Cuando los atletas se ponen políticos: Apoyo a los uigures antes de Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín

Basquetbolista Enes Kanter, centro de la fila de atrás, rodeado de activistas uigures, tibetanos, taiwaneses y hongkoneses durante manifestación en Washington D.C. Captura de pantalla del canal de YouTube Talk East Turkestan.

¿Por qué habría una conexión entre algunas celebridades del deporte y el genocidio uigur? Mientras China sigue reprimiendo a los disidentes y a la población china no Han en su región occidental de Sinkiang, aumenta el activismo y la atención de los medios sobre la cuestión uigur, mientras el Gobierno chino adopta medidas de propaganda de manual para desestimar las denuncias de violencia sistémica. Los informes dicen que más de un millón de personas están detenidas en los llamados «campos de reeducación«.

Los deportistas han usado cada vez más sus plataformas para atraer la atención del público e influir en la agenda de los asuntos internacionales. A pesar de los beneficios de la riqueza y la atención, algunas estrellas deportivas más famosas no pueden estar tranquilas cuando se enteran de una tragedia de tal magnitud.

Enes Kanter, basquetbolista estadounidense de origen turco, es una de esas estrellas. Kanter, que ahora juega en la NBA con los afamados Boston Celtics, usó sus plataformas de redes sociales para pedir públicamente el fin del genocidio uigur en el Turkestán Oriental (nombre que los uigures prefieren para «Sinkiang», que consideran un término colonial chino) con una publicación y un video en Twitter e Instagram.

Cruel dictador de China,
XI JINPING y el Partido Comunista de China.

Hago un llamado delante del mundo entero.
¡Cierren los campos de trabajo de esclavos y liberen al pueblo uigur!

Detengan el GENOCIDIO, ahora liberen a los uigures.

En el video, Kanter dijo:

There is a genocide happening right now. Right now, as I speak this message, torture, rape, forced abortions, sterilizations, family separations, arbitrary detentions, concentration camps, political re-education, forced labor … this is all happening right now to more than 1.8 million Uyghurs in the Xinjiang region in northwestern China.

En este momento está ocurriendo un genocidio. En este momento, mientras pronuncio este mensaje, la tortura, la violación, los abortos forzados, las esterilizaciones, las separaciones familiares, las detenciones arbitrarias, los campos de concentración, la reeducación política, los trabajos forzados… todo esto les está ocurriendo ahora a más de 1,8 millones de uigures en la región de Sinkiang, al noroeste de China.

El exbasquetbolista Royce White, el futbolista alemán Mesut Özil, el basquetbolista francés Rudy Gobert y el futbolista francés Antoine Griezmann también se han pronunciado sobre el caso.

En julio, White afirmó:

Two million ethnic minorities in East Turkestan, China, are in concentration camps. It’s something we got to talk about, you know? I’m always going to talk about the real thing.

Dos millones de minorías étnicas en el Turkestán Oriental, China, están en campos de concentración. Es algo de lo que tenemos que hablar. Siempre voy a hablar de la realidad.

Agregó que se necesita más vigilancia, coraje y dedicación:

When it doesn’t suit anybody to talk about justice and freedom, that’s when you should talk about it.

Cuando no le conviene a nadie hablar de justicia y libertad, es cuando hay que hablar sobre eso.

En el video de Kanter, también hizo un llamado a otros deportistas musulmanes para que adopten una postura. Señaló al futbolista profesional egipcio Mohamed Salah, al exbasquetbolista Kareem-Abdul Jabbar y al boxeador profesional británico Amir Khan, y les pidió que «¡digan algo, hagan algo, hablen!».

Uigures sin voz

En el video de su mensaje, Kanter reflexionó sobre la difícil situación de los uigures, y señaló al Gobierno chino.

The Chinese government has been taking sweeping measures to crack down on the Uyghur people, simply because they embrace their own religion, their own culture, language, history, and identity. The Uyghur region has become an open-air prison and surveillance state, where freedoms are non-existent for the Uyghur people. The Chinese government has sent Uyghurs along with Kazakhs, Tajiks, and other Muslim groups to concentration camps for simply applying for a passport, for texting someone overseas, or for believing in anything that does not align with the Chinese Communist Party’s agenda.

El Gobierno chino ha tomado medidas radicales para reprimir al pueblo uigur, simplemente porque prefiere su propia religión, su propia cultura, su lengua, su historia y su identidad. La región uigur se ha convertido en una prisión al aire libre y un estado de vigilancia, donde las libertades no existen para el pueblo uigur. El Gobierno chino ha enviado a los uigures, junto con los kazajos, los tayikos y otros grupos musulmanes, a campos de concentración por el simple hecho de solicitar un pasaporte, por enviar un mensaje de texto a alguien en el extranjero o por creer en cualquier cosa que no se alinee con la agenda del Partido Comunista Chino.

En los últimos años, los uigures pudieron denunciar su difícil situación en plataformas de redes sociales, como TikTok, con códigos secretos, con fotos con sus familiares desaparecidos de fondo y el número de familiares desaparecidos levantando los dedos. Algunos trataron de exponer la tragedia a través de emojis, un paisaje desgarrador de familias desintegradas. Hace unos meses, un video publicado en varias plataformas de redes sociales mostraba a una adolescente uigur que había perdido a su padre gritando: «¡Papá! ¡Papá! ¡¡¡Papi!!!». Con una sola palabra, expresaba el dolor de muchos.

