50 años después, la independencia y la maldición de los recursos en África francófona

África francófona está celebrando 50 años de independencia en 2010. A la luz de este aniversario, se llevó a cabo una cumbre África-Francia en Niza, Francia, mientras la a menudo tumultuosa relación entre Francia y su antiguas colonias estaba de nuevo en el punto de mira. Muchas voces africanas se están preguntando en voz alta qué es lo que hay que celebrar, dado el mediocre nivel de desarrollo humano que se ha logrado desde la independencia.

El recurrente lamento de esas muchas voces indignadas es que ciertamente el continente africano es rico recursos naturales, y aun así parece que el continente está interminablemente plagado con lo que se conoce como la maldición de los recursos y muchos creen que esos intereses extranjeros no son los últimos en mantener la maldición.

Desde un punto de vista económico, ciertamente África se ha beneficiado del auge de las materias primas en la última década, pero no tanto como se podría predecir. En un informe de Mckinsey Quarterly titulado «¿Qué mueve el crecimiento de África?», el autor afirma que:

El petróleo se elevó de menos de $20 por barril en 1999 a más de $145 en 2008. Los precios de los minerales, granos y otras materias primas también se dispararon ante la creciente demanda global. [..] Aun así, los recursos naturales generaron solamente el 32% del crecimiento del PBI de Africa de 2000 a 2008.

Entonces, ¿por qué África no se ha beneficiado más de sus recursos? Muchos africanos alegarían que la manera en que los intereses internacionales están involucrados y mezclados en la explotación de esos recursos y la falta de transparencia respecto de esos negocios no ayudan a fomentar el desarrollo de los estados africanos. En un documento de FranceAfrique para Focus on Africa, Stephen Smith destaca los vínculos especiales entre Francia y el continente:

Pero desde que asumió el cargo, el Presidente Sarkozy ha perpetuado la tradición largamente honrada de Francia de diplomacia paralela en África.
Un grupo de asesores preside en público los negocios oficiales con África, mientras que el personal de alto nivel del Elíseo, en conjunto con mandos medios no oficiales, está a cargo de la lucrativa y altamente personalizada política que el señor Sarkozy denunció durante su campaña presidencial.
Con regularidad, los medios franceses exponen las promesas rotas y el nuevo aliciente concedido a Francafrique.
La conspíración de la élite de Francafrique se ha convertido en un anacronismo, que no concuerda con las duras realidades del tímido compromiso francés -tanto del gobierno como privado- con sus antiguos territorios al sur del Sahara.

La maldición del petróleo es el tema más citado en las regiones francófonas, pero ciertamente no es el único. En un reciente informe para el reporte de África, Norbrook se pregunta quién es el verdadero dueño del petróleo de África:

Este valiente nuevo mundo para el petróleo africano ha sido impulsado por alzas en el precio, lo que hace que valga la pena asumir el riesgo del costoso proceso de la exploración. El traslado costas afuera, facilitado por avances en la tecnología, requiere bolsillos llenos–contratar el barco perforador que descubrió petróleo en Ghana cuesta cerca de un millón de dólares diarios.
Otra importante dinámica ha sido la multiplicación de la competencia, con empresas chinas e indias que se han unido a las europeas y estadounidenses en el conjunto de las principales. Donde la producción de petróleo estaba controlada tradicionalmente por una pequeña élite cuyo monopolio era considerado poco saludable, ahora hay retadores que se la han puesto fácil a los gobiernos para negociar términos.

Mapa del petróleo de África de Theafricareport.com

El blogger Achille en Antananarivo, Madagascar ha estado siguiendo de cerca la crisis política en Madagascar. Acá está cómo vincula la confusión allá y la maldición del petróleo (fr):

Todos han buscado la causa de esta crisis, pero olvidan que es el petróleo el que ha lanzado las ofensivas. Todos los otros acontecimientos  como la deforestación, la delincuencia, el crecimiento de la pobreza son solamente las consecuencias. Francafrique ha comenzado a reaccionar desde que escuchó los primeros estudios positivos sobre el petróleo sin contar los otros recursos que atraen a otros países. Acabo de darme cuenta, estamos rodeados por las multinacionales, los canadienses al sur, los chinos cerca de Soalala y evidentemente Total, ¡el gran amigo de los países en desarrollo y los dictadores de pacotilla! Y nosotros, ¡estamos ahí como tontos mirando el tren que transporta nuestra plata lejos en el horizonte! Cuando vi la cifra de 100 millones por una concesión petrolera, me dije que por fin la estupidez había finalmente llegado a la cima con nuestros dirigentes.

En los años 70, el petróleo era visto como un pasporte hacia un desarrollo rápído. Ese fue el caso de Argelia, Libia e Irak dice Passion-histoire. Explica lo rápido que se desvaneció la esperanza (fr):

En los años 70, gracias a la renta petrolera, Argelia, Libia e Irak parecián comprometidos en un proceso de modernización acelerada. El petróleo era la bendición que permitía a esos estados recuperarse de su «retraso» económico.
Argelia era un «dragón en el Mediterráneo», Libia un «emirato» e Irak «la potencia militar creciente» del mundo árabe. Bajo el plan político, el socialismo progresista dejaba pensar que se venían transformaciones profundas: emancipación de la mujer, urbanización, escolarización, aumento de la esperanza de vida…
Algunas décadas después, la desilusión es cruel. La sensación de riqueza ha arrastrado a esos países hacia experimentos e incluso impases políticos, económicos y militares con consecuencias desastrosas de las que apenas logran salir.

En reacción a la celebración de 50 años de independencia, Faustine Vincent escribe que los países africanos son reacios a remitir su informe (fr):

Pero al final, el cincuentenario incomoda a todo el mundo. Lado africano, «los países deberían haberse beneficiado de hacer un balance de su estado. Ese no es el caso, asegura Boubacar Boris Diop, escritor senegalés. Ciertamente porque no tienen nada de que estar orgulllosos».

En el lado francés, el gobierno de Sarkozy expresaba una voluntad de erradicar las prácticas de las anteriores administraciones francesas. Como lo informó Sarah Halifa-Legrand, esto fue expresado en términos más bien crudos por Alain Joyandet, Secretario de Estado para la Cooperación Francesa (fr):

…[Francia] se muestra «lista a renunciar a África si el país no encuentra que valga la pena». En boca de Alain Joyandet: «No hay que tener miedo de decirles a los africanos que los queremos ayudar, pero también queremos que eso nos beneficie».

En Gabón, Association Survie anota que a pesar de los disturbios del año pasado en Gabón, a la empresa Total le ha ido bastante bien en 2010:

Ha publicado un resultado neto de 42 millones de euros en el primer trimestre de 2010, un aumento de 109% con relación al mismo periodo de 2009.

Finalmente, Arimi Choubadé en Quotidien Nokoue en Benín publica una nota sarcástica pidiéndonos imaginar qué tan mejor estaria Francia si Francia hubiera podido «mantener» sus privilegiados vínculos con los países que tienen grandes activos naturales (fr):

Imaginen una Francia con una sociedad privilegiada con una Costa de Marfil fuerte por su cacao; con un Gabón, con un Congo, con un Chad, con un Camerún, incluso con una Mauritania drogada con la explotación del petróleo; con un Mali, un Bénin y una Burkina Faso en la cima de la producción de algodón; con un Togo transfigurado por las bonificaciones del fosfato; y con un Níger colmado por la explotación de uranio. Eso le evitaría a Sarkozy su postura actual de potencia mitigada.

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