Bloguero mauritano Mohamed Ould Mkheitir, absuelto de acusación de apostasía, sigue en prisión después de cuatro años

Mkheitir cuando se presentó a la corte de apelaciones en 2016. Imagen de IHEU.org – CC BY-SA 4.0.

Treinta y dos organizaciones de defensa de derechos humanos han lanzado una campaña conjunta mundial para exigir la liberación y protección de Mohamed Ould Mkheitir. Este ingeniero de 33 años está detenido en secreto a pesar de que en noviembre de 2017 una corte de apelaciones ordenó conmutar su pena de muerte y la convirtió en una condena de dos años de prisión. Ya cumplió tres años de detención preventiva y debió haber sido liberado hace un año.

Solamente tiene contacto muy limitado con su familia, y sus abogados no tiene acceso a él pues las autoridades no han aplicado la decisión de liberarlo, de acuerdo a lo resuelto por la corte de apelaciones el 9 de noviembre de 2017.

El comunicado publicado por Amninstía Internacional resume la situación injusta y precaria en la que se encuentra el detenido Mohamed Ould Mkheitir:

El 9 de noviembre de 2017, un tribunal de apelación redujo su condena inicial a dos años de prisión, que ya ha cumplido, y al pago de una multa. En marzo de 2018, el ministro de Justicia mauritano, Mokhtar Malal Dia, dijo en una entrevista que “el bloguero Mkhaïtir sigue recluido en algún lugar de Mauritania”.

En mayo, las autoridades mauritanas informaron al Comité de la ONU para la Eliminación de la Discriminación Racial de que Mkhaïtir se hallaba sometido a “detención administrativa por su propia seguridad”.

Durante casi un año, el equipo jurídico que lo defiende ha solicitado autorización para visitarlo en reiteradas ocasiones, pero aún no ha recibido ninguna respuesta del ministro de Justicia. Se cree que actualmente Mkhaïtir está enfermo y necesita atención médica urgente..

Tras esa denuncia, muchos sitios de información en línea reprodujeron el comunicado y los cibernautas expresaron sus opiniones.

La Corte de Apelación revocó la sentencia por vicios de procedimiento el 31 de enero de 2017 y el nuevo proceso tuvo lugar el 8 y 9 de noviembre de 2017. Al final, condenaron al bloguero a dos años de prisión y cerca de 150 euros de multa. El periodista mauritano Mohammed Gherrabi recuerda el contexto judicial del caso del bloguero:

En mai 2018, 21 ONG nationales et internationales demandaient déjà de mettre fin à la détention arbitraire et de garantir la sécurité du blogueur Mohamed Mkhaïtir. Elles sommaient également les autorités mauritaniennes d’abroger la récente loi sur les infractions liées à l’apostasie, qui rend la peine de mort obligatoire en cas de «propos blasphématoires» et d’actes sacrilèges». L’adoption d’un tel texte constitue un véritable retour en arrière, éloignant la perspective d’une abolition pour ce pays qui, pourtant, n’a procédé à aucune exécution depuis 1987 et même ratifié de nombreux traités internationaux concernant les droits humains.

En mayo de 2018, 21 ONG nacionales e internacionales exigieron poner fin a la detención arbitraria y garantizar la seguridad del bloguero Mohamed Mkhaïtir. También solicitaron a la autoridades mauritanas la derogación de la reciente ley de infracciones relacionadas con la apostasía, que castiga con la muerte en caso de «palabras blasfemas y actos sacrílegos». La adopción de ese texto constituye un verdadero retroceso que aleja la perspectiva de una abolición para el país que, no obstante, no realiza ninguna ejecuión desde 1987 y ratificado numerosos tratados internacionales referidos a derechos humanos.

En el blog Geopólis, Martin Mateso cita que Kate Barth, directora jurídica de la ONG Freedom Now, está muy comprometido con esta campaña:

La directrice juridique de Freedom Now, Kate Barth, engagée dans cette campagne, fait remarquer que le cas du blogueur Mohamed Mkhaïtir est emblématique «de la répression à laquelle le régime mauritanien soumet les libertés d’expression et d’information, en particulier celles des journalistes qui dénoncent le recours illégal au travail servile».

Les Nations Unies ont critiqué à plusieurs occasions la détention et la condamnation à mort de Mohamed Mkhaïtir.

La directora jurídica de Freedom Now, Kate Barth, comprometida con este campaña, ha destacado que el caso del bloguero Mohamed Mkhaïtir es emblemático «de la represión a la que el régimen mauritano somete las libertades de expresion e información, en particular de periodistas que denuncian el uso ilegal del travajo esclavo».

Naciones Unidas ha criticado en diversas ocasiones la detención y condena a muerte de Mohamed Mkhaïtir.

Ciertamente, en abril de 2017 y mayo de 2018, un grupo de trabajo sobre la detención arbitraria y seis expertos de Naciones Unidas sobre derechos humanos pidieron su liberación inmediata y su derecho a solicitar una reparación.

