Europa niega asilo a perseguida minoría religiosa ahmadí, en plena escalada de violencia

Miembros de la Religión Ahmadí de la Paz y la Luz. Paso fronterizo de Kapikule, puerta entre Turquía y Bulgaria, miércoles 24 de mayo de 2023. Imágenes propiedad de Religión Ahmadí de la Paz y la Luz. Usada con autorización.

El 24 de mayo de 2023, a más de cien miembros de la Religión Ahmadí de la Paz y la Luz, minoría religiosa perseguida, se les negó la entrada y sufrieron un trato violento mientras buscaban asilo en la frontera turco-búlgara. Mujeres, niños y ancianos se encontraban entre las víctimas de agresiones, disparos, amenazas y confiscación de sus pertenencias.

Entre esas personas estaba Seyed Ali Seyed Mousavi, agente inmobiliario iraní de 40 años. Hace unos años, asistió a una boda en la que su vida tuvo un giro inesperado. Seyed Mousavi se encontró a merced de policías encubiertos que lo agarraron bruscamente, lo obligaron a tirarse al suelo y lo sometieron a una severa paliza. Le dejaron desangrarse durante 25 minutos antes de que alguien solicitó finalmente asistencia médica.

El único «delito» de Seyed Musaví fue su afiliación a esta minoría religiosa, lo que provocó su persecución por las autoridades de Irán. El incidente le obligó a tomar la difícil decisión de dejar su patria y abandonar todo lo que conoce para preservar su vida.

La religión ahmadí, que no debe confundirse con la Comunidad Musulmana Ahmadía, es una comunidad religiosa fundada en 1999. Recibió calificación de iglesia en Estados Unidos el 6 de junio de 2019. En la actualidad, esta religión se practica en más de 30 países de todo el mundo. Está encabezada por Abdullah Hashem Aba Al-Sadiq y sigue las enseñanzas del imán Ahmed al-Hassan como su guía divino.

Persecución auspiciada por el Estado

Desde su creación en 1999, la minoría religiosa ahmadí ha sido objeto de persecución en numerosas naciones. Países como Argelia, Marruecos, Egipto, Irán, Iraq, MalasiaTurquía los han oprimido sistemáticamente, encarcelado, amenazado e incluso torturado a sus miembros. Esta discriminación selectiva se basa en la creencia de que son herejes.

En junio de 2022, Amnistía Internacional pidió la liberación de 21 miembros de la religión ahmadí en Argelia acusados de delitos como «participar en un grupo no autorizado» y «denigrar el islam». Tres fueron condenados a un año de prisión, mientras que el resto fueron condenados a seis meses de prisión y multas.

Del mismo modo, en Irán, en diciembre de 2022, un grupo de 15 seguidores de la misma religión, que incluía menores y mujeres, fueron detenidos y trasladados a la tristemente célebre prisión de Evin, donde se les obligó a denunciar su fe y a difamar su religión, a pesar de no haber cometido ningún delito ni haber predicado abiertamente su fe. Los cargos que se les imputaban se basaban en su oposición a la «Wilayat Al Faqih» (tutela del jurista islámico), que concede autoridad a juristas y eruditos que conforman y aplican la sharia en el país. Las autoridades iraníes incluso emitieron en televisión nacional un documental de propaganda contra la religión.

Los miembros de la religión ahmadí también han denunciado actos de violencia y amenazas de las milicias patrocinadas por el Estado en Irak, que los dejan vulnerables y desprotegidos. En estos incidentes se produjeron ataques armados contra sus casas y vehículos, y los agresores declararon abiertamente que los consideraban apóstatas merecedores de la muerte, y les niega de hecho toda protección.

La persecución de la religión ahmadí se deriva de sus enseñanzas fundamentales, que difieren de algunas creencias tradicionales del islam. Estas enseñanzas incluyen la aceptación de prácticas como consumo de bebidas alcohólicas y reconocimiento que las mujeres pueden elegir si usan velo. Además, los miembros de la religión cuestionan rituales de oración específicos, incluida la noción de cinco oraciones diarias obligatorias, y mantienen la creencia de que el mes de ayuno (Ramadán) cae en diciembre. También cuestionan la ubicación tradicional de la Kaaba, el lugar más sagrado del islam, y afirman que está en la actual Petra (Jordania) y no en La Meca.

La persecución de esta minoría religiosa ha aumentado considerablemente tras la publicación de «La meta de los sabios«, el evangelio oficial de su fe. El autor de la escritura es Abdullah Hashem Aba Al-Sadiq, líder religioso que afirma desempeñar el papel del prometido Mahdi que los musulmanes esperan que aparezca hacia el final de los tiempos..

Afrontar lo desconocido hacia la libertad

Tras viajar gradualmente a Turquía, más de cien miembros de la religión ahmadí recibieron apoyo de correligionarios que ya se habían establecido ahí, lo que fomentó un sentir de unidad por sus conexiones en línea. A pesar de los retos que enfrentaban, perseveraron en su búsqueda de un hogar libre de persecución en medio de sus experiencias traumáticas compartidas.

Ante esta grave situación, se dirigieron al Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en Bulgaria, a la Agencia Estatal para los Refugiados (SAR) y al Ministerio de Asuntos Exteriores búlgaro con la esperanza de conseguir un refugio seguro. Desgraciadamente, su petición de visas humanitarias fue desalentadora, ya que todas las vías resultaron infructuosas.

Ante sus difíciles circunstancias, el grupo decidió reunirse en el paso fronterizo oficial de Kapikule, puerta de entrada entre Turquía y Bulgaria, el miércoles 24 de mayo de 2023, para solicitar asilo directamente a la policía de fronteras búlgara. Su actuación se ajusta a lo dispuesto en el inciso 4 del artículo 58 de la Ley de Asilo y Refugio (LAR), que afirma que se puede solicitar asilo con una declaración verbal a la policía de fronteras..

La Red de Observatorio de la Violencia Fronteriza, junto con otras 28 organizaciones, publicó una carta abierta que instaba a las autoridades búlgaras y a la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas (Frontex) a cumplir sus obligaciones en virtud de la legislación de la Unión Europea y de la legislación internacional sobre derechos humanos. Estas leyes incluyen el artículo 18 de la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea, la Convención de Ginebra de 1951 sobre el Estatuto de los Refugiados y el artículo 14 de la Declaración Universal de Derechos Humanos.

En Bulgaria, varias organizaciones de derechos humanos se han coordinado para dar protección al grupo y darles la oportunidad de presentar una solicitud de protección internacional en la frontera búlgara, iniciativa encabezada por la Asociación de Refugiados e Inmigrantes de Bulgaria. Muchas otras organizaciones de Bulgaria se han sumado a esta declaración, como Mission Wings y el Centro de Asistencia Jurídica, Voces en Bulgaria.

Su desesperado intento de ponerse a salvo se encontró con opresión y violencia, ya que las autoridades turcas les impidieron el paso por la fuerza, les golpearon y les amenazaron con dispararles. Ahora que están detenidos, su futuro sigue siendo incierto. Su mayor temor es ser deportados a su casa, donde podría esperarles la muerte por sus creencias religiosas..

El peligroso viaje emprendido por este grupo minoritario plantea cuestiones cruciales sobre la integridad de las fronteras y el compromiso de los Estados miembros de la Unión Europea con la defensa de los derechos humanos. Su lucha nos recuerda la necesidad de solidaridad para proteger los derechos humanos básicos y preservar la dignidad de todos, independientemente de su fe religiosa.

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