Bali, el principal destino turístico de la isla de Indonesia, abrió oficialmente sus fronteras a los visitantes locales el 31 de julio. Los funcionarios esperan que la apertura de la isla reavive lentamente el sector turístico que ha sido gravemente afectado por la pandemia de COVID-19.
La experiencia de Bali con la flexibilización de las restricciones guiará la decisión de las autoridades para ver si Indonesia recibirá otra vez los turistas extranjeros en septiembre.
Hasta el 30 de julio, Indonesia había registrado 106 336 casos de COVID-19 y 5058 muertes. Hay casos activos en las 34 provincias de la nación. Los casos en Bali son el doble respecto al principio del mes de julio. El 27 de julio se informó de 3219 casos en toda la provincia.
En la isla, que depende sobre todo del turismo, se impuso el confinamiento en abril, lo que alteró la economía local y desplazó a cientos de trabajadores. ¿Cómo han sobrevivido los habitantes en los últimos tres meses?
Una edición colaborativa organizada por BASAbali Wiki instó a participantes balineses a describir el impacto de COVID-19 en sus comunidades.
BASAbali Wiki es una plataforma digital que promueve el idioma balinés, uno de los 707 idiomas de Indonesia. Según un censo de 2011, casi dos millones de personas hablan balinés en la provincia de Bali, cuya población es de unos cuatro millones.
Una de las iniciativas de la plataforma es la wikithon (edición colaborativa) cuyo objetivo es añadir más palabras y frases al diccionario cultural de BASAbali Wiki. El tema de este año es el impacto social de COVID-19:
Covid-19 mini-wikithons provide a safe space for people to talk in their native Balinese language about their challenges and coping strategies of the pandemic in Balinese communities.
Las pequeñas wikithones de COVID-19 ofrecen un espacio seguro para que las personas hablen en su balinés nativo sobre sus retos y estrategias de afrontamiento de la pandemia en las comunidades balinesas.
Las tres mejores fotos y ensayos han sido seleccionados y traducidos al inglés e idiomas indonesios.
La foto (que encabeza este artículo) y su descripción, publicada por I Komang Arsa Saguna, ganó la competencia «Just Photo It» (Solo fotógrafíalo); la foto describe cómo los vendedores de los mercados locales se vieron afectados por la pandemia. Aquí hay un extracto traducido del pie de foto:
In Bali, the COVID-19 outbreak has been plaguing us since March. When the outbreak hit Bali, many economic sectors were affected by the virus, ranging from the upper-middle to lower-middle economy. There is an appeal from the government to avoid this virus by working from home, compound or griya (large residence consisting of multiple courtyards). People who have jobs selling in the market find it difficult to sell.
Traders who sell at the market cannot carry out their work because fewer and fewer people shop at the market. Likewise, traders who sell in the market are afraid of the coronavirus, and this causes many traders not to sell in the market, though there are still some traders who do.
Although many small traders have received basic food assistance from the government, the assistance wasn't enough, which caused small traders to continue to sell, disobeying the government's call to avoid the danger of the coronavirus.
En Bali, el brote de COVID-19 nos está atormentando desde marzo; cuando llegó, muchos sectores de la economía se vieron afectados, desde la economía media-alta hasta la media-baja. Hay un pedido del Gobierno de evitar el virus y es la de trabajar desde casa, en complejo o en griya (grandes residencias compuestas por varios patios). La gente que trabaja vendiendo en el mercado encuentra dificultades a la hora de vender.
Los comerciantes que venden al mercado no pueden llevar a cabo sus trabajos porque muy poca gente compra allí. Asimismo, los vendedores temen el coronavirus y por eso muchos ya no venden el mercado, aunque algunos siguen haciéndolo.
Pese a que muchos pequeños comerciantes han recibido asistencia alimentaria básica del Gobierno, no es suficiente, por eso muchos siguen vendiendo, desobedeciendo el llamado del Gobierno de evitar el peligro del virus.
Por su parte, la foto de I Wayan Kuntara ganó el tercer premio; la foto muestra la vulnerabilidad de los ancianos en las zonas rurales. Aquí, un extracto traducido del pie de la foto:
The most susceptible to COVID-19 is usually an elderly person. Such a warning has an impact on the elderly in rural areas where they spend the majority of the day farming in the fields. It feels very tight working in the fields using a mask.
Generalmente, los más vulnerable al COVID-19 son los ancianos Esa advertencia tiene un impacto en los ancianos de las zonas rurales, donde pasan la mayor parte del tiempo cuidando de sus campos. Se sienten muy incómodos trabajando en los campos con una mascarilla.
En la categoría «Just Confide It» (Solo confía) de la wikithon, se pidió a los participantes que escribieran ensayos sobre cómo enfrentaron el efecto desastroso de la pandemia.
Desde Yogyajarta, el estudiante universitario I Kadek Surya Jayadi documentó algunas de las escenas en el mercado de la comunidad. Aquí hay un extracto traducido del ensayo:
It's sad to see pedicab drivers who do not get passengers; I'm sad to see a newspaper deliveryman with no buyers; the kencur rice was also not sold. I can tell a lot more. Unlike most of the trading, herbal medicines sellers selling ginger, turmeric, and sere are suddenly crowded with buyers. Since the world has been hit by a pandemic, all kinds of herbal medicine sellers are busy with buyers. I also went along to buy herbal medicine at the market since there was an outbreak of Covid-19.
Es triste ver los bicitaxistas que no consiguen pasajeros; es triste ver a un repartidor de periódicos sin compradores: el kencur arroz tampoco se vendió. Puedo decir mucho más. A diferencia de los comercios, los vendedores de hierbas medicinales venden jengibre, cúrcuma y están repletos de compradores. Desde que el mundo ha sido azotado por una pandemia, todos estos vendedores de hierbas medicinales están llenos de compradores. También yo compro hierbas medicinales en el mercado desde que hay brote de COVID-19
El ensayo que encabezó la competencia lo escribió Made Sinar, quien dio un conmovedor testimonio sobre la decisión de su familia de dedicarse a la agricultura para sobrevivir a la pandemia. Aquí hay un extracto traducido de su ensayo:
My husband is also very diligent in working. Corn and sweet potatoes, which we planted every day, are now ready to be harvested. Every day my family eats corn and sweet potatoes. Sometimes we eat yam rice, sometimes steamed, sometimes also fried, which is important to stop the stomach from growling. There are vegetables also so that there is also income. I sell sweet potato chips. I make them. My eldest son is also diligent in helping, and my husband is in charge of taking him to the stalls. God still gives grace, even though we only sell sweet potato chips, and sometimes corn and vegetables, my family never goes hungry.
Mi marido es también trabaja muy diligentemente. Maíz y batatas, que plantábamos todos los días, ya están listos para la cosechas. MI familia come todos los días maíz y batatas. A veces comemos arroz con ñame, a veces al vapor o frito, lo que es importante para evitar que el estómago gruña. También hay verduras que generan ingresos. Hago patatas dulces fritas y luego las vendo. Mi hijo mayor también es muy diligente, también ayuda y mi marido se encarga de llevarlo al puesto de venta. Dios nos sigue dando gracia, aunque vendamos solo patatas dulces fritas, a veces maíz y verduras, mi familia nunca pasa hambre.