Élite de Nigeria está «sobre la ley» mientras los pobres sufren con las medidas por COVID-19

Un voluntario de Justice & Empowerment Initiatives, ONG que trabaja con habitantes de suburbios para evitar demoliciones, pinta números en la pared de una edificación en el suburbio de Orisunbare Ijora Badia. Lagos, Nigeria, abril de 2015. Imagen publicada por George Osodi / ICIJ. (CC BY-NC-ND 2.0)

Revisa la cobertura especial de Global Voices del impacto global del COVID-19.

Investigadores de la Universidad de Ibadán en Nigeria predijeron que los casos de COVID-19 en el país subirían a cerca de 312 para el viernes 3 de abril de 2020 y notaron un “aumento constante en los casos de los que se informa diariamente” desde el 19 de marzo.

El coronavirus ha infectado a cerca de 862 000 personas a nivel mundial (nota editorial: esa cifra fue entregada el 1 de abril, antes de la publicación original. Al 3 de abril, la cantidad de contagiados superó el millón). Hasta el 1 de abril, Nigeria confirmó 139 casos de COVID-19, con dos muertes y nueve recuperaciones.

Sin embargo, más allá de las cifras relacionadas al COVID-19, las desigualdades estructurales en la sociedad nigeriana van a descarrilar la lucha contra el COVID-19 de manera seria.

Distanciamiento social y autoaislamiento son para los privilegiados

El 29 de marzo, el presidente de Nigeria, Muhammadu Buhari, ordenó un confinamiento de dos semanas para reducir la propagación del virus en la capital Abuya, la megaciudad Lagos, y el vecino estado de Ogún —todos epicentros de la COVID-19 en Nigeria.

Sin embargo, mientras en Occidente se ha probado que el distanciamiento social y el autoaislamiento son efectivos, es completamente esencial contextualizar lo que esto representa para un país en vías de desarrollo como Nigeria.

Muchos nigerianos no pueden permitirse el privilegio del autoaislamiento.

En una familia común que habita una vivienda destartalada del tipo “frente a frente«, sin duda eso es imposible. Muchas familias carecen de áreas suficientes para dormir y tienen baños, servicios y cocinas compartidos. En este tipo de condiciones de vida, el confinamiento y la restricción de desplazamiento puede no producir el efecto deseado.

La naturaleza y la organización de las viviendas en cualquier sociedad es el reflejo de las realidades socioeconómicas en esa sociedad, afirman Lee Ogunshakin y Olatokunbo Osasona, expertos en desarrollo urbano.

Por lo tanto, no es sorprendente que, según el Banco Mundial, muchos nigerianos viven con casi dos dólares estadounidenses al día. Eso significa que de la población estimada de Nigeria de 200 millones, el 69 % vive bajo la línea de la pobreza.

Muchos nigerianos dependen de remuneraciones diarias para sobrevivir. Como era previsible, una investigación de SBM Intelligence revela que el precio de los alimentos de primera necesidad como el garri, el arroz y el tomate ha aumentado vertiginosamente en todo el país. Con las realidades económicas de un confinamiento, ¿cómo van a alimentar a sus familias estas personas?

Alimentos a la venta exhibidos en un mercado en Nigeria. Imagen publicada por RNW.org (CC BY-ND 2.0).

El cientista político Chris Akor que vive en Alabama, Estados Unidos, declaró a Global Voices vía correo electrónico que el confinamiento es “prácticamente una obstrucción contra los pobres”:

How will a man with his wife and say, five children, who live in a one bedroom apartment and who survive on the man's daily earnings of 3,000 nairas (about $8 USD), survive for two weeks when the man is unable to go out and earns nothing? The poor are being effectively sacrificed to save the elite and middle class. It will not work. The result is that very soon, there'll be cases of burglaries, arsons, and riots in urban centres where lockdowns persist.

¿Cómo un hombre con su esposa y por decir, cinco hijos, que habitan una vivienda de una habitación y que sobreviven con las ganancias diarias del hombre de 3000 nairas (cerca de ocho dólares estadounidenses), lograrán sobrevivir por dos semanas cuando el hombre no puede salir y no tiene ganancias? Efectivamente, se está sacrificando a los pobres para salvar a la élite y a la clase media. No funcionará. El resultado es que muy pronto habrá casos de robos, incendios provocados y desórdenes en centros urbanos donde el confinamiento persiste.

Keith Richards apuntó a algo similar en Twitter:

ALGUIEN EN EL GOBIERNO DEBE AL MENOS ESCUCHAR A CIUDADANOS COMO ESTOS QUE CLAMAN POR AYUDA.
————
Sigo recibiendo tuits de que LAGOS está bloqueado y que el Gobierno está haciendo un buen trabajo. Sigo diciendo que todos estos videos son de zonas de la clase media — ¡estas son las historias reales!

Los paliativos económicos del Banco Central de Nigeria por la COVID-19 se designaron para excluir a esta clase de ciudadanos. Las condiciones rigurosas para obtener préstamos familiares están lejos del alcance de una persona promedio.

Sin embargo, es loable que el Gobierno del estado de Lagos haya lanzado de manera reciente un paquete de ayuda para los ciudadanos indigentes. La intervención apuntará a 200 000 familias para abastecerlas con raciones de alimentos de primera necesidad que deberían durar por un periodo de 14 días:

¡Qué bueno!