En el sitio de noticias de actualidad Afrique.le360.ma, el periodista mauritano Cheikh Sidya escribe:

L'affaire Mohamed Ould Mkhaitir ce blogueur reconnu «d'apostasie» condamné à la peine capitale avant que cette peine ne soit ramenée à un emprisonnement correctionnel de deux ans pour «mécréance» continue à susciter le débat en Mauritanie.

En effet, malgré que l'intéressé ait purgé sa peine en détention préventive entre décembre 2013 et fin 2017, il est toujours en prison.

La Cour suprême mauritanienne avait pourtant ordonné sa libération en novembre 2017. La mesure n'a jamais fait l'objet d'exécution à ce jour.

Interpellé à l'occasion des assises de la 29ème session de la Commission des droits des peuples [humains] et des peuples(CADHP), tenues à Nouakchott en avril – mai 2018, un officiel mauritanien révélait que le jeune blogueur a été placé en détention administrative.

El caso de Mohamed Ould Mkhaitir, el bloguero condenado a la pena capital por “apostasía” que luego fue reducida a prisión correccional de dos años por “falta de fe” sigue suscitando debate en Mauritania.
En efecto, pese a que ya purgó su pena de detención preventiva entre diciembre de 2013 y finales de 2017, sigue en prisión.
La Corte Suprema mauritana ordenó su liberación en noviembre de 2017. La medida no se ha ejecutados hasta la fecha.
Cuando le preguntaron al respecto a un funcionario mauritano con ocasión de la XXIX Sesión de la Comisión de Derechos de los Pueblos [Humanos] en Nuakchot entre abril y mayo de 2018, un reveló que el joven bloguero está en detención administrativa.

En un artículo en el sitio lallumeurdereverbere.over-blog.com, Jorge Brites condena la pasividad de la Unión Europea y de Estados Unidos antes de analizar las realidades sociológicas de la sociedad mauritana en la base de esta violación de los derechos de Ould M'Kheitir:

De manière générale, l’immense majorité de la classe politique et médiatique mauritanienne, quand elle n’a pas clairement appelé à exécuter la peine capitale, a en tout cas évité de s’exprimer sur cette affaire – encore moins de soutenir Ould M'Kheitir. Quelques voix se sont toutefois faites entendre, parmi lesquelles la militante Aminetou Mint Moctar, présidente de l'Association des Femmes Chefs de Famille (AFCF), mais une fatwa a rapidement suivi pour appeler à assassiner ces mécréants. Le nombre d’intellectuels, de diplômés, voire même de militants pro-démocratie ayant appelé à tuer le jeune blogueur, a de quoi déconcerter. Il vient contredire l’idée que le terme de «vindicte populaire» serait réservé à des gens sans éducation et que la manipulation sur des bases religieuses ne concernerait que des masses miséreuses et illettrées. Il est même effrayant de constater la promptitude de tant de gens – parmi lesquels des soi-disant érudits – à exiger que le sang soit versé… ce qui constitue tout de même, a priori, l’option la plus extrême et la plus violente qui existe. Et pour les musulmans convaincus, on peut légitimement se demander si le Prophète lui-même, dans pareille situation, aurait fait exécuter un jeune qui interroge la religion parce qu’il estime qu’elle légitime un système inégalitaire. On peut facilement imaginer, compte tenu de l’importance de la notion de pardon dans l’islam, qu’il aurait tenté de le convaincre par des arguments théologiques, et que dans tous les cas il aurait pardonné ses «égarements» plutôt que de, simplement, le faire tuer.

De manera general, la inmensa mayoría de la clase política y mediática mauritana, aunque no pidió abiertamente que se ejecutara la pena capital, evitó expresarse al respecto –y menos apoyaron a Ould M'Kheitir. Algunas voces se dejaron escuchar, como la militante Aminetou Mint Moctar, presidenta de la Asociación de Mujeres Jefas de Familia (AFCF), pero rápidamente salió una fatua para pedir la muerte de los infieles. La cantidad de intelectuales, profesionales, hasta de militantes a favor de la democracia que pidieron la muerte del bloguero es desconcertante. Contradice la idea de que el término «venganza popular» estaba reservada a personas sin educación y que la manipulación sobre bases religiosas se daría en masas pobres e ignorantes. Es también aterrador constatar la celeridad de tanta gente –entre la que hay supuestos eruditos– que exige que se derrame sangre… lo que constituye la opción más extrema y la más violenta que existe. Y para los musulmanes convencidos, nos podemos preguntar legítimamente si el propio Profeta, en una situación similar, habría hecho ejecutar a un joven que cuestiona la religión porque estima que legitima un sistema desigual. Uno puede fácilmente imaginar, teniendo en cuenta la importancia de la noción de perdón en el islam, que hubiera intentado convencerlo con argumentos teológicos y que, por último, hubiera perdonado sus «confusiones» antes que, simplemente, mandarlo matar.

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