Todos estos mensajes fueron rápidamente borrados por la censura estatal y a los titulares de las cuentas no se les volvió a ver en línea. Los activistas temen que puedan haber sido trasladados a campos de reeducación.

El precio de la verdad

Al día siguiente de las críticas públicas de Kanter, Tencent, socio de transmisión chino de la NBA, borró todos los resúmenes y transmisiones en vivo de los partidos de los Celtics. El Ministerio de Asuntos Exteriores de China lo acusó de «persecución de nubes«.

En 2019, Mesut Özil, futbolista alemán de ascendencia turca, pagó un alto precio por su posición sobre la cuestión uigur. En ese momento, Özil jugaba en el Arsenal, en la Premier League inglesa. Una declaración osada le supuso entrar en la lista negra de su equipo y de la comercialización de artículos de fútbol. En sus páginas personales de Twitter e Instagram, escribió:

Qurans are being burnt. Mosques are being shut down. Muslim schools are being banned. Religious scholars are being killed. Brothers are forcefully being sent to camps.

Se queman coranes. Se cierran mezquitas. Se prohíben las escuelas musulmanas. Asesinan a eruditos religiosos. Envían a los hermanos a campos por la fuerza.

El Arsenal se distanció inmediatamente de los comentarios de Özil, y la respuesta de las cadenas estatales chinas China Central Television y PP Sports dos días después fue retirar el partido entre el Arsenal y el Manchester City de sus programaciones televisivas. El nombre y el personaje de Özil quedaron fuera de los proveedores chinos de internet y de la plataforma de juegos eFootball PES 2020. La Asociación China de Fútbol consideró sus comentarios «inaceptables«. Algunos han sugerido que la eventual salida de Özil de la plantilla del Arsenal estaba relacionada con su apoyo a la causa uigur.

Dinero antes que derechos

Algunas estrellas prefieren guardar silencio o admitir ignorancia sobre la situación de los uigures para seguir obteniendo beneficios del gran mercado chino. En mayo, el exluchador y actor estadounidense John Cena se disculpó con China por referirse a Taiwán como país sin saberlo, lo que contradice la política de «una sola China«. Cena presentó sus disculpas en inglés y en mandarín durante la campaña promocional de la película F9.

Durante años, la NBA, como muchas otras federaciones deportivas con ánimo de lucro, ha cortejado el mercado chino, donde organizaba partidos, visitas de jugadores y al menos un polémico campo de entrenamiento en Sinkiang, con el que cortó lazos en 2019. Los jugadores de la NBA están vinculados por un contrato con la organización, que también afecta sus declaraciones públicas. Ir en contra de las políticas de la NBA puede suponer una multa para los jugadores, el personal o los propietarios de las franquicias.

En 2019, la gerencia de la NBA y la estrella de los Houston Rockets, James Harden, pidieron disculpas al Gobierno chino después de que el director general del equipo, Daryl Morey, expresó su apoyo a los manifestantes de Hong Kong.

Adam Silver, el jefe de la NBA, dijo en una entrevista de radio que su organización sigue la política exterior de Estados Unidos sobre su relación con China.

At the end of the day, we’re a U.S. company and we’re going to follow, you know, American policy towards China.

Al fin y al cabo, somos una empresa estadounidense y vamos a seguir la política estadounidense hacia China.

Hacerse de la vista gorda es una opción

Hoy en día, el genocidio uigur no es un secreto: las historias de los detenidos pueden encontrarse en varios documentos filtrados y en las memorias de los sobrevivientes de los campos.

Aunque escasa y fuertemente controlada, la información ha salido a la luz. ¿Por qué no hay una oposición generalizada y fuerte a que Pekín acoja los Juegos Olímpicos de Invierno de 2022? La razón parece sencilla: hay más John Cenas que Enes Kanters en el mundo del deporte profesional.

La elección entre estar al lado de los uigures o participar en los Juegos Olímpicos de Pekín es un ejemplo sorprendente de un antiguo dilema: los deportistas deben elegir entre el dinero y la verdad.

Tal vez as superestrellas no puedan detener un genocidio, pero contribuyen a silenciar la oposición distrayendo la atención del mundo y, como en el caso uigur, disculpándose con el opresor y participando en su propaganda, y asistiendo a los Juegos Olímpicos de Invierno.

En julio, la líder uigur Rabiye Qadeer expresó su agradecimiento a las estrellas que expresaron su deseo de detener el genocidio uigur:

China is preparing for the Olympics on the one hand, and on the other hand, committing genocide against the Uyghurs. Some are turning a blind eye to the Uyghur genocide just because they are afraid of losing money and glory from the Olympics, and some are afraid of displeasing China. It’s up to the conscience of the people not to take it, but [to] stars like Royce White … [who] has done his job as a star and a human being in the face of a human tragedy today, I congratulate them.

China se está preparando para las Olimpiadas, por un lado, y por otro, está cometiendo un genocidio contra los uigures. Algunos hacen de la vista gorda ante el genocidio uigur solo porque temen perder el dinero y la gloria de las Olimpiadas, y otros temen disgustar a China. Depende de la conciencia de la gente no aceptarlo, pero [a] estrellas como Royce White… [que] ha hecho su trabajo como estrella y como ser humano ante una tragedia humana hoy, los felicito.

Los activistas uigures y quienes trabajan para detener el genocidio se beneficiarían del apoyo de atletas de talla mundial que se unieran a su grito de libertad.

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