Día Internacional de Conmemoración del Holocausto: Fotos de Auschwitz

Miembros de la familia yugoslava Mandić (Oleg, de 11 años en ese entonces, su madre Nevenka y su abuela Olga) con soldados soviéticos en Auschwitz luego de la liberación del campo de prisioneros el 27 de enero de 1945. Fuente: znaci.net, dominio público.

Esta historia se publicó originalmente en la Agencia de Noticias Meta.mk, proyecto de la Fundación Metamorphosi. A continuación se publica una versión editada como parte de un acuerdo de intercambio de contenido.

Naciones Unidas declaró el 27 de enero como el Día Internacional de Conmemoración del Holocausto, en recuerdo del genocidio de más de seis millones de judíos y de otras 11 millones de personas por el régimen nazi y sus colaboradores durante la Segunda Guerra Mundial. En este día en 1945, Auschwitz-Birkenau, el mayor campo de concentración nazi, fue liberado por el Ejército Rojo.

Auschwitz fue un complejo de más de 40 campos de concentración y exterminio operado por la Alemania nazi en la parte ocupada del sur de Polonia, cerca de la ciudad de Oświęcim. De las 1,3 millones de personas enviadas a Auschwitz desde su apertura en mayo de 1940, 1,1 millones murieron por gas tóxico, inanición, agotamiento, enfermedades, ejecuciones y golpizas individuales, y como consecuencia de experimentos médicos.

Solo en este campo de extermino, 960 000 judíos, 74 000 polacos no judíos, 21 000 romaníes, 15 000 soviéticos prisioneros de la guerra y hasta 15 000 otros europeos fueron asesinados.

Muchos de los prisioneros fueron transportados a Auschwitz en ferrocarriles especiales, en vagones de ganado con algo de heno en el suelo.

Las fotos que se muestran a continuación pertenecen a varios museos en la antigua Yugoslavia y fueron digitalizadas por el registro en línea Znaci.net.

Prisioneros transportados a campos de exterminio nazi en vagones ferroviarios que anteriormente se usaron para transportar ganado. Fotografía por znaci.net, dominio público.

Mujeres y niños con la estrella de David impuesta por los nazi para los judíos, en fila en la estación ferroviaria de Auschwitz. Fotografía por znaci.net, dominio público.

El complejo de campos de exterminio de Auschwitz estaba rodeado por una cerca de pilares de hormigón y alambre de púas de alta tensión. Solo 144 prisioneros lograron escapar del complejo mientras estuvo funcionando.

Después de que los prisioneros salieran de los vagones, los guardias del campo nazi los separaban mientras agrupaban a los niños con las mujeres.

La cerca eléctrica de alambre de púas y los pilares de hormigón del campo de concentración de Auschwitz han sido preservados como parte del Museo Estatal de Auschwitz-Birkenau. Fotografía por znaci.net, dominio público.

Después de eso, separaban a los enfermos y discapacitados de los que estaban en forma para trabajar. Muchos del primer grupo fueron enviados a cámaras de gas antes de que los anotaran en los libros del campo, razón por la cual se sigue desconociendo el número total de víctimas y sus identidades.

Los prisioneros seleccionados para el trabajo de esclavos fueron sometidos a procesos inhumanos, como el tatuaje de números de serie, afeitado de cabezas y confiscación de sus pocas pertenencias, incluida su ropa, que fue reemplazada por uniformes rayados.

Las partes de cadáveres también tenían un propósito comercial. El pelo humano se usaba para producir telas, los huesos y la piel los transformaban en horribles recuerdos. Los grupos de prisioneros fueron forzados a buscar los cuerpos con dientes de oro u otras pertenencias escondidas en los cuerpos.

Otra forma de explotación extrema era usar a los prisioneros en experimentos mortales, como pruebas de armas de destrucción masiva y métodos para progresar en la ideología racial nazi.

La eliminación de los restos de las víctimas era un gran desafío logístico para la fábrica de exterminio nazi. Cinco crematorios, cuyos hornos funcionaban sin parar las 24 horas del día, fueron construidos en Auschwitz-Birkenau. Por lo general, el campo estaba inmerso en una capa espesa de humo –más tarde, los reclusos sobrevivientes testificaron que no pudieron ver el sol por meses.

Antes de retirarse del campo cerca de Navidad en 1944, los nazis volaron algunas instalaciones como un intento para cubrir sus crímenes.

Pasaje de lista de las prisioneras recién llegadas en el campo de concentración de Birkenau. Fotografía por znaci.net, dominio público.

Todas las pertenencias de los prisioneros eran confiscadas y llevadas a una cámara del campo llamada «Canadá». Fotogragía por znaci.net, dominio público.

Blqoue 10 en el campo de concentración de Auschwitz, donde los doctores nazi llevaban a cabo experimentos con humanos. Fotografía por znaci.net, dominio público.

Los nazis en retirada se llevaron a algunos prisioneros en una marcha de la muerte, cuyo propósito era dejarlos morir de exposición y hambre a lo largo del camino. Varios miles permanecieron o volvieron al campo, donde había comida en los almacenes. Sin embargo, casi de uno de cada cinco murió antes de que los soviéticos llegaran varios días después.

Las unidades del Ejército Rojo liberaron alrededor de 4800 prisioneros de Auschwitz. Entre ellos, había 108 yugoslavos, incluyendo a los miembros de la familia Mandić. Eran de Rijeka, Croacia, que primero fue ocupada por los fascistas italianos y luego por los nazis durante la guerra.

En mayo de 1944, los nazis arrestaron a Oleg Mandić, de 10 años, junto a su madre y su abuela, mientras su padre y su abuelo se unieron a los partisanos, el ejército de resistencia comunista antifascista yugoslavo. Después de varios meses en cárceles en Croacia e Italia, fueron enviados a Auschwitz como «prisioneros políticos». Sobrevivieron ocho meses en el campo de exterminio.

Oleg pasó dos meses trabajando en los cuarteles de mujeres, pero cuando los nazis se enteraron de que cumplió once años, lo cambiaron al pabellón de los hombres. Cuando presentó fiebre debido al estrés, lo enviaron al pabellón médico donde el oficial de la SS Josef Mengele llevó a cabo varios experimentos. En el transcurso de semanas, aprendió a manipular el termómetro y elaboró otras estrategias para seguir siendo interesante como sujeto de investigación.

Oleg Mandić, su madre Nevenka, y su abuela Olga fueron los últimos prisioneros que salieron vivos de Auschwitz.

La película que se muestra a continuación, que Mandić solo vio durante la visita a Auschwitz 20 años después de su liberación, describe el momento en que la familia recibió una carta del asistente de Stalin, Nikolai Bulganin, que ordenaba su transporte a Moscú en camión por Cracovia. En la capital soviética, se unieron a una delegación yugoslava de visita dirigida por el líder de la resistencia Josip Broz Tito, quien volvió con ellos a Belgrado en avión el 1 de mayo de 1945.

Mandić, que ahora tiene 86 años, ha dedicado su vida a promover la verdad sobre el Holocausto. Lideró una ONG antifascista en Opatija, Croacia, organizó una exhibición y dio clases y entrevistas en varios idiomas. También participa en visitas grupales anuales al museo de Auschwitz en el día de la liberación del campo.

En 2015, con motivo de los 70 años de la liberación, dijo que aún siente escalofríos cuando piensa en la «noción de una mente humana consagrada a elaborar una producción industrial de muerte».

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