Relaciones entre Turquía y Armenia pasan de «diplomacia del fútbol» a «diplomacia del terremoto»

Imagen por Markus Spiske. Uso gratuito bajo Unsplash License.

Algunos expertos describieron como un punto de inflexión la apertura de la frontera entre Armenia y Turquía, aunque breve, por primera vez en treinta años para entregar ayuda humanitaria tras el terremoto que asoló la región sudoriental de Turquía. El gesto cobró mucha más importancia, ya que en 1988 Turquía envió ayuda humanitaria a Armenia cuando este país sufrió un terremoto que causó más de 25 000 muertos. El envío de la ayuda del 11 de febrero fue seguido de una visita del ministro armenio del Exterior, Ararat Mirzoyan, a Ankara, donde recibió una calurosa bienvenida de su homologo turco, Mevlüt Çavuşoğlu. El 7 de febrero, el presidente turco Recep Tayyip Erdoğan y el primer ministro armenio, Nikol Pashinyan, hablaron por teléfono. El 6 de febrero, el presidente armenio Vahagn Khachaturyan y Alen Simonyan, presidente de la Asamblea Nacional de Armenia, expresaron sus condolencias en tuíts.

Los amistosos intercambios marcan un notable cambio en la relación, típicamente gélida, entre ambas naciones. Turquía cerró su frontera con Armenia en 1993 durante la primera guerra del Alto Karabaj como muestra de solidaridad con Azerbaiyán, su antiguo aliado. Desde entonces, las relaciones entre Turquía y Armenia han seguido siendo tensas.

Las dos naciones estuvieron a punto de encontrar un terreno común en 2008, después de que representantes de ambas naciones se reunieron en Zúrich y acordaron una serie de protocolos destinados a normalizar las relaciones entre ambas naciones.

Tras la reunión, el entonces presidente de Turquía, Abdullah Gul, viajó a Ereván para presenciar el primero de los dos partidos de clasificación para la Copa del Mundo entre Turquía y Armenia. Un año después, el entonces presidente de Armenia, Serzh Sargsyan, viajó a la provincia turca de Bursa para presenciar otro partido entre las dos selecciones. Estas visitas se describieron en su momento como «diplomacia futbolística«.

Al final las negociaciones fracasaron tras el retiro de Turquía debido a la creciente presión de Azerbaiyán. Por su parte, Armenia declaró formalmente nulos los protocolos en 2018.

Una relación cálida

La segunda guerra del Alto Karabaj cambió la visión de Turquía sobre sus relaciones con Armenia. Erdoğan señaló por primera vez el interés de Turquía en renovar las relaciones en diciembre de 2020 durante una visita a Azerbaiyán, cuando el presidente dijo: «Si se toman medidas positivas al respecto, abriremos nuestras puertas cerradas». Un mes más tarde, un asesor superior anónimo de Erdoğan dijo al periodista turco Asli Aydintasbas que Ankara estaba lista para «normalizar las relaciones con Armenia».

En los meses siguientes, hubo una serie de señales diplomáticas positivas entre Turquía y Armenia, incluido un plan de acción quinquenal aprobado por los legisladores armenios en agosto de 2021, en el que se afirmaba que Armenia estaba «dispuesta a hacer esfuerzos para normalizar las relaciones con Turquía».

Después llegaron los anuncios de nombramiento mutuo de enviados y la reanudación de vuelos chárter entre Estambul y la capital de Armenia, Ereván. Cuando Armenia envió ayuda humanitaria a Turquía a través de la frontera cerrada, Serdar Kilic, nombrado enviado de Ankara a Armenia, dio las gracias al pueblo armenio en un tuit:

La ayuda humanitaria procedente de Armenia cruza el puente de Margara, en la frontera entre Turquía y Armenia en dirección a la región afectada por el terremoto.
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Gracias, querido Vahan Kostanyan; gracias, querido Ruben Rubinyan, por sus amables esfuerzos para que esto suceda. Siempre recordaré la generosa ayuda enviada por el pueblo de Armenia para ayudar a aliviar los sufrimientos de nuestro pueblo en la región afectada por el terremoto en Turquía.

