hay una tendencia nacional, ejemplificada por los incendios en los bosques de la Amazonía y el Pantanal, de explotar estratégicamente estas zonas que legalmente pertenecen a las comunidades indígenas. Desde que el presidente Jair Bolsonaro asumió el cargo, ha habido un tira y afloja para eliminar las medidas de protección en esas zonas, junto con las garantías de acceso a la atención sanitaria y las condiciones sanitarias básicas de las comunidades indígenas.

El 15 de septiembre, los kayapó ganaron su primera batalla legal sobre el tema. Ahora, Brasil tiene que cumplir con las demandas de protección ambiental de los indígenas en esta región.

Si bien el COVID-19 se propagó rápidamente en Brasil, São Gabriel da Cachoeira, ciudad brasileña con la mayor población indígena, logró acabar con sus muertes relacionadas con el virus en julio. Situada en la frontera entre Colombia y Venezuela, esta ciudad es conocida porque más del 90 % de su población está formada por indígenas procedentes de 23 distintas etnias. Cuando empezó la pandemia, se estableció un toque de queda y se organizaron campañas de información locales, que incluían la producción de podcasts y la circulación de un radio móvil que difundía las informaciones en idiomas indígenas con el fin de evitar la propagación del virus.

Esto se hizo en mayo, casi dos meses después de la llegada del virus a Brasil, con la ayuda de los líderes indígenas que colaboraron con instituciones extranjeras, como Médicos Sin Fronteras, y un fondo nacional que reúne donaciones de bancos, hospitales y miembros de la sociedad civil. Juntos han donado 800 000 reales (poco más de 150 000 dólares) para construir nueve unidades móviles de salud y empezar una campaña masiva de pruebas.

Pueblo indígenas en Bolivia comparten su sabiduría con el mundo

Los indígenas de las tierras bajas del este de Bolivia, aconsejan un libro de recetas, un jarabe casero y un protocolo sanitario para enfrentar la pandemia.

Página 6 de los Remedios del Monte. Foto de Fátima Monasterio Mercado, utilizada con autorización.

Los lideres de los Territorios Indígenas Multiétnicos (TIM), propietarios de tierras en virtud de un título colectivo según la legislación boliviana, publicaron el libro Remedios del Monte. Paulina Noza, presidenta del Consejo de Mujeres de TIM, explicó a la prensa local:

Hicimos este recetario, preocupados por la pandemia que brotó este año. (…) Por eso nosotros seguimos conservando [esos saberes] y ahora queremos que la gente lo conozca

Fátima Monasterio, abogada e investigadora, dijo a la prensa local que usar medicina natural es una estrategia de sobrevivencia por la ausencia del Estado. La presentación del libro de recetas dice:

En esta lucha por la vida, que se remonta a la memoria de los antiguos, seguiremos exigiendo el cumplimiento de nuestros derechos.

El libro contiene instrucciones para aumentar las defensas naturales del cuerpo, curar los resfriados, tratar síntomas como fiebre, diarrea y tos. También da recomendaciones para mejorar la relación espiritual del ser humano con la naturaleza.

Además, la comunidad tsimané, que pertenece a los TIM, elaboró un protocolo sanitario junto con médicos y antropólogos que consiste en una atención especial para los ancianos, control de los puntos de acceso en su territorio, cuidado de las personas en cuarentena, rastreo de contactos y difusión de información en su idioma indígena. En este video, la presidenta de TIM, Paula Noza, explica la ayuda de la comunidad y como funcionan los puntos de acceso.

Mientras tanto, José Parapaino Chuvirú, del territorio indígena de San Antonio de Lomerío, lanzó el jarabe tradicional «Sabor Original Kutuki» hecho de la hierba medicinal kutuki y macerado con una mezcla de raíces y hojas. Según los testimonios mencionados en la plataforma Salud con Lupa, el brebaje ha sido eficaz para aliviar los síntomas del COVID-19.

#NO_ESPERES_MÁS..??y#QuedateEnCasa..?..

Geplaatst door Chochio op Zondag 14 juni 2020

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