El Gobierno del estado de Lagos comenzó a entregar los prometidos paquetes de respuesta alimentaria de emergencia por la COVID-19 a las familias vulnerables, a través de las distintas Áreas de Gobierno Local (LGA por su sigla en inglés) en el estado.

Estas fotos son de EPE y IBEJU LEKKI LGAs.

Lagos, la mayor ciudad de África, tiene una población estimada de 21 millones, el 8,5 % (1,7 millones de personas) de esa población vive en la pobreza. En 2006, había 19 667 viviendas documentadas en el estado de Lagos.

Desde el comienzo, la intervención que el Gobierno realizó para indigentes de Lagos a causa de la COVID-19 es como una gota de agua en el océano.

Trabajar desde casa también es caro para la clase media de Nigeria. Cada casa es un consejo municipal que brinda suministro eléctrico privado, seguridad, agua y acceso a internet.

Esto significa que durante el confinamiento, muchos hogares nigerianos de clase media van a gastar más dinero en combustible para sus generadores de electricidad. Sin energía, tampoco pueden bombear agua de los pozos.

El acceso a internet en Nigeria es lento y caro.

Sin embargo, los datos de internet son más baratos en Nigeria que en otros países africanos. Stears Business, portal digital de análisis de noticias de negocios, asegura que un gigabyte de datos cuesta cerca de “US$2,78, comparado con $2,33 en Ruanda, $3,63 en Ghana y $5,99 en Gabón”. Quartz Africa argumenta que la velocidad del internet en el continente africano todavía queda corta en comparación con el “estándar mínimo mundial”.

En consecuencia, trabajar desde casa no es muy fácil por estos lados.

Hipócrita liderazgo político nigeriano

La pandemia de COVID-19 ha expuesto el putrefacto punto débil de la clase política de Nigeria

Las élites de Nigeria viven en dos realidades separadas: en privado, viven por encima de la ley; en público, solo dicen lo correcto para la cámara.

Tres autoridades de Nigeria —Abba Kyari, Seyi Makinde y Garba Shehu— son poderosas ilustraciones de esta doble cara entre la clase gobernante de Nigeria.

El 24 de marzo, Abba Kyari, jefe de gabinete del presidente Buhari, dio positivo por coronavirus luego de un viaje a Alemania y Egipto, informa la BBC.

Abba Kyari en la oficina de Siemens en Alemania el 7 de marzo. Ese día se recibió esta foto de parte de un amigo que celebraba un hito para mejorar el suministro energético en Nigeria.

No estaba de vacaciones ni en visita médica. Este era un servicio para la nación.

Lo desconcertante fue que tres días antes, el 21 de marzo, Kyari regañó de manera pública a 25 legisladores por violar el protocolo del chequeo por COVID-19 en el aeropuerto al regresar del Reino Unido. En vez de realizar un autoaislamiento, los legisladores siguieron mezclándose con sus colegas.

Aparentemente, Kyari no cumplió su propio consejo.

Seyi Makinde, gobernador del estado de Oyo, también tuvo esa actitud de estar por encima de la ley cuando presentó un mitin político en Ibadán, al suroeste de Nigeria, el 18 de marzo, contra las medidas de distanciamiento social.

Makinde luego se disculpó por esa «falta de juicio”.

De manera similar, el 21 de marzo, el vocero presidencial Garba Shehu desafió la prohibición gubernamental de realizar reuniones grandes. Shehu fue el orador invitado en una actividad organizada por su asociación de «viejos muchachos» en Abuya, capital de Nigeria.

En Nigeria, la ley está dirigida a los pobres y a los desfavorecidos, mientras que los que están en el poder infringen la ley a voluntad.

Las medidas por la COVID-19 no cambiarán esta mentalidad.

Como si esto no fuera suficiente, en medio de la pobreza y la devastadora pandemia de COVID-19, los legisladores de la Cámara de Representantes de Nigeria recibieron un envío de 400 autos modelo Toyota Camry 2020 recién adquiridos:

En otras noticias, la Cámara de Representantes empezó a recibir los envíos de los autos modelo Toyota Camry 2020 adquiridos para los miembros como autos oficiales.

¡Autos lujosos en medio de la pandemia de COVID-19 y de la pobreza multidimensional!

El 18 de febrero, los legisladores rechazaron marcas locales. Los autos nuevos costaron cerca de 5000 millones de nairas (aproximadamente 13 millones de dólares estadounidenses), de acuerdo al periódico Vanguard.

La clase gobernadora de Nigeria exhibe una discordancia agonizante con el resto de la sociedad que es terriblemente inhumana —frente a la extrema pobreza, los políticos están más interesados en comprar autos de lujo a expensas de los contribuyentes.

Esperar que el impacto de la COVID-19 en los más vulnerables les importe menos es pedir lo imposible.

Estos problemas probablemente provoquen un desastre de cualquier intervención competente que el Centro de Control de Enfermedades de Nigeria esté implementando para detener la propagación del coronavirus.

Así, más allá de las promesas floridas dichas por los políticos, muchos nigerianos están en una situación complicada durante esta temporada de COVID-19, y están a merced tanto de la pandemia como de la inseguridad financiera.

Inicia la conversación

Autores, por favor Conectarse »

Guías

  • Por favor, trata a los demás con respeto. No se aprobarán los comentarios que contengan ofensas, groserías y ataque personales.