Asimismo, durante la reunión del 15 de febrero entre los ministros de Asuntos Exteriores, también Çavuşoğlu agradeció la ayuda de Armenia. «Armenia tendió una mano de amistad a nuestro pueblo en estos tiempos difíciles, y mostró solidaridad y cooperación», dijo Çavuşoğlu en rueda de prensa conjunta tras el mitin. Mirzoyan añadió: «Estoy en Turquía en estos momentos difíciles, y me gustaría reafirmar la disposición y voluntad de la República de Armenia para construir la paz en la región, especialmente para la plena normalización de las relaciones con Turquía, el establecimiento de relaciones diplomáticas y la plena apertura de la frontera entre Armenia y Turquía».

En respuesta a las críticas recibidas en su país, el enviado especial de Armenia, Ruben Rubinyan, declaró en entrevista concedida a servicio armenio de Radio Liberty que, a pesar de los problemas relacionales entre ambos países, «nuestras naciones son vecinas y, ante una crisis humanitaria, los vecinos deben ayudarse mutuamente».

Durante la reunión, ambos ministros de asuntos extranjeros dijeron que habían llegado a un acuerdo para abrir sus fronteras a nacionales de terceros países y titulares de pasaportes diplomáticos, algo que ambas naciones llevaban debatiendo desde que se reanudaron las conversaciones tras la segunda guerra de Karabaj. Además, los diplomáticos llegaron a un acuerdo para restaurar conjuntamente el puente de Ani, también conocido como el puente de la Ruta de la Seda, en la frontera entre Turquía y Armenia. El puente data del siglo X u XI y unía ambos países sobre el río fronterizo de Ajurián. Imágenes actuales del puente muestran dos estructuras de piedra que quedan a ambos lados del río, probablemente lo que fueron las torres del puente.

Asimismo, existe la posibilidad de reavivar la «diplomacia futbolística» de hace 15 años. Las selecciones nacionales se enfrentarán en dos partidos, el 25 de marzo (en Armenia) y el 8 de septiembre (en Turquía), en el marco de la fase de clasificación para el Campeonato Mundial de la UEFA 2024.

A pesar de las cálidas interacciones, las esperanzas en torno a la reactivación de las relaciones entre ambas naciones siguen siendo sombrías e inciertas. En un artículo para Daktilo 198a, el periodista Barçın Yinanç señaló que Azerbaiyán sigue afectando al proceso, lo que ha puesto las relaciones entre Turquía y Armenia «bajo una especie de hipoteca». Sin embargo, puede que esa hipoteca no sea «tan fuerte como era», escribió Richard Giragosian, director del Centro de Estudios Regionales de Ereván. Al reabrir las fronteras, Turquía respondió racionalmente a la muestra de buena voluntad de Armenia. [Turquía] también demostró un giro de 180 grados en su estrategia respecto a Azerbaiyán y Rusia al no pedir confirmación a Armenia ni consultar con funcionarios rusos [sobre la apertura de la frontera]. Sin embargo, Giragosian señaló que deben darse otros pasos para librar ambas naciones de incertidumbres. Por ejemplo, mantener abierta la frontera cerrada, aumentar el número de pasos de fronterizos y expresar más a menudo su voluntad política mutua, escribió Giragosian.

Otro factor que puede afectar a las relaciones entre Turquía y Armenia es el resultado de las próximas elecciones generales en Turquía. Según Tom de Waal, miembro principal de Carnegie Europe, especializado en Europa del Este y el Cáucaso, una vez pasadas las elecciones, las perspectivas parecen buenas. Si la oposición consigue ganar las elecciones en Turquía hay muchas posibilidades de que sigan adelante con la normalización con Armenia por ser de interés estatal para el país y estarán menos inclinados a permitir que Azerbaiyán ejerza el veto.

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