¿Ha perdido China su influencia en Venezuela?

Captura de pantalla tomada del canal de YouTube Expediente Público.

Desde 2015, China ha estado graduando nuevamente su estrategia en América Latina y el Caribe como parte de una evaluación más amplia de su papel en el mundo. Venezuela, alguna vez su socio estratégico más cercano en la región, parece haber quedado atrás en esta nueva fase.

China y Venezuela se acercaron con la llegada del presidente izquierdista y populista de Venezuela, Hugo Chávez, en 1999. Además de la alineación ideológica y geopolítica, el flujo de recursos refleja mejor la magnitud de la alianza: hacia 2020, Venezuela había recibido casi la mitad de los préstamos soberanos chinos otorgados a América Latina y el Caribe. Desde el año 2000, Venezuela ha recibido el 19 % de los recursos totales desembolsados por China en el mundo.

Para 2016, la desintegración económica y financiera de Venezuela rápidamente calmó la aparentemente ilimitada inyección de efectivo. A pesar de las expectativas de nuevos fondos otorgados por China para apoyar a su socio estratégico, China ha evitado reiteradamente dar más efectivo a un Gobierno en graves problemas financieros.

Nuevo enfoque regional

En los últimos tres años, China no ha dado a América Latina el tipo de préstamos soberanos otorgados previamente a Venezuela. Los préstamos soberanos se refieren a los préstamos de Estado a Estado. Es más, el Gobierno chino ha reducido sistemáticamente este tipo de desembolso desde 2015.

Esto no indica para nada que China esté reduciendo su presencia o interés en la región, pero es una señal de que su estrategia y enfoque han cambiado. Sus socios más cercanos también han cambiado.

Teniendo en cuenta las dificultades que enfrentan Venezuela, Ecuador y Argentina para pagar su deuda, las consecuencias económicas de la pandemia y ahora un cambio en la estrategia económica interna china hacia un modelo más autosuficiente, el Gobierno chino pretende reducir su exposición en América Latina sin abandonar su posición de influencia.

China ha migrado a otras formas de cooperación económica, como la financiación directa a empresas chinas con presencia en la región, asociaciones público-privadas o multilaterales para proyectos específicos, e incluso fondos de capital privado. Los bancos comerciales chinos también han ampliado su cartera en los últimos años.

El comercio también es una importante línea de acción. China ya es el mayor socio comercial de América del Sur y ha firmado acuerdos de libre comercio con Chile, Costa Rica y Perú. Actualmente se está preparando un acuerdo con Ecuador.

En el contexto de una competencia por la influencia cada vez mayor con Estados Unidos, los expertos señalan que América Latina será de especial interés para China por la producción de minerales estratégicos, vitales para la transición a la energía verde y tecnologías de alta gama.

¿El fin de un romance?

Venezuela fue una vez el ejemplo a seguir de la «estrategia de salida» china, que pretende abrir las puertas de América Latina al financiamiento chino a través de prácticas amplias de préstamos de Estado a Estado. Las reuniones bilaterales y los nuevos acuerdos financieros fueron presentados como una ventana abierta al futuro de las relaciones que China quiere construir con los países en desarrollo en un nuevo «mundo multipolar» que ya no este dominado por Estados Unidos, basado en la «cooperación Sur-Sur».

En la actualidad, Venezuela está claramente ausente de la discusión acerca del cambio estratégico de China en América Latina, con la excepción de ser una señal de advertencia.

Según un informe de Transparencia Internacional, Venezuela obtuvo apenas el 5,2 % de las inversiones chinas en América Latina, lo que contrasta con haber recibido un 45 % del total de préstamos soberanos destinados a la región.

La Base de Datos de Finanzas China-América Latina publicada por el grupo Diálogo Interamericano, con sede en Washington DC, registró solo un préstamo de un banco comercial a Venezuela, en 2013. Esto sitúa al país al final de la lista, muy lejos de Argentina, que ha recibido 36 préstamos comerciales.

La resaca

El desembolso ocasional de China en Venezuela ya no tiene como objetivo hacer grandes declaraciones geopolíticas. En cambio, su objetivo es más discreto: asegurar que Venezuela tenga la capacidad de pagar sus deudas. Esto incluye la compra por parte de China de acciones de empresas conjuntas chino-venezolanas.

No hay información oficial sobre los términos de los préstamos, por lo que los observadores s0lo pueden hacer conjeturas. En este sentido, de los aproximadamente 68 000 millones de dólares que China prestó a Venezuela, aún quedan 19 000 millones por pagar.

Teniendo en cuenta que los préstamos siguen un esquema de petróleo por efectivo, Venezuela tiene que pagar su deuda con envíos de petróleo, que se miden en barriles por día (bpd). Para 2019, un promedio de 200 000 bpd fueron enviados para para el pago, con la siguiente advertencia: si los precios del petróleo caen, Venezuela tiene que enviar más petróleo a China.

Esos 200 000 bpd (cifra conservadora, teniendo en cuenta las fluctuaciones de los precios) para pagar la deuda de una producción de alrededor de 700 000 bpd es una gran carga para un petroestado inmerso en una de las peores crisis económicas y humanitarias en la historia de la región.

El destino de cientos de proyectos financiados con préstamos chinos en Venezuela también es decepcionante. Al menos el 25 % no se ha concluido después de una década o más. Los que fueron completados, no ofrecen mucho valor a los venezolanos.

En palabras de Christi Rangel, investigadora de Transparencia Internacional:

Chinese firms entered the country, but results are not positive. A lot of them closed, no longer exist, are no longer in Venezuela, and those that are still here have a minimal level of activity, not to say they have no activity.

Las empresas chinas ingresaron al país, pero los resultados no son positivos. Muchas cerraron, ya no existen, ya no están en Venezuela, y las que todavía están aquí tienen un nivel mínimo de actividad, por no decir que no tienen actividad.

¿Qué queda de la alianza?

Es posible que Venezuela ya no reciba el apoyo financiero que necesita de China, pero su apoyo político y diplomático sigue siendo de gran importancia para la continuidad del proyecto político autoritario impuesto en el país. El objetivo común de antagonizar a Estados Unidos y equilibrar su influencia en la región sigue vivo.

Según el Índice de China, Venezuela ocupa el puesto 25 de los 82 países más influenciados por China, especialmente en los rubros de cooperación militar, política interna y política exterior. Analistas independientes argumentan que el apoyo de China al gobierno de Maduro es un obstáculo importante para cualquier posible transición a la democracia. Por ejemplo, China ha tenido un papel importante en la imposición de un estado de vigilancia en Venezuela.

Aunque no hay nuevos anuncios de financiamiento, se siguen llevando a cabo reuniones de alto mando entre funcionarios venezolanos y chinos, en las que ambos países se aseguran mutuamente que su alineación política sigue siendo inquebrantable, a pesar de los errores financieros de sus cooperaciones económicas pasadas.

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